Desde el pasado viernes, cientos de realistas han comenzado su desembarco en Lisboa. Se espera que un total de 3.500 aficionados txuri-urdin acompañen al equipo de Imanol en el duelo de Champions que este martes le enfrentará al Benfica y las calles lisboetas comienzan ya a coger aroma guipuzcoano.

Muchos grupos y familias han optado por aprovechar el más asequible de los viajes de esta fase de grupos para disfrutar de unos días de turismo en la capital portuguesa, y aunque la presencia de aficionados es un hecho desde el fin de semana, lo cierto es que las camisetas blanquiazules solo se ven a cuentagotas en las diferentes atracciones turísticas de la capital. Todo parece indicar que la parroquia realista guarda su uniforme de gala para el martes, día de partido, mientras trata de pasar lo más desapercibida posible en estas jornadas previas de turismo.

Por el momento, la experiencia está resultando de lo más gratificante para la afición desplazada, que durante el fin de semana ha podido disfrutar de la capital incluso más de uno se ha visto sorprendido por el impresionante ambiente de la noche lisboeta. Muchos guipuzcoanos han optado por el coche particular para desplazarse, por lo que son numerosos los grupos que han aprovechado también para conocer algunas localidades cercanas. Entre quienes han lucido desde hoy los colores txuri-urdin por las calles lisboetas se encuentran, por ejemplo, los padres del canterano de la Real, el oiartzuarra Iker Kortajarena, que actualmente milita en las filas del Huesca.

Además de Oiartzun, este lunes se han dejado ver seguidores realistas procedentes de otras localidades guipuzcoanas como Errenteria, Trintxerpe o Martutene, e incluso de Madrid.

Sin embargo, la cita más importante tendrá lugar mañana. La Real ha llamado a su afición a concentrarse a partir del mediodía en  Terreiro do Paço, un enclave junto al río Tajo contiguo a la popular Praça do Comércio. Se espera que sea en este punto donde las 3.500 gargantas sumen sus voces de apoyo unánime a la Real. Esta vez, al contrario que en otros históricos desplazamientos como Manchester o Leverkusen hace una década, la kalejira será imposible, ya que el Estádio da luz se encuentra a prácticamente dos horas del centro de la ciudad, pero a la Real no le faltará el aliento de su hinchada durante el trascendental encuentro en el que, en el caso de ganar, dará un paso de gigante en su clasificación para los octavos de final de la máxima competición de clubes del mundo.