Objetivo cumplido, San Juan ha vuelto a la máxima categoría. Imagino que estará usted rebosando felicidad, e incluso puede que me esté quedando corto.

¡Posiblemente! No te sé decir si te quedas corto, pero es cierto que los sanjuandarras estamos muy felices. Lo hemos celebrado a tope y hemos pasado un fin de semana inolvidable que nos va a quedar en la memoria para siempre. Ahora nos toca trabajar para el próximo año.

Cuente un poco cómo fue el recibimiento desde dentro. Desde fuera ya vimos que todo San Juan se volcó con ustedes y tuvo que ser impresionante.

Pues la verdad es que sí, fue impresionante. Ayer –por el domingo– ya fue lo máximo, pero es que el viernes ya nos pusieron los pelos de punta. Nos hicieron llorar con cómo nos esperaron para animarnos antes del último entrenamiento y con la que montó nuestra afición. Pero es que no solo llorábamos nosotros, la gente nos veía a nosotros llorando y también se emocionaba. Yo incluso me llegué a asustar pensando si eso no estaba siendo demasiado emocional, porque al día siguiente teníamos que estar fuertes psicológicamente. Pero, bueno, fue un chute de energía como ha quedado demostrado.

Han cumplido con las expectativas, pero es que esas expectativas primero hay que cumplirlas, y segundo se les pusieron por el nivel que han mostrado durante todo el año. Hay que saber soportar esa presión.

En ese sentido, hemos dado un paso adelante importante en cuanto a madurez como equipo. Después de la temporada que hemos hecho era un fin de semana de mucho compromiso. Al final éramos favoritos junto con Ares, habíamos hecho ambos la misma temporada, ellos incluso nos superaron en la clasificatoria de La Concha, pero eso había que demostrarlo, había que rendir en el día señalado, en el día que teníamos marcado en rojo desde que empezamos a entrenar el 15 de octubre. Esa presión está ahí y hay que saberla gestionar. Hemos demostrado que el trabajo que hemos ido haciendo durante todo el año ha sido muy bueno. Este último mes, aunque se ha hecho eterno, porque la liga se acabó el 18 de agosto, hemos trabajado también el aspecto psicológico y ha funcionado. Ayer –por el domingo– ya fue soltar los caballos, y además hicimos un tiempazo. 19:41 para un equipo de play-off de ascenso es espectacular. Si no me equivoco, comparando con los de ACT, solo nos ganó Urdaibai por dos segundos, imagínate el nivel. A partir de ahí solo nos quedaba celebrar y estar orgullosos.

Y eso que se suponía que se les daba mejor la mar y que igual no son de tantos vatios. Pero la regata entera del domingo, y especialmente el último largo del sábado en mar abierto, fueron impresionantes.

La regata del sábado era muy complicada de gestionar. Fue una regata nada común. Bermeo es un campo de regateo ya de por sí muy técnico, y yo, que he remado muchísimos años allí, te puedo decir que hacía muchísimo que no me encontraba un día de viento nordeste en Bermeo. Cuando está complicado suele ser un noroeste y en el largo de vuelta no empopas jamás y ese largo se hace durísimo, con viento y olas en contra, aunque entra muy de costado. Sin embargo, el sábado era un largo de patrón de verdad, donde eran diferenciales. Ahí Ander Egaña estuvo fantástico, el equipo había trabajado muy bien esa ola y sacó la varita. Los dos largos de vuelta fueron espectaculares, el último ni te cuento.

Y el domingo en Portugalete disfrutaron como pocas veces.

–Ayer –por el domingo– las referencias fueron buenas, nos veíamos con el ascenso en la mano en la segunda ciaboga, y el tercer largo fue una pasada. La Erreka puso el turbo y fue una pasada. Fue una gozada ir y volver, acabamos como un tiro y disfrutando del ascenso.

¿Esperaba semejante superioridad a lo largo de la temporada?

No. Sí que es verdad que nuestra ilusión era conseguir una de las dos plazas de play-off, si podía ser la primera pues mejor, más que nada por demostrar que podíamos ser el mejor equipo de la liga. Era nuestro objetivo, pero hacer la barbaridad que hemos hecho de ganar once regatas de trece no lo esperábamos ni de lejos. Nos conformábamos con bastante menos. Pero después de ver lo que habíamos hecho en los campeonatos de junio sí que dijimos que el año podía ser muy gordo, ahí superamos a todos los equipos de la ACT menos a Urdaibai, y dos veces, porque ayer lo volvimos a hacer. Y eso no lo hace un equipo que no está preparado para un play-off, para poder ser favorito o para dominar esta liga. Para eso tienes que ser un equipo muy rápido, nos lo hemos currado y es para estar súper orgullosos.

¿Siendo de casa ha sentido durante la temporada, o cuando le ofrecieron volver a San Juan, algo de presión añadida?

