Miguel Ángel Goenaga es especialista del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Donostia, con el que NOTICIAS DE GIPUZKOA habla sobre el Lyme.

¿Qué es la enfermedad de Lyme?

–Es una enfermedad infecciosa causada por un grupo de bacterias y hay bastantes bacterias dentro del mismo género que pueden causarla. La trasmite un tipo especial de garrapata que tenemos en nuestro entorno, en zonas de clima templado. Es una enfermedad infecciosa cuya presentación clínica puede tener distintos aspectos. 

¿Osakidetza dispone de datos sobre la incidencia del Lyme? 

–Tiene datos indirectos. Al no ser una enfermedad de declaración obligatoria, a nivel nacional no hay un registro. Hay datos indirectos de los laboratorios de microbiología, que a veces reportan los casos que se encuentran. Esos son los datos que se envían el Ministerio y con los que se elaboran los boletines epidemiológicos. 

¿Es una enfermedad de difícil diagnóstico y detección temprana?

–Depende. En un entorno epidemiológico como el nuestro, si el paciente te cuenta un cuadro “bastante típico”, como que tras una picadura de garrapata le sale una lesión, el diagnóstico no tiene por qué ser difícil. En otros entornos donde no hay tanta frecuencia, el médico no tiene esta opción tan presente y, sobre todo, si no se tiene claro que se ha dado una picadura de garrapata en los últimos días, puede ser más complicado. Hay alguna sintomatología que puede aparecer tras mucho tiempo y la persona no recuerda que ha podido estar expuesto a la picadura. Como tiene tantas presentaciones clínicas, algunas veces puede ser sencillo y otras complicado. 

¿Es importante para el tratamiento detectar la enfermedad de forma temprana?

–Sin duda. Si se tiene la mala suerte de haber sido picado por una garrapata que transmite la infección, cuanto antes se actúe, mejor. Ahí el tiempo es importante, porque los tratamientos son más efectivos cuando hay menos cantidad de bacterias o cuando están en el entorno de la mordedura y no se han diseminado. 

No todas las personas que han sido infectadas desarrollan la enfermedad del mismo modo. ¿Por qué?

– Hay cosas que sabemos y otras cosas que no sabemos. Es lo que ha pasado con el covid y con otras infecciones. ¿Por qué unas personas desarrollan una enfermad, otras no, unas las desarrollan con más fuerza y otras con menos ? Probablemente es por la relación que se establece entre el propio sistema defensivo del cuerpo y la bacteria. Hay que pensar que algunos pacientes que sufren la picadura de garrapata viven en el entorno rural y que probablemente han sufrido montones de picaduras y tienen ya defensas. Hay pacientes con defensas más bajas o que funcionan peor. La ecuación va a estar entre la cantidad de bacterias con las que se está infectado y el sistema inmunológico. Además, todas las bacterias no son iguales, ni lo es la respuesta del sistema inmune. Hay muchos pacientes que no desarrollan la enfermedad y es lo más frecuente.

¿Es una enfermedad que se puede curar? ¿Y cronificar?

–La enfermedad de Lyme aguda, en sus diferentes expresiones clínicas, se cura con un tratamiento antibiótico que no es especialmente complejo. Como la enfermedad puede tener varias fases, hay algunas expresiones que pueden aparecer más tarde en el tiempo tras la picadura y, pese a todo, se curan. Pero hay una serie de sintomatología que puede aparecer después y que no está realmente claro si está o no en relación con la bacteria o simplemente con la respuesta del sistema inmune. Incluso está en entredicho que se pueda considerar una enfermedad crónica. La enfermedad aguda existe, es conocida, está bien caracterizada y se cura.

¿Y esos síntomas complicados?

–Hay muchas enfermedades degenerativas que pueden tener síntomas muy parecidos. A veces no hay una causa conocida. Cuando aparecen cierto datos, como que existe esa infección de Lyme, se les pone la etiqueta de Lyme crónico. Pero eso no está del todo contrastado. Los autores americanos clasificaron este tipo de pacientes en cuatro grandes grupos. Hay pacientes que tienen esta sintomatología y no tienen ni tan siquiera picadura de garrapata ni huella serológica en su sangre de haber pasado Lyme, pero hay otros con sintomatología y datos en sus análisis que indican que pueden haber pasado una borrelia y que no mejoran con los antibióticos.

