- La Real ha tomado la decisión de acabar con la polémica carrera por la sucesión de Juan Luis Larrea al frente de la Federación Guipuzcoana de Fútbol y ayer organizó una reunión entre las dos candidaturas con el objetivo de llegar a un consenso, según pudo saber NOTICIAS DE GIPUZKOA. El club txuri-urdin convocó a las 18.00 horas en el estadio de Anoeta a las agrupaciones encabezadas por Adrián Merino y Manu Díaz, que estuvieron acompañados por tres miembros de sus respectivas listas. Jokin Aperribay quiso, de esta forma, zanjar la lucha en el fango en la que se habían adentrado los contendientes y que estaba empezando a salpicar a todos los estamentos del fútbol guipuzcoano, mientras se iba dilatando el proceso sin fijar la fecha definitiva para las elecciones por culpa de la pandemia del coronavirus.

En la reunión, en la que no faltaron momentos de tensión, ambas partes, con la Real de mediadora, realizaron diversas propuestas. En una de ellas, el club txuri-urdin planteó la posibilidad de que se presentara Manu Díaz como presidente y Adrián Merino como ocupante de una de las vicepresidencias de una candidatura conjunta. No obstante, ni esa ni ninguna de las otras alternativas contó con el apoyo unitario y, de momento, no existe un acuerdo que avale esta candidatura de consenso.

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No hay que olvidar que el propio presidente del club txuri-urdin, en la rueda de prensa que ofreció al cierre del mercado de fichajes, el pasado 15 de octubre, ya había dejado claro que su voluntad era alcanzar una unidad que, como se ha podido comprobar, ha quedado muy lejos de lo sucedido: "Tengo dudas de que la Real se tenga que pronunciar, pero lo voy a hacer. Nos gustaría que hubiera unidad y así se lo hemos manifestado a los dos candidatos. Pero cuando te reúnes con el Beasain, el Lagun, el Tolosa... me suele costar encontrar una diferencia entre lo que piensan ellos y lo que piensa la Real en la gestión del fútbol guipuzcoano, y la mayoría está en la candidatura de Manu Díaz". Para posteriormente, en una maniobra cuando menos discutible, decantarse de manera significativa a favor de la figura de este último: "Insisto, a los dos candidatos les he pedido unidad, pero mi relación con Manu y su grupo es muy buena y no veo ningún problema. Y mi relación con Adrián Merino es buena, pero tenemos una conversación pendiente con él que aún no se ha dado".

Como es lógico, su declaración no sentó nada bien en el grupo de Adrián Merino, que incluso denunció en la presentación de su lista las presiones a los clubes que estaba ejerciendo la entidad realista para que se decantaran a favor de la candidatura rival: "La Real se vale de su situación de poder para interferir en unas elecciones que deberían celebrarse en libertad. No sé si es coacción, advertencia, sugerencia, amenaza, propuesta... no sé. No me quiero enredar".

Incluso el candidato mostró con claridad su evidente malestar: "Hay un riesgo de fractura obvio que alguien no está viendo. ¡No puede ser!", exclamó. "Nosotros abogamos por un modelo de unidad. Alguno para ganar puede necesitar fracturas, pero luego, cuando se rompa el fútbol, alguno se sorprenderá. Esto no puede pasar. ¿Pero qué siglo es este? ¿Qué país es este?", se preguntó.

Lo cierto es que la Real hace tiempo que decidió que al fútbol guipuzcoano le hacía falta una renovación. Primero trató de persuadir a Juan Luis Larrea de que lo más conveniente era dejar paso, 33 años después de su llegada a la presidencia, a un nuevo mandatario. Después, a través del presidente de la Fundación, Andoni Iraola, y los consejeros Joseba Ibarburu, Alex Uranga y Alex Pereda, ha trabajado codo con codo con el grupo de Manu Díaz. Una relación que se intensificó tras la fuga del Antiguoko, que firmó un convenio con el Athletic.

Tras la denuncia de la otra candidatura, Jokin Aperribay ha considerado que lo más conveniente era alcanzar un acuerdo que, vistas las posturas de ambas partes, no parecía fácil de lograr salvo que lo forzase un intermediario con tanto poder en el territorio como el club que simboliza la cima de la pirámide.

En la lista de Garai Berriak, algunos de sus integrantes reconocían que preferían incluso perder las elecciones a recular respecto a su oponente. Mientras que Gipuzkoa: Denon Joko-zelaia habría llegado a exponer, antes del encuentro de ayer, que Merino se planteaba renunciar a ser presidente si Manu Díaz también se hacía a un lado, en una inequívoca señal de que la mala relación viene de lejos.

El proceso empezó hace un año y el desgaste en ambos grupos es evidente. Hay que tener en cuenta que, a día de hoy, Merino se encuentra en clara ventaja en las elecciones cuando solo quedan por votar los clubes. Su renta es de 26 a 6 representantes en la asamblea entre entrenadores, jugadores, árbitros y el fútbol sala, cuando quedan por votar los 78 equipos, por lo que con el apoyo de 39 se llevaría la victoria. Muchos representantes de ambas planchas no quieren continuar con esta batalla en el barro para desprestigiar a su oponente. Desde luego esta no es la tranquila herencia a la que aspiraban la mayor parte de los estamentos del fútbol del territorio tras la salida de Larrea.