El cuerpo de Takefusa Kubo comienza a decir basta. El japonés está intentando llegar a tiempo para enfrentarse al Almería, pero quizá sea el momento de escuchar a su cuerpo y no forzar demasiado, porque no ha parado de jugar en las dos temporadas que lleva en la Real. Desde que aterrizó en Anoeta con la sombra de la sospecha por el poco éxito de sus cesiones anteriores, el nipón es una pieza clave para Imanol, que siempre que ha estado disponible le ha hecho un hueco en su equipo.

Tanto de extremo por las dos bandas, como de mediapunta en el vértice del rombo del 4-4-2 cuando el año pasado faltaba Silva. La confianza del técnico en él es total y, aunque siempre le exige más en cuestión de números, se ha convertido en un tiempo récord en uno de sus soldados que más seguridad le proporcionan. Pero a pesar de ser un auténtico superdotado físicamente, con unos registros de jugador de equipo gigante por su capacidad para afrontar partidos cada tres días con total solvencia, los jugadores tienen un límite y todo parece indicar que Kubo podría estar cerca del suyo. 

Alguno pensará que es un análisis muy dramático, pero analizando sus datos es para estar, cuanto menos, preocupado. Como recordarán, Take se sentó en el suelo en el minuto 40 del duelo de Mendizorrotza con unas molestias en la cara posterior del muslo. “Antes de sentir más ha pedido el cambio, por lo que espero que no sea preocupante. Pero hay que ver”, tranquilizaba Imanol al término del encuentro. Y la verdad es que las pruebas médicas que le practicaron tras el partido confirmaron el diagnóstico inicial del propio campo. Pero la realidad es que el propio Kubo estaba muy inquieto porque nunca en su carrera había tenido una lesión en esa zona de su cuerpo y regresó a casa con la mosca detrás de la oreja. Este quizá sea el motivo por el que, a pesar de que nunca se le descartó para el duelo ante el Almería, se esté demorando tanto su reincorporación a la dinámica de grupo, es decir, que hasta que no tenga buenas sensaciones no va a arriesgar. 

Lo que le sucedió en Vitoria no fue más que la alarmante rúbrica de lo que venía padeciendo en las últimas semanas. Sobre todo después del encuentro ante el Mallorca en la vuelta de la semifinal de Copa, en el que Imanol le quitó en el minuto 104, casi al final del primer acto de la prórroga. El siguiente encuentro, ante el Sevilla en Liga, lo vio entero desde el banquillo y, después de volver a disputar completo el choque ante el PSG, tampoco pudo participar en la victoria en Granada. O lo que es lo mismo, dos choques consecutivos sin ayudar en Liga, algo muy poco habitual en la trayectoria del nipón. 

Segundo mejor de la Liga

Después de haber sido el segundo mejor jugador de la Liga en el primer tercio de la campaña solo superado por el madridista Bellingham, son muchos los que consideran que ha bajado su rendimiento. La verdad es que desde octubre solo ha marcado dos goles (en Vila-real y en Son Moix en Liga), pero también hay que entender que lo ha jugado casi todo. Tras no participar en Granada, Kubo sí jugó 66 minutos ante el Cádiz antes de retirarse en el descanso en Mendizorrotza. De los anteriores 14 encuentros, en diez completó todos los minutos, además del citado de la prórroga ante el Mallorca. Para que se hagan una idea, en los 18 primeros duelos del curso, solo en cuatro no fue sustituido. 

La temporada pasada apenas se perdió siete partidos y solo sufrió una lesión en el hombro en el duelo en Chipre de Europa League. Fue titular en 34 de los 44 partidos en los que intervino, para un total de 2.915 minutos, pero solo no completó enteros ocho. Sus registros se completaron con nueve dianas y nueve pases definitivos. 

En la actual ya se ha quedado sin jugar en once, aunque siete de ellos fueron por su participación en la Copa de Asia. Ha salido de inicio en 30 de los 34 que lleva disputados y no ha sido cambiado en 14 ya. Acumula un total de 2.578 minutos, en los que ha marcado siete goles y ha dado cuatro asistencias. Algo está pasando para que Kubo haya tenido que ser explotado hasta el punto de que su cuerpo empieza a emitir señales de agotamiento. La decepción de Momo Cho, las lesiones de Barrenetxea, la escasa aportación aún de Becker y el hecho de que Oyarzabal haya tenido que ejercer de 9 tampoco le han ayudado. Quedan ocho partidos y hay que cuidarle, porque se trata del futbolista más desequilibrante del plantel.

Japón le quiere en los Juegos Olímpicos

Si en la Real existe preocupación por el exceso de minutos de Kubo, en Japón quieren que juegue los Juegos Olímpicos de París que se celebrarán del 26 de julio al 11 de agosto. El seleccionador, Go Oiwa, ha declarado que creen que el realista sueña con sacarse la espina de no poder ganar una medalla en Tokio: “El mismo jugador dice que quiere ir. Luego depende del club, tal y como he dicho varias veces, si entiende su postura o no”. Roberto Olabe ya manifestó que los Juegos de Kubo habían sido la Copa de Asia. Japón todavía debe sacar billete en su preolímpico sin Take.