Algunas personas afectadas evidencian un proceso degenerativo con consecuencia, en algún caso, incluso de fallecimiento. 

–Habría que saber en el caso de los pacientes fallecidos si la enfermedad que tenían de base era Lyme, tratado o no, cuál fue el desarrollo y si era realmente un Lyme crónico. Hay muchas dudas y teorías. Es difícil establecer una relación clara entre la enfermedad de Lyme pasado y estos síntomas. Hay pacientes en los que se buscan estas causas y no encuentran nada.  

¿Guardar la garrapata para analizarla es importante?

–En general, si es posible, es bueno guardarla para que en el laboratorio se vea, primero, qué garrapata es, porque no todas trasmiten la infección. En algunos casos, no al alcance de cualquier laboratorio, se puede mirar si la garrapata está infectada por la borrelia u otras cosas y así se tiene más información.

A veces la picadura de la garrapata pasa desapercibida pero, ¿el Lyme da pistas?

– Cuando a una persona le pica una garrapata infectada y la borrelia pasa al cuerpo puede dar una lesión que es bastante típica, el eritema migratorio, que es una lesión grande, redondeada, con enrojecimiento de la piel... Sale en el lugar de la picadura pero después migra. Esa puede ser una pista. Porque cuando una persona va al médico, dice que le ha picado una garrapata y que le ha salido esa lesión, no hay que hacer más pruebas, se le diagnostica de eritema migratorio por picadura y se le pone tratamiento. Pero muchas veces no se es consciente de la picadura y la lesión no aparece siempre. En esos casos, cuando aparecen los síntomas de diseminación de la infección, que puede llegar al corazón o al sistema nervioso, pueden haber pasado semanas y es más difícil establecer una relación. 

 ¿Han aumentado los casos o es que se diagnostican más?

–Un poco de todo. Cada vez hay más conocimiento y se está más atento a la aparición de estas enfermedades que no eran tan comunes hace unos años. También es verdad que cada vez hay más garrapatas. ¿Por qué? Probablemente unos de los factores que más influyen es el cambio climático y los cambios en el mundo rural, que antes estaba más aislado. Que las temperaturas en invierno sean cada vez más suaves hace que las probabilidades de que las ninfas de las garrapatas sobrevivan al verano umenten. Ahora, las personas salen con los perros al campo y éstos llegan plagaditos de garrapatas, algo que antes no pasaba. Podríamos hablar de un aumento de la incidencia de más del 200% en nuestro entorno: Euskadi, Navarra o La Rioja. Son datos de 2022. Hay cada vez más garrapatas y más garrapatas infectadas. Cada vez salimos más al campo y, si cada vez hay más garrapatas, hay más casos.

¿Se puede parar la infección?

–Existe la posibilidad, depende del tiempo pasado, de tomar un antibiótico para evitar que esa infección avance. Esto vale para los lugares en los que los datos epidemiológicos así lo aconsejen, donde haya más garrapatas infectadas. Tampoco vale para toda la población, habría que valorar cada caso. Consultar es importante.

¿Cómo se halla la investigación en este terreno?

–Como en otros campos de la medicina, hay muchas cosas que no se saben. Hay un registro de ensayos clínicos a nivel mundial y hay casi cien estudios clínicos que están tratando de responder a preguntas sobre esta enfermedad. Son estudios clínicos en distintas líneas, como la prevención con vacunas (hubo una en EE.UU hace unos años que no tuvo los resultados deseados), hay estudios de tratamiento de profilaxis con ciertos productos para evitar la picadura, los hay para mejorar el diagnóstico (no quiere decir que todavía haya respuestas, sino que hay preguntas que se está intentando contestar) y los hay de tratamiento. Se está estudiando, otra cosa es que los resultados vayan a tardar más o menos. Con la pandemia del Covid es verdad que han habido otras prioridades y que parte de la investigación se ha ralentizado. Investigaciones hay, no son quizá todas las que nos gustaría pero no es un campo abandonado.