La temporada de remo ha comenzado de la forma más atípica, extraña y triste posible: sin empezar. La primera jornada de la bandera de A Coruña ha quedado suspendida debido a las condiciones meteorológicas. Así lo ha anunciado la ACT a las 16:47, a solo 43 minutos de que fuera a dar comienzo la primera tanda de la regata femenina.

Benigno Silva, presidente del Comité Técnico de la ACT, ha justificado su decisión basándose en que las embarcaciones podían correr cierto riesgo: “No hay riesgo cero, pero hacer hoy la regata, sobre todo el embarque, sería correr un riesgo tal vez excesivo, y alguna tripulación podría haber tenido algún percance excesivo”. En declaraciones a los medios oficiales de la ACT, Silva se ha reafirmado en priorizar la seguridad de los deportistas. “Seguridad cien por cien nunca hay, pero tenemos que intentar minimizar los riesgos”. Más aún en este campo de regateo, donde ya tenemos ejemplos que mejor no revivir, como el de Chapela en 2007, cuando se le rompió la trainera por el golpe de una ola y volcó el bote cuando se dirigía a la baliza para dar comienzo a su tanda en la Bandera Teresa Herrera.

Las previsiones a lo largo de la semana anunciaban no solo de mucha ola, sino también de vientos altos, algo por otro lado bastante habitual en esta ensenada de Orzán, donde las aguas del Atlántico son las que dictan sentencia en este campo de regateo, condiciones que se han confirmado finalmente y que han obligado a la suspensión de esta primera regata del presente curso: “Las condiciones de embarque son muy complicadas, hay muy poco tiempo de mar entre ola y ola, hay mucha altura de ola, hay mucha resaca y es muy complicado”.

El fondo de la Praia de Riazor es bastante empedrado, esto hacía que el embarque tuviera que hacerse en menos de un minuto debido a ese oleaje y ese poco tiempo entre ola y ola. Echar la trainera al agua, subirse los remeros y recorrer 50 metros en menos de 60 segundos. La tarea es, sin duda, harto complicada, de hecho parece que ha sido el factor clave para tomar una decisión a buen seguro difícil para los organizadores. Era prácticamente imposible llegar a la baliza, con la mar que había, la ola rota que llega a la playa y el poco fondo en el lugar y momento de embarcar. La alternativa de entrar al agua por otro lugar y rodear la Torre de Hércules en estas condiciones tampoco era una opción viable.

Si habrá o no regata mañana es ahora mismo una incógnita, pero la lógica tras lo visto hoy hace pensar que habrá que esperar hasta el próximo sábado para dar el pistoletazo de salida a la temporada. Hoy la jornada se ha suspendido con vientos de entre 13 y 18 kilómetros por hora y cerca de los dos metros y medio de ola. Mañana las condiciones, al menos de viento, son aún peores, con vientos previstos a la hora de la regata de entre 23 y 37 kilómetros por hora y un periodo de olas similar. Pinta complicado, es de suponer que tan complicado como cambiar de escenario para mañana, teniendo que solicitar los siguientes permisos, cambios logísticos y otros tantos inconvenientes. La opción que se está buscando es intentar encontrar otro acceso alternativo, algo que se ha hablado esta misma tarde en una reunión. Parece que O Matadoiro es una opción, playa también con ola al otro lado de la ensenada de Orzán, pero algo más resguardada y de un acceso estrecho, aunque la primera opción sigue siendo embarcar en el lugar donde hoy no se ha podido esperando que baje el mar de fondo. La logística, cabe repetirlo, es complicada, hay que movilizar 20 traineras.

Mañana a las 9:00 se reunirán los clubes y la ACT para tomar la decisión final, se va a intentar que la segunda jornada se lleve a cabo. Ya se sabe que en las regatas de Galicia pasan cosas. En este caso incluso sin que haya habido regata. Solo queda esperar.