- Minuto y resultado.

-Es verdad que hay muchos partidos, una exigencia alta, tantas competiciones con la situación que todos sabemos, gente que lleva muchos minutos en la mochila y es normal que vayan cayendo. Una pena porque todo el mundo tiene un gran nivel y puede aportar mucho. Esperamos recuperar al máximo de jugadores.

Parece difícil volver a la Liga tras el subidón de la Copa.

-Pero solo hemos tenido un día para poder celebrar el titulo. Normalmente la final suele ser el último partido de la temporada y tienes todo el verano para celebrarlo y hacer todos los actos tranquilamente, pero nosotros el miércoles de esa semana estábamos jugando un partido súper importante para pelear por ese quinto puesto contra el Athletic. No te da para festejar, disfrutarlo, ha pasado tan rápido que casi no somos conscientes de lo que hemos conseguido. Que lo somos. Cuando la Real ha conseguido su sexto título tras 34 años y había que celebrarlo con todo el mundo

Volver a Europa es el segundo objetivo. Betis y Villarreal, los rivales.

-Creo que son equipos con potenciales muy importantes, plantillas con jugadores de muchísimo nivel y no va a ser fácil. Sabemos que hasta el último partido va a estar todo en juego y no se va a resolver nada, pero nosotros tenemos que preocuparnos de lo nuestro, ganar lo máximo posible y al final ver hasta dónde hemos llegado.

Lo suyo ha sido llegar y besar el santo en la Real.

-Después de la temporada pasada en la que me quedé en la semifinal con el Granada, llegar y vivir algo tan bonito para la carrera de un jugador, la historia del club y para todos como es conseguir un título ha sido maravilloso. La pena es no haberlo podido compartir con la afición, pero ojalá pronto podamos disfrutarlo juntos.

En todo un derbi, una rivalidad nueva que ha conocido ahora

-En Sevilla hay mucha pasión en los derbis y en ese tipo de partidos, además los que he vivido han sido con público, siempre existe ese plus. Pero esto era una final, aunque las circunstancias fueran extrañas y nos hayamos acostumbrado a jugar a puerta cerrada. El día que entre el público nos vamos a asustar (risas). Al final te empapas de todo. Tuvimos la suerte de poder ganarla, un partido muy importante por el título y por la rivalidad que se tiene con el Athletic.

¿Le sorprendió algo de la rivalidad?

-Aquí hay jugadores que han estado en la Real y luego allí, la relación es distinta pero hoy en día todo el mundo se conoce, han tenido relación con algunos o con otros en algún momento y no hay una mala relación o una tensión extra más allá de un partido importante como es una final.

En la previa pudo comprobar que el vestuario es como una familia en esa reunión solo de jugadores

-Hay muchísima gente con una calidad humana impresionante. Desde el primer día han intentado ayudar en todo y no solo los compañeros, todo el mundo que está en Zubieta. Sinceramente una de las cosas que me gusta del proyecto de la Real, más allá de lo deportivo, era por el grupo, ya que conocía a algunos por la selección y me habían hablado muy bien. Fue un acierto total. La calidad humana y lo que se consigue a nivel de grupo con gente con un vínculo personal hace que todo sea más fácil.

Como delantero imagino que soñaba con marcar el gol de la final.

-Yo soñaba con ganarla. Hasta que pita el árbitro pueden pasar tantas cosas que solo me preocupaba que cuando pitara saliera todo el mundo a correr y a abrazarnos. Luego para la afición, el club, las carreras de todos nosotros, me parece insignificante el quién haya marcado el gol en comparación con todo lo otro.

¿Con qué se queda?

-Va por momentos. Uno tiene momentos que enloquece un poco más, que se emociona más, otros que está de subidón€ Imagino que podréis ver instantes que vivimos desde dentro que fueron increíbles y es una pena que no pudiéramos saborearlo como se merece con los nuestros porque nos hubiera encantado de verdad.

Alguno apuntaba que iba a traer hasta a los Biris a animar si hubiese podido entrar aficionados sevillanos...

-A los Biris no, pero a mucha gente iba a llevar si se podía (risas). Sinceramente, me parecía algo ilógico. Pero imagina el teléfono cómo lo tenía y la gente cómo se apuntó. No te lo puedes ni imaginar.

