Ha sumado otra Bandera de La Concha a su palmarés. Empieza a ser casi una costumbre repetírselo todos los veranos desde 2011. 

–Sí, parece que es fácil, pero detrás de todo esto hay de todo. Se mezclan trabajo y también un puntito de presión. Yo creo que el domingo, cuando las cosas se nos pusieron un poco feas, cuando llegamos a la primera ciaboga, supimos darle la vuelta y tuvimos esa pizca de suerte. Igual no tener referencias nos vino hasta bien, porque estar trece segundos por detrás era un mazazo. Parece que es fácil, pero detrás hay mucho trabajo. Hemos conseguido otra más y estamos muy contentos.

Cumplieron con los pronósticos. Todos les ponían la vitola de favoritos, pero no parece que les haya afectado esa presión. 

–En Bermeo al final siempre vas a tener la vitola de favorito. Urdaibai ha demostrado varios años que aún siendo favorito y teniendo esa presión añadida ha funcionado igual, y los equipos grandes con esa presión se crecen. Luego hay que acertar en el día que hay que hacerlo, y con esa suerte y con el equipo que tenemos hemos acertado los dos domingos y se ha cumplido el objetivo.

El domingo ya en el largo de brankas se podía ver que era su día. 

–El objetivo era coger la delantera cuanto antes y cerrar todas las puertas a los rivales. Si lo dejas abierto, los rivales se te meten hasta dentro. Era la idea, teníamos esa pequeña ventaja con respecto a los rivales, y si sales fuerte y coges la delantera, además de esa ventaja que teníamos, pues eso que sumas. Ese era el principal objetivo, coger la delantera y cerrar las puertas cuanto antes.

Nos hemos acostumbrado a verles volar en popare, durante la liga y en las dos jornadas de la Bandera de La Concha. 

–Sí, porque el bote está con una estructura que ya desde el año pasado empezó a funcionar muy bien y este año le hemos dado continuidad. Siempre solemos decir que el primer año es para asentar el bloque y en eso nos basamos, hay que pillarle el truco a la estructura y cuando se lo coges las cosas salen más fácil. Hemos acertado tanto en brankas como en popare. Es verdad que en brankas no se abre tanta brecha, el bote va muy rápido y la velocidad de crucero que tenemos sin gastar tanto al rival le cuesta, y a la vuelta, cuando hay que pegarle a la ola, es cuando hemos abierto la brecha.

El bote está más asentado que el año pasado y tiene potencial, pero en 2022 no estuvieron tan cómodos como este año. 

–El año pasado todos nos conocíamos, los que estaban y cinco o seis que el año anterior habíamos estado en Santurtzi, pero le tienes que dar una forma. La remada no era igual, aunque sí parecida. El bote funciona diferente con la gente. Entonces, colocando a los remeros en su sitio, tienes que entender un poco el bote y nos duró un año. Funcionaba muy bien el bote y este año hemos comprobado que la estructura del año pasado funciona a las mil maravillas. Las bajas que tuvimos las hemos suplido con grandísimos remeros y ahí se han visto los resultados.

¿Han tocado techo en Urdaibai? 

–No lo sé. Siempre se suele decir eso cuando los resultados acompañan y se gana todo. Yo pensaba que el año pasado habíamos tocado techo ganándolo todo y este año estamos camino de mejorarlo. Nunca se puede hablar de tocar techo, porque este equipo ya ha demostrado que trabajando va mejorando cada día.

¿Y usted ha tocado techo? Porque en remo que ganar sea costumbre es muy difícil y ya tiene usted unas cuantas banderas. 

–Es que todos los años son diferentes. Hay años que te cuesta más por las circunstancias de tu vida. No solamente eres remero, eres padre, eres hijo, eres marido, eres trabajador y tienes mil cosas que hacer durante el día. Todos los años no son iguales, todos los días no son iguales y la verdad es que los temas extradeportivos también afectan. Yo he tenido la suerte de que en casa hasta ahora me están acompañando, aunque tenga mucho trabajo con tres hijas, además de mi propio trabajo y demás cosas. Lo estamos llevando bastante bien y no sé si he tocado techo o no, pero los últimos años estoy disfrutando, los resultados acompañan y mientras haya ganas o podamos seguir, continuaremos disfrutando.

¿Cuál ha sido la Bandera de La Concha más especial que ha ganado? 

–Es difícil decirlo, porque todas tienen su historia, su sudor y su sacrificio detrás. Por quedarme con una igual te puedo decir, por cómo fue, la que ganamos con Orio en 2017. Esa fue espectacular. Quedamos terceros el primer domingo, pedíamos muy mala mar para poder remontar a dos equipos que bajaron de 19 minutos e hicieron récord. Ese año ganar La Concha era muy difícil pero se consiguió haciendo una grandísima regata el segundo domingo.

Se queda a solo una Bandera de La Concha de Aita Manuel. Son palabras mayores. 

–Sí, los últimos años se está comentando, pero yo tampoco le doy demasiada importancia. Al fin y al cabo yo estoy disfrutando con lo que hago y vamos sumando victorias. No me canso tampoco, estoy disfrutando con los remeros, con el día a día, y tampoco me cuesta levantarme los sábados o los domingos a las siete de la mañana para ir a entrenar. Estoy disfrutando, y cuando los resultados acompañan es mucho más fácil.

No sé si cuando empezó a remar soñaba con tener una trayectoria así, pero ya van más de dos décadas en el remo y sigue acumulando títulos. 

–Yo tengo el recuerdo de que cuando era pequeño estaba en el local de Zarautz y veía la trainera justo encima de los caballetes pensaba que a ver cómo los patrones podían estar de pie, pensando en cómo iban. Me imaginaba estar alguna vez montado en esa trainera y se me hacía grande. Han pasado los años y quién lo iba a decir. He tenido la suerte de estar en grandísimos equipos. En Zarautz para aprender me dieron muchísimas horas, siendo un crío cualquier equipo no te da la oportunidad de estar casi todas las regatas y yo he tenido esa suerte. También lo he aprovechado. Tienen que coincidir muchas cosas para que yo haya tenido esta trayectoria y haya conseguido estas victorias.

Le quiero preguntar por el estado actual del remo. No sé cómo valora el nivel que hay en estos momentos. 

–El nivel está ahí, el nivel es grande. En los últimos cuatro o cinco años la rivalidad se ha igualado muchísimo. Antes igual estábamos dos equipos para pelear por las banderas, ahora hay una terna de cuatro o cinco e incluso si cambian un poco las condiciones cualquiera se te puede meter, como consiguió Ondarroa el año pasado. Sí que es verdad que estamos casi los mismos remeros que estábamos hace 20 años. Algunos se retiran, otros siguen, pero igual hay que darle una vueltita para que más jóvenes se enganchen al remo y puedan disfrutar como estamos disfrutando nosotros.

Imagino que mientras se vea usted con fuerzas le vamos a seguir viendo encima de una trainera. 

–Primero vamos a acabar esta temporada. Tanto físicamente como sobre todo psicológicamente estar en un equipo puntero es bonito y cuando ganas es muy bonito, pero también cansa. Tiene desgaste estar siempre al límite, a tope, y primero acabaremos lo mejor posible esta temporada y luego pensando en frío ya veremos el año que viene qué hacemos. Todos los años digo lo mismo, pero es que es así. La familia también tira, mi mujer tiene muchísima paciencia y a ella también le gustaría disfrutar del verano, que cuando estoy remando no puede, así que primero vamos a acabar esto y después en frío y poniendo las cartas sobre la mesa ya tomaremos alguna decisión.