Cuentan, sobre todo los que suelen estar más acostumbrados a que les beneficien los colegiados, que al final de la temporada se equilibran el número de aciertos y de errores arbitrales en todos los equipos. Un consejo, no caigan en la trampa. No es verdad. Nos mienten. Entre otras cosas porque ya no queda casi tiempo material para compensar la lista de fechorías que ha sufrido la Real durante la temporada. Eso sin querer hacer memoria para rescatar que se tuvo que ir de Europa porque le pegaron el mayor atraco que se recuerda en la nueva y tenebrosa era del VAR. Pero, aunque no es cuestión de fustigarnos, ya que otros te roban cínicamente sin disimulo y ni se alteran, es justo reconocer que la Real sumó un punto ayer en Vila-real de milagro y porque Cuadra Fernández, o mejor dicho su linier (Guadalupe Porras, la de la final de la Copa para siempre), se equivocó de forma clara al castigar con una falta un simple forcejeo entre Pepe y Javi López en el gol anulado en el minuto 96. Antes, la asistenta también había invalidado otro tanto a Pape Gueye en una acción de esas en las que a veces sale cara y otras cruz, al no haber un criterio claro definido, en un fuera de juego posicional de Ayoze. Las imágenes demostraron en este caso que el canario se encontraba a un solo metro de Remiro y que incluso se agachó para que no le diera la pelota, por lo que no admite ninguna discusión que interfiere en la visión de Remiro. Por último y en cambio, en el primero de los tres goles anulados sí tuvo que intervenir el VAR que determinó con Yeremy Pino está mínimamente más adelantado tras el gran pase de Pepe. Por lo tanto, entendemos el enfado local y las lágrimas tan conocidas de Marcelino, pero solo se puede quejar de la última jugada del encuentro, y en la misma es cierto que hay una pugna entre Pepe y Javi López, pero, a pesar de que duele, como es lógico, tampoco es para tanto... Que las hemos conocido y sufrido mucho peores.

Muy superior el Villarreal

Otra cuestión, muy distinta, es que el Villarreal fue muy superior ante la Real del 4-3-3 y, sobre todo, a la del 5-4-1 que incluso se había puesto por delante en el marcador gracias a la fe y a la determinación de un delantero sin parangón como Mikel Oyarzabal. Seamos sinceros, no sabemos muy bien si lo que pretendía Imanol era ajustar la presión arriba, pero la única realidad es que el equipo reculó y concedió 20 metros a un adversario que dispone de mucha calidad y físico arriba para hacerte mucho daño y que cada vez que centraba una pelota al área y, a pesar de acumular muchos jugadores, la acción se convertía en un auténtico quebradero de cabeza. Legales o no, los cuatro tantos que encajó les delata. Hace tiempo que este grupo no es capaz de ofrecer su mejor versión con el dibujo de los tres centrales. Esperemos que a Imanol no se le olvide y lo tenga en cuenta. 

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Las notas de Mikel Recalde: Villarreal - Real Mikel Recalde

Siete bajas

La Real se presentó en Vila-real con una comprometida lista de siete bajas que no impidieron al oriotarra alinear un once de garantías y reconocible. Tres cambios respecto al equipo que venía de naufragar por completo ante el Mallorca, con las entradas de Traoré, que precisamente jugó un gran partido en este mismo escenario metiéndose mucho por dentro para erigirse en un centrocampista más, Turrientes, que como apuntábamos entre semana era el favorito para cubrir el hueco del sancionado Zubimendi, y Sergio Gómez, que entró por el lesionado Barrenetxea. Enfrente, esta vez Marcelino se decidió por no doblar lateral y fue Denis Suárez, un jugador más parecido a Baena, quién ocupó la banda izquierda.

Buen comienzo

Lo cierto es que los realistas entraron bastante bien en el encuentro. Incluso Pablo Marín puso a prueba con un fuerte remate desde cerca del vértice del área que detuvo Luiz Junior. Sin embargo, a los seis minutos, en una buena salida de balón del Villarreal, Barry pivotó de maravilla sacando de sitio a Aritz y el centro de Sergi Cardona, lo dejó pasar Denis para que apareciera completamente solo Jeremy Pino que solo tuvo que definir con facilidad con un remate cruzado. Mal Aihen, que acude a apagar un fuego que no le correspondía, pero también es cierto que el toque del galo descolocó a todo el entramado txuri-urdin y que la intención del lateral era buena, aunque acabara descuidando su zona donde apareció campando a sus anchas el canario. 

El tanto hizo daño a los guipuzcoanos que sufrieron, sobre todo en jugadas a balón parado. Parejo, en un centrochut tras sacar en corto un córner, estuvo muy cerca de sorprender a Remiro. Pero después de la primera falta de tarjeta no mostrada por el árbitro de Kubo, Sergio Gómez sirvió al borde del área y el cabezazo del propio Aihen lo cortó sin querer con el brazo Barry. Penalti claro de los de ahora y de los de VAR que transformó con muchos apuros Oyarzabal, ya que Junior le adivinó la dirección. 

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📷 Las mejores imágenes del partido de la Real Sociedad frente al Villarreal ANDREU ESTEBAN - EFE

Jon Martín protagonizó un corte espectacular, muy arriesgado porque rozó la pena máxima, pero providencial para arrebatar limpiamente la pelota a Barry cuando penetraba en el área. En la siguiente aparición de Kubo, su rosca endiablada acabó en el larguero tras rozar el meta local. La mejor ocasión amarilla antes del descanso fue un testarazo a la madera de Foyth también en un saque de esquina y gracias a un salto imperial y, después de una jugada dudosa en la que Sergio Gómez estuvo a punto de golpear a Pino en un despeje dentro del área, Ayoze no encontró portería con un chut raso. En la última aparición estelar de Kubo, su centro tras varios amagos lo remató en el área pequeña Sucic, pero la pelota fue directa al pecho de Luiz Junior.

Cambios en el descanso

En la reanudación, Imanol dio entrada a Pacheco por Sucic, para pasar a la citada zaga de cinco. Cuando aún no se había colocado, en una acción en la que algunos, ilusos de ellos, pensará que se encontró, Oyarzabal logró el 1-2 al buscarlo de forma decidida, con ese colmillo retorcido con el que juega siempre. Llegó tan sobrado a la presión que no tuvo ni que tirarse al suelo. Pero a partir de ese momento arrancó el verdadero infierno para una Real con la línea muy retrasada que permitió al Villarreal arriesgar mucho más al jugar casi sin red porque no corría casi ningún peligro. Las ocasiones iban cayendo poco a poco con los realistas achicando agua como podían. Cada vez aparecían más amarillos y era más difícil bloquear sus disparos. Como era previsible, en el minuto 60, Ayoze, libre por el despiste de Turrientes, igualó el choque con un certero testarazo a centro de Pino. Los centros de Pepe a banda cambia da causaban estragos y Remiro salvó con el pie un cabezazo de Barry. Entre sudores fríos fueron llegando las oportunidades y los tres goles anulados a Pino, por fuera de juego, Ayoze por offside posicional y Eyong, por una cuestionable falta de Pepe a Javi López, que defendió horrible.  

Con el mal cuerpo del gol invalidado en el minuto 96 se llegó al final del encuentro. Una vez más Oyarzabal, la estrella txuri-urdin que siempre se encuentra de guardia, a lo Batman vigilando la noche de Gotham, permitió a una Real superada sumar un punto que tiene que deberá hacer valer el miércoles en Vitoria. Será unos días antes del verdadero derbi, en el que ya puede mostrar una versión muy distinta si no quiere destapar la temida Caja de Pandora...