El presidente de la Federación Guipuzcoana analiza el buen momento del fútbol del territorio y no rehúye la problemática de los incidentes en los campos, a los que espera poner solución.
¿Qué balance realiza de la temporada del fútbol guipuzcoano tras celebrarse la asamblea de la Federación como cierre del curso?
–El balance es bastante positivo. Ha sido la confirmación de un camino que habíamos iniciado. Hemos tenido una competición tranquila después de la pandemia, una Liga completa con unas competiciones muy interesantes, con unas finales muy bonitas... Tanto en el aspecto deportivo como en los programas de carácter más social la Federación ha tenido un año positivo. Como tema a mejorar nos apuntamos el terminar de una vez por todas con los incidentes que ha habido en alguna ocasión, aunque no han sido tantos, pero queremos que no existan, además de algunos aspectos de mejoras en el ámbito organizativo. Y a nivel económico, ha sido muy bueno, con una estabilidad económica clara. El fútbol de elite ha cosechado unos resultados buenos; y en el aficionado hemos tenido un incremento importante en las chicas, que nos hace ser un referente en el Estado. Así que estamos muy satisfechos.
La Real Sociedad, que es la punta de la pirámide del fútbol guipuzcoano, lo ha bordado.
–La Real Sociedad ha conseguido algo que vivimos muy pocas veces y que pone al fútbol guipuzcoano en la mejor competición de clubes del mundo. Evidentemente, es un orgullo para nuestro fútbol y se confirma una manera excelente de gestionar un club y de trabajar con la cantera. Porque, además, el Sanse ha jugado el play-off de ascenso; los dos equipos filiales femeninos han subido de categoría. La Real es un club referente en cuanto a gestión y en cuanto a resultados deportivos y económicos.
¿Cómo ve el liderazgo de la Real en el fútbol guipuzcoano? Otros clubes como el Eibar han aspirado también a compartirlo.
–El liderazgo como club profesional de elite es claro y la Real, evidentemente, vertebra al fútbol guipuzcoano, pero lo bueno es que tenemos diversas opciones y una riqueza o paleta de colores importante en cuanto a modelos y a categorías que ocupa. El Eibar ha estado un par de temporadas consecutivas a un partido de ascender, lo que hubiera sido muy bueno para nuestro fútbol. Y el Real Unión se ha mantenido. Sólo hay cuatro provincias en el Estado con equipos en las tres primeras categorías. Al final, toda esa gama de modelos que tenemos convive muy bien con un club tan instalado en la elite y con un liderazgo que sea la referencia del fútbol de Gipuzkoa.
Este año, además, se ha estrenado un nuevo modelo del reparto de las subvenciones de Real, Diputación y Federación.
–Prácticamente todos los clubes de Gipuzkoa están convenidos con un club de elite, la gran mayoría con la Real. En esos convenios particulares de club a club nosotros somos solo testigos de lo que deciden los clubes. Sí que este año la diferencia es que el dinero que aportaba la Diputación para los clubes, a través de un convenio con la Real, lo va a distribuir directamente la Diputación (antes lo hacía la Real), para lo cual se ha instrumentado una línea de apoyo al fútbol de 600.000 euros. Es una manera nueva de gestionar el dinero público. Nosotros nos encontramos cómodos así.
¿Qué opina de que equipos como Antiguoko o Dunboa Eguzki no estén convenidos con la Real y sí con el Athletic?
–Con la captación de talento de clubes de fuera, que cada vez es más agresiva, al fútbol guipuzcoano lo que le perjudica es el estrés y la voracidad de captar a edades cada vez más temprana que tienen las estructuras profesionales. Hoy en día, la lista de clubes profesionales que tradicionalmente captaba en Gipuzkoa ha aumentado exponencialmente. En cualquier final de nuestras categorías de honor tenemos a doce o catorce ojeadores de estructuras profesionales diferentes y no solo vecinas, sino de cualquier parte del Estado. Los clubes guipuzcoanos son libres de tener un convenio con quien quieran, pero sí tenemos que procurar que el talento guipuzcoano se quede en Gipuzkoa porque tenemos muchos clubes de elite para alimentar. Cualquier jugador talentoso de Gipuzkoa puede jugar en Primera, Segunda, Primera RFEF... en lo que desee. A nosotros nos preocupa más esa voracidad de captación y nervios que tienen algunos de captar en edades cada vez más tempranas.
Esta captación de jóvenes jugadores por parte de clubes como el Athletic cada vez es más persistente, ¿no?
–A nivel del fútbol profesional, sí hay una mayor disputa por lograr la firma de jugadores en edades tempranas sacándolos de su entorno habitual.
Siguiendo con el fútbol de élite, el lado negativo es que el Eibar no haya conseguido el ascenso a Primera pese a volver a tenerlo en la mano.
–Sí, ha sido una pena. En los dos últimos años ha faltado un partido; tener un resultado más para culminar un ascenso que en las dos temporadas se ha merecido. Seguro que el Eibar vuelve a plantear un proyecto ambicioso para que a la tercera sea la vencida, pero mientras me quedo con que su equipo femenino sí ha ascendido. Y para nosotros es un privilegio que en una provincia tan pequeña dos de los 16 equipos de elite del Estado sean guipuzcoanos. Es un logro importante.
El Real Unión al menos consiguió mantenerse en la Primera RFEF, donde hay dos representantes guipuzcoanos.
–Para nosotros es muy importante que haya más estructuras instaladas en categorías de rendimiento. Para el fútbol de Gipuzkoa que el Real Unión al menos esté en Primera RFEF es estratégico. Nos libramos en la última jornada con sufrimiento en Gal; a ver si el próximo curso es más tranquilo.
Y otra nota positiva, dentro de la categoría Regional, es el ascenso del Añorga a Tercera RFEF.
–El Eibar Urko quedó primero en División de Honor Regional, pero no pudo ascender por estar taponado por el Vitoria (filial del Eibar) en Tercera y es el Añorga, un club de barrio y con una implicación no solo deportiva sino también cultural, quien lo logró. Una muy buena noticia. Ha habido cinco implicados hasta el final, pero en los últimos partidos el Añorga aprovechó los fallos de los rivales.