El foco del entorno no ha estado del todo situado sobre el derbi contra Osasuna. El jueves, Martín Zubimendi analizaba en rueda de prensa su situación tras renovar el pasado octubre. Este viernes, el regreso de Mikel Oyarzabal acaparaba gran parte de las noticias. Y, sin embargo, tampoco puede decirse que la afición mire de reojo al partido. Hay ganas de Anoeta. Hay ganas de Real Sociedad. Y pocas veces una tarde de Nochevieja, a las 16.15 horas, deparará un plan así de atractivo.

Los de Imanol, lanzados en Liga aunque ya se nos haya casi olvidado, han vivido el parón mundialista instalados en la tercera plaza. No ha andado muy lejos, eso sí, un Osasuna octavo, con solo tres puntos menos. Para hacer frente a los rojillos, Imanol recupera al citado Oyarzabal, a Aihen y, si nos ceñimos a la Liga, a un Momo Cho que no compite en el campeonato desde el 9 de octubre ante el Villarreal. El técnico elaboró este viernes una convocatoria de 23 efectivos con los potrillos Ander Martín, Marrero (portero) y Pablo Marín, además de un Karrikaburu con ficha del filial.

Faltan por lesión Sola, Barrenetxea, Carlos Fernández, Turrientes y Sadiq, y además se pierde el duelo por sanción un Mikel Merino cuya baja genera la interrogante del sistema. Imanol puede mantener el 4-3-3 con la medular de Coria (Zubimendi, Brais y Silva), o regresar al 4-4-2 reforzando la media con Guevara o Illarramendi.

Enfrente estará un Osasuna que aterriza en Anoeta con la misión de dar continuidad a su gran arranque liguero. Su única baja es la del lesionado Nacho Vidal, dentro de un plantel cuyo crecimiento resulta exponencial al del propio club. Jagoba Arrasate cada vez dirige a mejores futbolistas, circunstancia que ha llevado a su escuadra a dar varios pasos adelante en cuanto a propuesta. Sigue siendo un rival incómodo. Y, mientras, incorpora registros ofensivos más posicionales y elaborados.