Oyarzabal desveló que la trompeta la consiguió usted.

-Pegó el chivatazo, sí. A mí me comentaron que Asier lleva mucho tiempo tocando la trompeta, que iba a interpretar el himno, y yo dije que podía conseguirla en Sevilla. No tuvo la mejor noche tocando la trompeta, todo hay que decirlo, pero al menos lo intentó. Demasiado hizo el pobre que iba cojo perdido (risas).

Somos más sosos, pero esa noche creo que alguno le sorprendió...

-Esa noche nos reímos mucho sí, más de uno nos sorprendió a todos.

El Athletic siempre parece venderse mejor...

-No sé. Ellos tendrán su opinión, ven lo que pasa desde un cristal distinto al nuestro. Nosotros en ningún momento hicimos nada pensando en ellos. A mí me da exactamente igual a quién hemos ganado, lo único que me importaba era celebrarlo con mi familia y los compañeros. La otra parte estará jodido como estaría yo. Cada uno que opine lo que quiera, pero muchas veces se le da más importancia en los medios de la que tiene.

Para usted no era su primer título.

-Estuve en la UEFA de Turín contra el Benfica. Es verdad que la tengo, pero es distinto, no te sientes partícipe como en esta en la que incluso jugué. No tiene nada que ver.

El primero de muchos, el inicio de algo, repiten los jefes realistas...

-Esa es la idea y el deseo que todos tenemos y para lo que trabajamos. Que no sea algo puntual, ni una final, ni una clasificación europea. Habrá años mejores y peores, pero esa es la ambición que tenemos nosotros, el club , y es una de las cosas que me atraía tanto para venir aquí.

Sevilla, es un partido especial.

-Un partido más. Yo soy profesional, soy jugador de la Real, la página del Sevilla ya es pasado, queda atrás y estoy centrado al 300% en mi equipo. Como profesional quiero ganar porque el Carlos Fernández profesional es de la Real; la persona es sevillista y a partir de las 16.00 horas de la tarde le deseo lo mejor al Sevilla y que siempre gane salvo cuando juegue con la Real o estemos peleando por los mismos objetivos.

Sin revanchas, ni rencores€

-Para nada. Ni existe ni es así ni en mi cabeza hay nada de eso.

La cantera del Sevilla es increíble, pero la utiliza para ingresar

-Ya menos, aunque el último canterano que han vendido ha sido a mí. Es verdad que es un club que compra barato y vende caro, la mayoría de jugadores se revalorizan y salen a otros clubes por cantidades de dinero muy superiores. Y a nivel de cantera, los de casa han tenido menos sitio en los últimos años. Yo he tenido que salir cedido para seguir creciendo y no quedarme estancado. Ahora estoy en la Real, que es un club que tiene 16 canteranos en el primer equipo€ Pero no soy quién para opinar, solo puedo decir que lo que me ha tocado vivir ha sido eso.

¿Volverá y triunfará algún día en el Sánchez Pizjuán?

-En el fútbol nunca se sabe. Mi contrato es de seis años y es lo único que tengo en la cabeza. Llego con mucha ilusión y ganas de estar mucho tiempo aquí, de conseguir cosas con este equipo, de disfrutar de esta etapa de mi vida y de devolver esa confianza que han depositado en mí. El futuro ni lo pienso ni me preocupa

¿Le ve candidato a la Liga?

-El Sevilla como plantilla tiene potencial para pelear por todo. Están a seis puntos. Es verdad que en presupuestos sus rivales son superiores, pero en fútbol todo puede pasar.

¿En verano se quedó chafado por no venir ya a la Real?

-Es pasado y en este deporte hasta que las cosas no están firmadas no se puede dar nada por hecho. Por momentos lo veía más cerca, por momentos más lejos, pero no se pudo dar y luego en Navidad, con las dificultades del mercado de invierno, se pudo hacer. Las dos partes están contentas porque queríamos cruzar nuestros caminos. A partir de ahí ya me centro en lo que me toca vivir aquí. El miércoles jugué de titular después de seis meses y en ese proceso sigo, disfrutando e intentando ponerme en el mejor nivel físico posible.

¿Roberto Olabe es el que le sedujo?

