La Real Sociedad se impuso este domingo al Valladolid (4-1), logrando una victoria que encarriló durante la primera parte. Los txuri-urdin hicieron de las transiciones defensa-ataque la clave de su holgado triunfo, aprovechando las facilidades ofrecidas por el rival y también generando con acierto un contexto de partido que les permitiera correr. Las conexiones Januzaj-Silva, con envíos desde la banda hacia el carril central, resultaron clave para un equipo que gestó sus cuatro goles desde distancias cercanas a los 80 metros hasta la portería castellana.

PLANTEAMIENTOS INICIALES

El Valladolid sorprendió en cierto modo con su disposición, un 4-4-2 que incluía a Jota en la doble punta. El joven portugués(AMARILLO), eso sí, jugó un rol mixto. En fases de bloque medio-bajo, se encargaba de tapar los pases interiores a Guevara (AZUL), quien salió de pivote con Illarra como interior zurdo.

La Real no se mostró del todo fina de inicio a la hora de encarar situaciones como la mostrada en la anterior captura. Y el Valladolid, mientras, saltó al campo valiente, dispuesto a apretar más arriba y con movimientos novedosos en ataque. El propio Jota (AMARILLO) protagonizó diagonales dentro-fuera aprovechando que Óscar Plano (MORADO), teórico extremo zurdo, centraba su posición. Aquí generó una falta peligrosa de Aritz. Sergio apostó en esta ocasión por que la banda poblada con dos jugadores fijos fuera la derecha, en contra de lo habitual en él (Hervías y Luis Pérez en ROJO)

Fueron muy pocos minutos, pero en el arranque el Valladolid se mostró superior a una Real que, en cualquier caso, parecía ser consciente de que el panorama le iba a deparar oportunidades. Es cierto que el equipo txuri-urdin adelantó su bloque (4-4-2 con Silva en paralelo a Isak) para presionar alto cuando el rival trataba de iniciar desde detrás (la IMAGEN es del minuto 26 ya, aunque lo ilustra bien). Pero no dio la sensación de que a los de Imanol les importara luego que el Pucela tocara el balón desde su defensa, tras las disputas posteriores al envío largo del portero Masip.

LOS GOLES

Y es que la Real ejerció de francotiradora para cimentar su victoria. La prueba reside en las zonas del campo donde inició los ataques que originaron los cuatro goles. Vamos a analizarlos uno por uno, porque todos desprenden un claro poso de contragolpes bien trabajados, con jugadores exteriores descargando al carril central para futbolistas interiores completamente solos.

1-0. Gorosabel roba a Kenan Kodro a la altura del área de Remiro.

Januzaj conduce y atrae rivales para que Silva reciba luego libre de marca en la parcela de la mediapunta, antes de servir la asistencia a Isak.

2-0. Remiro retiene el balón para lograr que Jota (ROJO) se olvide de Zubimendi y salte a por un central. El meta logra que el donostiarra reciba el balón entre líneas.

Se trata de abrir el balón fuera para que reciba Januzaj, quien ejerce de imán y vacía el carril central de futbolistas del Valladolid. En la zona espera un nuevo pase Silva, quien va a jugar en largo para que Isak deje a Oyarzabal y corra luego al espacio.

3-0. Esta es una jugada más accidental. Oyarzabal logra cortar el centro al área de Kike en la segunda jugada de un córner.

Y de nuevo una conducción de Silva por el centro origina el gol, que marca el canario tras sacarse rápido una falta sobre el propio Oyarzabal.

4-0. Aritz roba la cartera a Kenan Kodro en el área pequeña y la Real inicia un nuevo ataque con el Valladolid volcado.

En esta ocasión Januzaj cae a la banda izquierda y ve a Silva marcado. Pero el belga detecta enseguida la posición de Oyarzabal, cuya conducción por dentro termina con devolución al de Bruselas y penalti sobre Isak.

€ Y HUBO MÁS

La Real siguió siempre a lo suyo, haciendo sangre con ataques en transición y verticales. Aquí vemos, por ejemplo, a Aritz cortando un centro en área propia.

¿Qué sucedió después? Pues lo que ya hemos visto con motivo de los goles. El balón termina, cómo no, en Januzaj. El belga sirve dentro, cómo no, a Silva. Y el canario conduce, cómo no, por el carril central. Su apertura a la derecha para Isak generará un disparo cruzado del sueco que rechazará con apuros Masip.

Pese a que esta acción no terminó en gol, el acierto mostrado por la Real ante la meta del Valladolid fue muy importante. Aunque el resultado al descanso pudo ser incluso más abultado. Mediada la primera parte, Sergio metió en el campo a Wassman (ROJO) y la presión pucelana resultó más osada aún, con un 4-4-2 mucho más marcado, un pivote (AMARILLO) saltando a por Zubimendi y el otro (AMARILLO) encargándose de Guevara. Ahí vemos a David Silva (AZUL) completamente solo, a la espalda de los mediocentros visitantes.

La Real se divirtió gracias a semejante panorama. Aquí una sucesión de pases verticales, ya sin necesidad de abrir el balón a la banda, encuentra al propio Silva libre de marca. Su pase a Oyarzabal e Isak concluye con fuera de juego

Los de Imanol se encontraron con un rival pobre, que no ofreció buena imagen en Anoeta. Pero el modo en que se emplearon apunta a que el técnico supo prever el escenario de partido y explotar con las virtudes txuri-urdin las debilidades y las necesidades del adversario. El guion se repitió una y otra vez con motivo de los goles y de las oportunidades de la primera mitad. Y aquí nada es casualidad.