Donostia. ¿Vivimos en una sociedad violenta?

Sí y no. Todas las sociedades han sido violentas a lo largo del tiempo, pero hay una tendencia a pensar que vivimos en la sociedad más violenta de la historia, algo que probablemente no es verdad. Lo que ocurre es que los medios de comunicación, sobre todo la televisión e Internet, hacen que tengamos un conocimiento puntual a tiempo real de lo que está ocurriendo en el mundo, lo cual nos hace pensar que vivimos en una sociedad muy violenta. Diría que, en estos momentos, nos encontramos en una sociedad muy poco violenta, entre otras cosas, por su desarrollo y por la educación.

¿La violencia es innata en el ser humano o es algo que se adquiere y se aprende?

Todas las personas somos agresivas de forma innata, tenemos unos mecanismos biológicos que nos permiten serlo ante situaciones en las que nos vemos amenazados. Pero esto no quiere decir que seamos violentos. En cambio, la violencia es un comportamiento aprendido, principalmente, durante la adolescencia.

¿Qué factores pueden causar la conducta violenta en una persona?

La violencia es una meta a la que se puede llegar por caminos distintos y es el resultado de una interacción entre variables biológicas, sociales y familiares. Todo lo que tiene en común su desarrollo es el fracaso en el proceso de socialización. Son muchos los factores que pueden causar estas conductas: no haber adquirido unos valores morales y de respeto hacia los demás, una personalidad insegura, el consumo de alcohol y drogas, el maltrato infantil?

Su conferencia está contextualizada en la etapa adolescente. ¿Por qué se ha centrado en esta edad?

La adolescencia constituye una fase de transición entre la niñez y la vida adulta. Es la edad en la que el joven empieza a tener su grupo de amigos, desarrolla ideologías políticas y religiosas, comienza a ingerir alcohol y consumir drogas, empieza a salir por las noches... Por tanto, es un periodo en el que el adolescente es vulnerable y manipulable y todo aquello que perciba, vea o aprenda va a ir determinando su carácter.

¿Se podría afirmar que hay una carencia de valores éticos y educación moral en la sociedad, en el hogar o en los colegios?

Yo diría que no. El proceso de escolarización es positivo y va asociado a un desarrollo de la socialización del joven, de su aprendizaje en la convivencia, del respeto hacia los demás. El proceso de una educación familiar adecuada y una adquisición de valores sociables contribuye a que, con la guía de los tutores, el joven se inhiba del empleo de la violencia y sepa solucionar los problemas mediante otras vías como son el uso de la palabra o la negociación.

Se consume una televisión plagada de muertes, guerras, agresiones y sufrimientos; la gente se divierte jugando a videojuegos de en los que se asesina a personas. Todo esto ¿no potencia la violencia?

Estos factores no son tan determinantes, aunque pueden desencadenarla. Si bien es cierto que la televisión y los videojuegos pueden tener cierta influencia en el individuo a la hora de aportarle ideas de cómo acometer acciones violentas, los problemas familiares, las drogas o el alcohol son factores que potencian más decisivamente estas conductas.

¿Qué perfil tienen las víctimas?

La víctima de la violencia no tiene un perfil determinado, todos somos potencialmente víctimas ante casos impredecibles. Ahora bien, hay personas que tienen mayor riesgo de sufrir violencia, como lo son las carentes de asertividad, las que han sufrido malos tratos y abusos sexuales en su infancia o personas que están en círculos marginales y que consumen alcohol y drogas.

¿Qué diferencia a una persona que emplea la violencia de la que tiene un perfil psicopatológico?

Has planteado dos conceptos totalmente diferentes, no hay una relación directa entre ellos. Ni las personas que emplean la violencia han de tener un perfil psicopatológico, ni aquellos con un perfil psicopatológico tienen porqué emplear la violencia.

En los colegios, los libros recogen hechos históricos preferentemente acerca de guerras, muertes o revoluciones sangrientas, pero en la historia también ha habido personajes como Ghandi o Mandela que han conseguido grandes cosas a través de la paz y apenas son reflejados en estos libros. ¿No sería un punto importante fomentar e inculcar estos valores pacíficos?

La violencia tiene un factor de morbo y de fascinación porque alimenta las bajas pasiones de la gente. Los libros de historia cuentan una selección de lo que ha ocurrido a lo largo de los años. Pero lo que demanda la sociedad no es la vida de una persona normal o la labor callada de un científico, sino muertes o desgracias, en otras palabras, lo patológico. En definitiva, habría que inculcar en los libros y en los medios de comunicación realidades positivas y pacíficas, la cara amable de la vida, tratando de erradicar la negatividad y la violencia.