-Lo que me seduce es la Real (risas). Las conversaciones fueron con Roberto. La primera llamada que recibió mi agente fue de Erik Bretos en el año del Deportivo de La Coruña, pero cuando ya era una opción real de poder venir, con Roberto. Pero sí, fue quien se encargó de seducirme (risas).

Imanol es distinto a todos los demás. ¿Ya le echa broncas?

-El primer día me echó pocas pero creo que fue para no asustarme (risas). Pero Imanol es increíble porque además de ser exigente, intenso, y de exigirnos el máximo, fuera del campo es sensacional, te ayuda, quiere que estés bien tanto tú como tu familia y te hace el día a día mejor. Combinar esas dos partes hoy en día en el fútbol profesional es complicado y eso para el jugador es importante y más en un equipo con tantos jugadores jóvenes.

¿Veía los partidos de la Real cogiendo apuntes?

-Si te digo la verdad, los veía desde hace tiempo y no porque hubiera un interés, sino porque la manera de jugar gusta y para el espectador son entretenidos. Luego ya es verdad que algunos partidos más atento por si... (risas). Es broma.

¿Cuál es su primer recuerdo en txuri-urdin?

-Creo que los Nihat, Kovacevic€ He visto goles que metieron, los típicos reportajes de Canal Plus. Y luego Xabi Prieto, Ansotegi€ Yo debuté con el Sevilla contra la Real y estaba Ion. Luego también los Griezmann, Agirretxe, Zurutuza€ Son muchos años viendo por la tele a la Real.

Debutó sustituyendo a Reyes, un mito sevilista

-Tengo una foto justo de ese momento, chocándonos las manos, yo siendo un niño. Él era una persona sensacional, con un corazón enorme, siempre quería ayudar a todo el mundo. Y como sevillista, con 17 años salir y que el cambio sea él... Que fuese contra la Real, también es curioso.

¿Cómo es Castilleja de Guzmán?

-Un pueblo dormitorio, cercano a Sevilla, pequeñito, de casitas. Ahora tiene más vida, pero cuando mis padres se mudaron había tres o cuatro calles, no teníamos ni campo de fútbol. Había campo, luego hubo uno de fútbol. Está a cinco minutos de Sevilla y ahí me he criado, de ahí son mis amigos. Es mi pueblo.

¿Siempre de delantero?

-Sí. Siempre. Luego es verdad que he jugado de enganche, de segunda punta, en banda€ Pero siempre por arriba.

Con lo delgadito que era no me quiero imaginar las patadas que le darían...

-Me han dado mucho, pero tan delgadito que me ves... Tampoco soy tan flacucho, ¡eh! Pero me han pegado sí, sobre todo en partidos de chicos, cuando íbamos por los pueblos. Eran encuentros terribles.

¿Cuándo firmó por el Sevilla?

-A los 8 años. Jugaba en el Bormujo, un equipo ya federado de un pueblo de al lado, y estuve todo el año probando con el Sevilla. Una vez a la semana íbamos a entrenar y de un grupo de 60 niños se quedaban seis o siete. Y de ahí hasta los 24 que me he marchado.

¿Cuál es su generación?

-Borja Laso que juega en el Tenerife, Cotán en el Numancia, Curro Sánchez en la Ponferradina, Mato y Juan Soriano en el Málaga, Soriano€ Pozo en el Eibar. Muchísimos otro compañeros que están por Segunda B.

Primera cesión en el Deportivo...

-Fue una temporada con muchos altibajos a nivel de equipo y personal. Arrancamos muy bien, sobre todo en casa hicimos una primera vuelta brutal. Pero hubo un momento en que empezamos a no ganar en casa, yo tuve tres rupturas de isquiotibiales. Destituyeron a Nacho, vino Martí, nos metimos en play-off, eliminamos al Málaga, luego ganamos al Mallorca 2-0 en la ida y allí perdimos 3-0. Hasta el año pasado la semifinal fue el momento más duro de mi carrera. Pero a pesar de todo guardo unos recuerdos maravillosos de lo bien que estuve, de lo que me ayudaron y de lo querido que me hicieron sentir. Siempre llevaré al Deportivo y su gente en mi corazón.

