Imanol Alguacil no es tonto, sabe lo que hay y, si resultara posible, ordenaría a su equipo presionar bien arriba durante los 100 minutos que dura cada partido. Si sus futbolistas no se cansaran y tuvieran así la capacidad de perseguir rivales sin atisbo de fatiga, todo resultaría fantástico. Y si en el fútbol se pudiesen hacer cambios ilimitados y continuos, como en balonmano o en baloncesto, tampoco existiría problema, porque habría energía constante para apretar de principio a fin. Sucede, sin embargo, que a quienes vemos los encuentros cómodamente sentados se nos olvida a menudo una circunstancia fácilmente entendible: conforme van pasando los minutos, a esos tipos de blanco y azul les duelen las piernas y les quema el pecho. Dejan de llegar a determinadas marcas. Hay adversarios que reciben más desahogados. Y sumarle a esta ecuación una defensa adelantada completa ya un cóctel explosivo y muy peligroso. Mucho más peligroso que meterse atrás.

Digámoslo todo. A la Real no le está sentando bien recular, siendo el partido contra el Inter el último exponente de ello. A partir de aquí, eso sí, conviene subrayar dos factores adicionales. Primero: los minutos previos al cambio de sistema ante los italianos reclamaban por sí mismos reducir el nivel de exposición (esas carreritas de Thuram...). Y segundo: el equipo txuri-urdin venía mejorando durante los últimos años su registro de repliegue y bloque bajo, hasta convertirlo el pasado curso en sumamente eficaz. Ahí están los ejemplos (imágenes adjuntas) de rentas cortas bien contenidas con la famosa línea de cinco. Ahí está también el partido contra el Getafe para evidenciar que, incluso sin dar el paso atrás, la actual defensa del área de los blanquiazules deja bastante que desear.

Declaró Jurgen Klopp aquello de que “una buena presión adelantada es el mejor mediapunta”, frase que, con permiso de Brais, puede aplicarse a lo visto este domingo en Anoeta. Bordalás apostó por matizarse, por restar un hombre (un punta) a la primera línea de contención, por permitir así el pase de portero a centrales y por alimentar su medular con el objetivo de igualar a la Real en un tres contra tres interior. Todo apuntaba a partido largo... Pero el fútbol es así y la sensación inicial desapareció enseguida con el 1-0, gracias al robo de un Traoré cuyas características ejemplifican el momento txuri-urdin en defensa: apretando hacia adelante es ganador, pero cerca de Remiro se convierte en vulnerable. Los primeros 35 minutos del equipo, notables, debieron bastar para aumentar la renta en alguna jugosa transición. La endeblez en la retaguardia, sin embargo, convirtió la merecida victoria en un parto demasiado doloroso. El problema es nuevo. Toca trabajarlo. 

EN EL CAMPO DEL ELCHE. La Real se exhibió en una primera parte durante la que marcó Brais y Mikel Merino falló un penalti. Tras el descanso, los txuri-urdin fueron a menos y terminaron dando un paso atrás (5-4-1). Imanol dio entrada a Pacheco por Gorosabel, desplazó así a Aritz (central) al carril derecho y reforzó la línea defensiva con un quinto integrante, Zubimendi, quien terminó el duelo como zaguero a tiempo completo. 0-1 final.

CONTRA EL ESPANYOL. Los txuri-urdin alcanzaron con un exiguo 2-1 los minutos finales de la visita del Espanyol, un rival temible en el juego aéreo, con Joselu a la cabeza. Esto no impidió que el equipo cediera terreno al adversario para terminar conservando su ventaja. En el minuto 89, Imanol sentó en el banquillo a Brais Méndez para dar entrada a Igor Zubeldia y reforzar la zaga, dentro ya de un dibujo 5-3-2. La Real se llevó los tres puntos.

CONTRA EL ESPANYOL. Los txuri-urdin alcanzaron con un exiguo 2-1 los minutos finales de la visita del Espanyol, un rival temible en el juego aéreo, con Joselu a la cabeza. Esto no impidió que el equipo cediera terreno al adversario para terminar conservando su ventaja. En el minuto 89, Imanol sentó en el banquillo a Brais Méndez para dar entrada a Igor Zubeldia y reforzar la zaga, dentro ya de un dibujo 5-3-2. La Real se llevó los tres puntos.

EN CASA CONTRA EL MANCHESTER UNITED. Certificar la primera plaza del grupo europeo exigía puntuar en casa ante el Manchester United o, al menos, encajar una derrota por la mínima. Así, la Real alcanzó los minutos finales con el objetivo de conservar el 0-1, meta que terminó logrando mediante un dibujo 5-3-2. En el minuto 82, con casi un cuarto de hora por delante (descuento incluido), Imanol sentó a Sorloth y dio entrada a Igor Zubeldia.

EN CASA CONTRA EL MANCHESTER UNITED. Certificar la primera plaza del grupo europeo exigía puntuar en casa ante el Manchester United o, al menos, encajar una derrota por la mínima. Así, la Real alcanzó los minutos finales con el objetivo de conservar el 0-1, meta que terminó logrando mediante un dibujo 5-3-2. En el minuto 82, con casi un cuarto de hora por delante (descuento incluido), Imanol sentó a Sorloth y dio entrada a Igor Zubeldia.