Dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Y la Real lo ha hecho en un par de ocasiones en el decepcionante nuevo empate ante el Celta en Anoeta. Primero, porque volvió a confirmar que no ha hecho los deberes y que, al menos por ahora, no está haciendo bien las cosas para haber disputado ya la segunda jornada de Liga con dos igualadas ante su afición. Las cuentas están claras, si la intención de la dirección deportiva es apuntalar la plantilla con cinco refuerzos y en las dos jornadas iniciales sólo ha podido jugar uno, salta a la vista que se ha producido un manifiesto error de planificación. Que todavía se encuentra a tiempo de ser solucionado, porque el mercado cierra el 31 de agosto, pero lo que seguro no volverán son los cuatro puntos que han volado de su estadio por contar con un equipo, insistimos, indiscutiblemente inferior que el de la temporada pasada. Aunque sea por una simple cuestión de cantidad, aunque, también hay que decirlo, de calidad. Se han ido Silva, Sorloth, Illarramendi, Gorosabel y Guevara (además de que Merino está lesionado). Y, por el contrario, Imanol sólo puede contar con una cara nueva, Traoré, en un puesto secundario como es el del lateral derecho. Y segundo, porque el Celta repitió exactamente la historia de la pasada campaña cuando empató en la última jugada del duelo después de un hundimiento incomprensible de los realistas.
Jokin Aperribay volvió a lanzar un mensaje bastante poco optimista y contundente respecto a la configuración del plantel para un curso tan especial como supone el regreso a la Champions: “Nosotros intentamos cumplir con aquella voluntad para hacer el equipo con lo máximo que podemos. Es un mercado en el que queríamos ir poco a poco. Teníamos que tener cuidado estructuralmente porque hay equipos que salen de la Champions con una crisis grandísima y la Real no quiere eso. Debemos pensar los pasos que damos y es un mercado en el que tenemos que hacer las cosas con delicadeza”.
Aunque el mensaje suena cauto y precavido, y es fiel a su política de gestión que tantos éxitos le han llevado a cosechar desde que es presidente de la Real, lo cierto es que no suena demasiado convincente, ambicioso ni ilusionante respecto a una campaña que había generado una expectación muy por encima de las habituales. Es cierto que es el cuarto curso en Europa consecutivo, pero no por este motivo se ha rebajado la esperanza máxima de gloria para el presente curso.
Vayamos por puestos. En la portería, Remiro sigue sin competencia de fuera, al haber decidido el club darle la alternativa a Unai Marrero, el meta en el que más confía Roberto Olabe desde que asumió la dirección deportiva.
En el lateral derecho, y a pesar de que el director de fútbol fue condescendiente con Gorosabel y Sola, la verdad es que no tardó en incorporar a Traoré y Odriozola aguarda la llamada definitiva para regresar a casa, lo que podría motivar la salida en forma de cesión de Sola. En los centrales apenas hay movimiento, con Zubeldia y Le Normand como indiscutibles titulares, y Aritz y Pacheco, como alternativas de garantías.
En el lateral izquierdo, Aihen es titular indiscutible a la espera de que el club incorpore a otro jugador, lo que motivaría la marcha de Diego Rico, pese a haber renovado este año por dos cursos más. Como publicó este periódico, Reguilón es el mejor colocado, aunque hay más opciones.
En el centro del campo, en el puesto de pivote, Martín Zubimendi vuelve a ser indiscutible, con Urko como posible relevo al haberse marchado Guevara. En los volantes, Merino, que tampoco se entrenó ayer en Zubieta y que puede perderse el tercer encuentro por unas incómodas y peligrosas molestias en el sóleo, cuenta con Turrientes para ocupar su plaza tras la salida de Illarramendi. En la siguiente altura, Brais Méndez, que también parece intocable, disfrutará de la presencia de Olasagasti cuando necesite un relevo.
Optimismo con Zakharyan
En la mediapunta, el vacío tremendo dejado por David Silva por su lesión será ocupado en principio por Arsen Zakharyan, un futbolista desconocido pero que, según cuentan en el club, es un diamante en bruto y un “jugón” de escándalo. Cuidado, porque igual la clave de la mejora de este equipo puede estar en el ruso, a pesar de que, en teoría, venga para sustituir a una leyenda irremplazable.
Y en la delantera, las únicas dudas y comparaciones respecto al curso pasado, además de que ha llegado André Silva, el delantero que se quedaba en el Leipzig, en lugar de Sorloth, al que daban salida cedido (a ver si es capaz de superar sus registros), son si Oyarzabal y Carlos Fernández van a tener que buscar nuevas posiciones para afianzarse. En las bandas, Kubo y Barrenetxea, además del capitán y de alternativas como Robert Navarro, son futbolistas de plenas garantías, por lo que está cerrada la puerta de entrada.
A día de hoy, sin duda, falta por acreditar y confirmar que la plantilla vaya a ser mejor que la del curso pasado. Quedan nueve días...