Si no lo hubiésemos pasado tan mal durante 25 años en la competición, probablemente habríamos vivido de una forma más tranquila la primera eliminatoria de Copa de la Real. Aunque en el banquillo siga Imanol, el elegido que borró de un plumazo la maldita mancha negra que mancilló durante tanto tiempo la leyenda txuri-urdin haciéndole campeón 34 cursosdespués, lo cierto es que a quien más o quien menos se le aparecieron en la grada del modesto estadio de Requena muchos de esos fantasmas que nos amargaron la vida.

No pasa nada por reconocer que superada la hora del encuentro y, a pesar de que el humilde contrincante apenas pasaba el centro del campo y no había rematado a puerta aún, la gran mayoría de la afición realista ya estaba con la mosca detrás de la oreja y, por momentos, jurando en hebreo ante la falta de profundidad de los suyos y su absoluta indolencia para hacer trizas a la épica defensa del Buñol. Al final, un gol de Carlos Fernández tras recoger un rechace de Paco a disparo de Dadíe, evitó lo que hubiese supuesto una verdadera Tomatina contra el equipo de Champions, que, al igual que el curso pasado en Talavera de la Reina con el Cazalegas que incluso llegó a empatarle, se llevó un susto considerable. 

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Buñol-Real Sociedad: las notas de Mikel Recalde Mikel Recalde

Sí, después de marcar, que era lo más complicado del partido, todos rebajamos un poco la tensión y asistimos sin sobresaltos a un plácido final del encuentro en el que, con el marcador roto a su favor, la Real tampoco logró las auténticas diferencias y no pasó del raquítico triunfo por la mínima. Los realistas ganaron y pasaron la eliminatoria, pero no estuvieron muy lejos de hacer un ridículo espantoso como hubiera supuesto llegar a la prórroga ante unos amateurs que se vaciaron de tal manera que fueron cayendo lesionados como soldaditos de plástico. Y como héroes también, que conste en acta. 

Esta vez Imanol tendrá complicado justificar que apostaba por el mejor once posible para sacar adelante la eliminatoria. El técnico cambió a diez jugadores respecto al once que empató en Vallecas. Las grandes novedades fueron el debut en la portería de Unai Marrero, las posiciones de Urko, de central, y de Pacheco de lateral, en la retaguardia, y el estreno como titular arriba de Magunazelaia. El meta recibió el premio a su gran trabajo y evolución experimentada en los últimos meses. Más sorprendente fueron sus decisiones en la defensa, ya que, al contrario que Xabi Alonso, Imanol siempre ha considerado que Urko es mediocentro, mientras que el hecho de que actuara en banda Pacheco se supone que estuvo motivada porque Aihen tenía que descansar y no hay otro lateral izquierdo en la plantilla ni otro que asome la cabeza del filial. Maguna, capitán del Sanse, sí que lleva tiempo llamando a la puerta y cuando ha podido jugar siempre ha dado un buen nivel. 

Por último, hay que destacar la primera titularidad de Odriozola desde su regreso, después de superar los problemas musculares que han mermado y condicionado su vuelta a casa. Una gran noticia para que Traoré pueda descansar y para que por fin haya una competencia real en el puesto que más ha reforzado la dirección deportiva esta temporada. La ausencia de Carlos Fernández se explica porque Barrenetxea se encuentra con molestias, por lo que el técnico, que como siempre está en todo y no da puntada sin hilo, podría sopesar la opción de poner en banda a Oyarzabal y que el andaluz entre en punta.

Sin ninguna intención de evitar responsabilidades ni de ampararse en el manido manual de excusas, pronto se constataron dos cuestiones reseñables: era bastante complicado controlar el balón en un terreno de juego en el que botaba demasiado y el fuerte viento condicionaba mucho el desarrollo del juego. Dicho esto, porque también sería injusto no mencionarlo, la primera parte de la Real fue simple y llanamente un auténtico desastre.

Sin ritmo, ni inspiración, ni aparente motivación y con una posesión desesperante por lenta, tediosa y previsible, en ningún momento evidenció que su rival milita en la sexta categoría del fútbol español. Es más, durante cinco minutos de locura, los que fueron del 5 al 10, se produjo un huracán que pareció cambiar las camisetas de ambos equipos y el conjunto de Champions pareció el blanco. Hasta el punto de que la mejor ocasión de los primeros 45 minutos fue local, en un centro de Rubén González que Urko, en su afán de cortar, desvió a su propio larguero. En los diez primeros minutos los valencianos sacaron cuatro córners. Como para no hablar de diferencia de actitud entre uno y otro. Esa crítica que tanto enerva a los futbolistas... 

El único que amagaba un poco con sus arrancadas era un Cho que no tenía muchos problemas para dejar atrás a su marcador, hasta que se evaporó pronto su efecto efervescencia. Turrientes, que ejerció de Zubimendi, fue el único que buscó portería con dos buenos disparos que uno salvó con apuros Paco y el otro lamió la cepa del palo. Zakharyan, que también estuvo a un nivel bastante decepcionante, cerró el penoso primer acto con un buen recorte y una rosca que no encontró palos.

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El Buñol-Real Sociedad, en imágenes Ana Escobar / Efe

En el descanso la bronca de Imanol debió escucharse hasta en Orio. El técnico sacó a Dadíe, para buscar desequilibrio, y a Carlos, para encontrar el gol. Los blanquiazules metieron una marcha más bien liderados por Turrientes y con un Cho más punzante. Al galo se le fue el primer intento a pase de Olasagasti. Dos faltas bien botadas por Zakharyan no fueron culminadas por Pacheco y Urko. Cuando el partido parecía bloquearse de nuevo Cho hizo una buena pared con el ruso, asistió a Dadíe y el rechace al chut de este lo aprovechó con olfato de gol Carlos. Un 9 nato. Algo que también es noticia. Cho, en otro balón suelto, Carlos y Olasagasti, que se toparon con el larguero, y Aritz, de cabeza completamente solo, pudieron y debieron aumentar la renta.

Aceptamos hace tiempo la fórmula del 1-0, a pesar de que muchas veces no acaba de convencernos, pero ante un rival de sexta categoría reconozcamos que nos sonroja un poquito. La fórmula de cambiar todo el equipo no funciona en la Real. Y sí, los realistas superaron la eliminatoria y su sueño de hacer algo grande se mantiene intacto, pero los que parecieron salir vencedores en Requena fueron otros...