Brais Méndez es feliz en Donostia. El gallego ha hecho balance de su segunda temporada como txuri-urdin en la que está volviendo a tener un papel protagonista y a alcanzar muy buenos registros: “Creo que es bueno. Ha habido momentos de rendimiento más bajo o quizá cansancio, por el cúmulo de varios factores. Creo que el trabajo que se está realizando es muy bueno. Estoy muy contento y muy feliz aquí y eso es lo más importante, que aporte el máximo posible al equipo”. 

En principio, no le inquieta estar a cuatro de los once goles que anotó el curso pasado: “No me preocupa en absoluto alcanzar las mismas cifras. Obviamente todos queremos hacer los mejores números posibles y ayudar al equipo a lograr los objetivos. Ojalá puede llegar a los once goles pero si no lo consigo no es una cosa en la que piense y me vuelva loco”.

El bajón ha sido coral y ha repercutido en su opinión en los rendimientos individuales: “El estado del equipo influye, es complicado mantener la forma o el pico de forma de la primera vuelta. Al final es un cúmulo de partidos muy grande, mucho esfuerzo y es normal que el equipo lo acuse. Es cuando tenemos que estar todos más juntos para poder sacar los encuentros adelantes. Es algo que nos ha costado. Lo sabemos, trabajamos en ello y confiamos en no repetirlo en futuras temporadas”.

Brais parece haber recuperado mucho tono al haber recargado energías tras dos meses sin apenas respiro: “No sé si estoy en mi mejor momento pero me encuentro muy bien. Al final se nota que no haya partidos entre semana. El objetivo es llegar así hasta el final, recuperando las buenas sensaciones que quizá habíamos perdido en este mes atrás y alcanzar el objetivo que nos hemos marcado”.

El mediapunta ha defendido que solo saben competir saliendo a muerte desde el principio de la temporada y de los propios partidos: “No pensamos en dosificar más. Desde que empieza la campa hasta que acaba queremos ganar todos los partidos. Nos da igual si es agosto septiembre o en marzo. El equipo ha logrado estos años los objetivos y hay que seguir haciéndolo de la misma manera. No hay que cambiar nada ni volverse loco porque en un mes y medio no haya salido las cosas como queríamos y como pensábamos”.

El centrocampista de la Real Sociedad, Brais Méndez, durante el partido contra el Celta. Salvador Sas

El mazazo ante el Mallorca en la Copa condiciona el análisis de la temporada por el desazón sufrido: “Fue duro. Es complicado, todos teníamos mucha ilusión en poder estar en Sevilla, en una final o en otra ronda en Champions, pero el equipo se ha puesto muy bien. Lo hemos demostrado en estos dos partidos y tenemos que seguir en esta línea”.

Encima Brais tuvo que lidiar con su fallo en el penalti que fue clave. El tercero seguido que desperdiciaba: “Para mí fue un momento muy muy duro, lo pasé realmente mal, pero se trata de que si tuviera que volver a asumir la responsabilidad cogería de nuevo el balón. No cambiaría nada. Esto es fútbol, a veces te llevas la gloria y otras fallas y te duele, pero de eso se trata. Se dio así y no podemos hacer más que reponernos los más rápido posible porque había que seguir compitiendo y ganando. Es lo que hay que hacer, lo más importante es la respuesta tras ese fallo”.

Le han preguntado por Imanol, que siempre le ha demostrado una confianza extrema: “Me llevo muy bien. Desde el primer día que llegué estoy super agradecido de cómo me recibió, de cómo me trató, es una persona muy cercana y es un privilegio poder trabajar con él”.

A muchos les sorprende cómo es posible que no haya ido a la selección en los dos años que lleva en Donostia y después del rendimiento que está ofreciendo: “Yo lo vivo muy feliz por mis compañeros, todos se lo meren tanto los de la selección como los extranjeros. Eso habla muy bien del club y de cómo se están haciendo las cosas. Ojalá que pronto estemos pronto muchos más”.

Recta

Va a ser complicado. Es el tramo en el que todos los equipos se juegan mucho, pero nosotros también y nosotros queremos hacer historia para meternos por quinta campaña consecutiva en Europa. No va a ser fácil, pero lo tenemos en nuestra mano.