En Granada afirman que es el futuro delantero de la selección.

-Me tienen que querer mucho (risas). Fue un año histórico, no solo mío sino del equipo, metiéndonos en Europa, salvándonos sin pasar apuros, llegando a semifinales de Copa. Fue maravilloso, con un grupo de personas increíble. He tenido mucha suerte con los vestuarios que me he encontrado.

¿A quién conocía de la Real?

-Conocía a Oyarzabal, Merino y Remiro de las selecciones. Hay mucha gente joven, los veteranos son personas maravillosas que no paran de ayudarte, que siempre están para sacarte una sonrisa, hacerte una broma€ Es increíble.

¿Sorprendido por el nivel?

-Sí, sí, sí... Es increíble. Una de las cosas que me sorprendió es la calidad técnica que hay, la precisión, la intensidad€ No puedo explicártelo, hay que vivir y sufrir lo que es que te quiten el balón y no poder recuperarlo. Son tan buenos jugadores que les puedes echar el balón como quieras.

No es un 9 al uso.

-Soy 9, un delantero centro, luego tengo la suerte de que puedo jugar en otras posiciones, en distintos sistemas he jugado en distintos puestos€ Hay distintas posiciones y creo que es una cosa buena, no solo para mí, sino para el míster. Yo me tengo que preocupar de entrenar, estar al máximo nivel y luego Imanol decidirá.

Con Isak puede formar una pareja de las que intimidan...

-Los dos somos canijillos, tampoco asustamos mucho (risas)... Es un tío sensacional, muy bromista, me río mucho con él. Nos hacemos bromas. Hemos congeniado muy bien y luego en el campo tiene un nivel, unas cualidades y un futuro increíbles y ojalá podamos tenerlo muchos tiempo con nosotros.

¿Y Bautista, que como usted se cansó de marcar goles en la cantera?

-Es uno de los jugadores que más me ha sorprendido y más me ha gustado. Es increíble entrenando incluso cuando no participa mucho trabaja como una bestia, finaliza genial. Es un pedazo de jugador y estoy convencido de que va a tener un presente y futuro increíbles. Me gusta mucho la buena relación que tenemos los tres. Nos ayudamos mucho, aunque seamos puntas con características muy distintas

¿Siente que necesita marcar ya?

-Sí. No me como la cabeza porque entiendo que son momentos. En el Deportivo me pasé seis jornadas de titular con partidos enteros sin marcar. Hasta el momento no había tenido dos partidos consecutivos de inicio, me falta de continuidad y he tenido algunas molestias musculares€ Ahora voy viendo la luz y ojalá lleguen los goles y que sirvan para la clasificación europea.

¿Es el típico loco del gol?

-Soy un jugador al que le gusta marcar y soy exigente en las finalizaciones porque quiero que ganemos. Es un hábito que tienes que coger en los entrenos, pero no me obsesiono ni tampoco soy un loco. Me da igual no meter ni un gol y ganar todos los partidos del año. Bueno, un par de rebote igual sí (risas). Por supuesto que como delantero se nos juzga por los goles y es un error, porque que esa solo sea nuestra única cualidad se queda corto para jugar al máximo nivel. Mira Isak la racha que tuvo y mírale ahora...

¿Las lesiones le quitan el sueño?

-Bueno. Tampoco. Llevaba dos años hasta las molestias que tuve en navidades, en la que percibí esa sensación de tener que parar. Cada vez te conoces más, he tenido lesiones de rodilla, musculares y eso me ha permitido conocerme y saber qué me viene bien y qué no. Me preocuparía no hacer lo posible para no lesionarme o no estar cerca de mi mejor estado físico.

Dicen que es un sureño amante del norte...

-Sí, sabía que iba a estar sensacional. En A Coruña disfruté de una experiencia sensacional. En Donostia igual. Para jugar a fútbol me encanta el clima, que llueva, soy un sureño con alma norteña...

Un futbolista de pocas redes sociales y un gran lector libros.

-Bueno. Me gusta leer pero no soy catedrático (risas).

¿Y de estudios cómo va?

-Tengo el Bachillerato, y lo dejé, pero ahora no tengo el hábito para ponerme a estudiar. Hay pocas plantillas con tantos licenciados como esta...