Para nada, al contrario. La presión que hemos tenido es la presión de nuestra ilusión, y nuestra ilusión era más fuerte que la presión. La duda que podía acarrear sentir que igual algo podía no salirnos bien es deporte, son sensaciones que te gusta vivirlas. Al deportista le gusta vivir estas sensaciones, si no es insulso. Los deportistas somos competitivos y cuando estás en competición hay una presión, aunque venga de la ilusión, como en este caso. Eso nos gusta vivirlo. El equipo, a pesar de ser joven, ha demostrado que estaba preparado para esto. Y ahí está el ascenso.

Me habla de ilusión. Supongo que para conseguirla haber tenido tanta gente de casa, que se ha criado en el club, ha sido un valor añadido.

Pero es como tiene que funcionar este club. Nosotros no contemplamos otra fórmula, no hay más. Somos un pueblo pequeño, pero proporcionalmente somos una potencia en sacar remeros. Además, por nuestra manera de ser, es verdad que somos capaces de romper un proyecto en cinco minutos, pero también somos capaces de rearmarlo en un espacio muy corto de tiempo, porque aquí siempre hay remeros y remeras, aquí siempre hay gente para remar. Hay un club con una estructura y un trabajo coral. Puede que me estéis llamando a mí estos días y que esté siendo protagonista en los medios de comunicación, pero el último largo del sábado, que fue una maravilla, es la consecuencia de un trabajo de años en el club, que ha sabido enseñar a esos niños, y después juveniles, adolescentes y adultos que han ido madurando y puliendo su técnica y que en días como el de Bermeo sacaron a relucir. Eso es lo que nos hace sentir orgullosos, que está siendo un trabajo coral y que San Juan, a pesar de haber estado seis años en la ARC-1, sigue sabiendo hacer las cosas. Eso es lo que más nos llena.

Le tengo que preguntar por el próximo año, aunque el invierno es muy largo. Supongo que nadie se querrá bajar ahora mismo de este proyecto y que mantendrá gran parte del bloque.

La sensación que tengo es que no va a faltar nadie. La reunión la tuvimos ayer –por el domingo–, vamos a hablar todos juntos, y en principio no parece que vaya a haber bajas. Además, nosotros tenemos otros remeros que han estado cedidos en otros clubes, juveniles que pasan a senior, y, como te he comentado antes, aquí generamos remeros rápido, porque siempre hay gente para remar, y por ello hay exremeros del club que ahora no reman o están en otros clubes de élite de la ACT que a lo mejor también se dejan caer. Pensamos que desde el punto de vista del potencial no va a haber ninguna merma. El proyecto es sólido, ha dado un gran paso adelante y el año que viene nos toca disfrutar en la máxima competición después de trabajar muy duro durante muchos años.

Sobre el proyecto le quería hablar. En el remo suele haber opiniones muy diversas de los diferentes equipos y sus proyectos. En su caso parece que la mayoría coincide en que esta resurrección de la ‘Erreka’ se está haciendo de una forma muy sostenible para que dure mucho. ¿Es así realmente?

Sí, esa es la idea. Pero hay mucha gente del club que lleva trabajando tiempo en esto, no solo ahora. Y no solo es lo que ha salido a relucir en este momento; nosotros damos mucho valor a la gente que cuando ha habido que remar en la ARC-1 y sostener el equipo con malos resultados y sinsabores ha estado ahí dando el callo. E igual ahora ni están. Alguno de ellos estos días sí ha estado remando, y durante la liga también, y eso lo ponemos en valor porque nos ha servido de mucho en este paso que hemos conseguido ahora. Esto no solo es un asunto de que hayamos conseguido ascender a una generación que se ha juntado con otros que ya estaban en la plantilla y con otros que hemos llegado este año. De esto también forma parte la gente que ha estado sosteniendo el club y que ha hecho que hayamos llegado hasta aquí, y son los que van a hacer que podamos seguir el camino. Eso es muy importante. Aquí se ha dado esa situación y lo más bonito de todo es que el trabajo es coral. Un club de cantera es eso.

Ha acostumbrado a lo bueno a su afición. Repetir el año va a ser difícil, pero ya tendrá peticiones para la próxima temporada...

El pueblo tenía ganas de celebrar algo importante, pero es que nos habíamos malacostumbrado. Las bateleras nos trajeron cinco Banderas de La Concha y cinco ligas entre 2014 y 2018, y estábamos muy malacostumbrados. Además, en esa época con la trainera masculina también estábamos en la ACT, remamos las tandas de honor e incluso conseguimos alguna bandera. El pueblo vivía días de vino y rosas, nunca mejor dicho. Luego llegó el momento crítico de 2018 y ha habido que remar mucho para llegar hasta aquí. Ahora vamos a disfrutar del remo de alto nivel, otra vez, porque es nuestro sitio y es donde tenemos que estar. Tenemos 16 Banderas de La Concha en San Juan y por historia tenemos que estar ahí, y lo vamos a disfrutar. Luego más adelante ya veremos si nos da para poder pelear por las banderas, que vamos a trabajar para ello, pero de entrada vamos a disfrutar. Estoy seguro de que va a ser así.