Verano del sinvivir. Capítulo XXV. Martín Zubimendi entra en la convocatoria del ensayo general ante el Union Berlin a nueve días del estreno liguero, pero Mikel Merino se queda en tierra. Según la versión oficial del club por problemas físicos al no haber podido finalizar los dos últimos entrenamientos. Pero hay más. El Arsenal tiene intención de acometer su esperada y anunciada ofensiva en los próximos días. Aunque algunos se empeñaron en desmentirlo, en Anoeta conocían de primera mano que el club gunner, con el que mantienen una buena relación, iba a llamar para sentarse a negociar, alcanzar un acuerdo y hacerse con los servicios del navarro.

Lo normal después de haber convencido al jugador, al que le ha seducido su estilo de juego, lo bien que encajan sus condiciones, la confianza que ha depositado Mikel Arteta en él, su nivel de Champions y que le da el contrato de su vida a sus 28 años. No son pocos argumentos para hacerle cambiar de opinión después de que durante muchos meses en el club txuri-urdin transmitieran tranquilidad respecto a su renovación. Una vez llegados a esta situación casi límite, parece razonable reconocer que no midieron bien el riesgo de que aparecieran uno o varios peces gordos, como así ha sido. 

La influencia del 'caso Zubimendi'

El estallido del caso Zubimendi ha puesto muy nervioso tanto al entorno del futbolista pamplonés como al propio Arsenal que de la noche a la mañana ha visto peligrar una contratación que daba por segura tras la incorporación de Calafiori por 45 millones. Al tener miedo de que, si abandona el barco definitivamente el donostiarra, la Real Sociedad se cerrara en banda a sentarse a negociar por Merino y le cerrara la puerta de salida en las narices, la entidad londinense no ha querido esperar más y en los próximos días formalizará una propuesta en firme que dé inicio a las previsibles conversaciones. 

En el entorno del futbolista también se encontraban cuanto menos inquietos por el temor a que Jokin Aperribay no cumpliera la palabra que incluso desveló en público en la presentación de Javi López. “Si Merino nos dice que acepta alguna de las ofertas que tiene, negociaremos”. Como es obvio, el hecho de que la plantilla haya comenzado a perder efectivos referentes tampoco ayuda a que haya pensado en quedarse.

La Real no va a pedir los 65 millones de su cláusula

Es evidente que puede que no falten a la verdad con los problemas físicos que arrastra y que le han dejado fuera de la lista para Berlín, pero la realidad es que ni a Merino ni al Arsenal le interesa lo más mínimo que una lesión pueda poner en peligro una operación que, como venimos informando en estas líneas, estaba condenada a sellarse desde hace varias semanas. 

Ahora bien, la Real no va a regalar al futbolista. Lógicamente no va a exigir su cláusula de 65 millones al haber entrado en el último año de contrato, pero tampoco se puede olvidar que es uno de recientemente proclamados campeones de Europa (con papel de héroe en los cuartos ante Alemania) y el jugado clave txuri-urdin en los último cinco años.

El entorno del futbolista confía en que Aperribay, que ya ha regresado de sus vacaciones para liderar el gabinete de crisis (ha acudido al tanatorio para despedir al diputado de Hacienda Jokin Perona), facilite el acuerdo y que no se descuelgue con peticiones que superen los 25 millones de euros. Habrá que ver con qué energía y desgaste afronta el presidente esta negociación después del verano que le están dando...