- A nadie le sorprende que en cuanto David Silva ha alcanzado un buen estado de forma se ha convertido en el faro del equipo. Pero, por encima de todos, siempre está él. La estrella y el referente de la Real. Don Mikel Oyarzabal. Al canterano le bastaron 45 minutos en Balaídos para casi sentenciar el choque con el segundo tanto txuri-urdin, en el que explotó sus mejores virtudes con un buen desmarque de ruptura, una veloz carrera, un recorte, una buena definición que detuvo Blanco y su habitual oportunismo que le permitió anotar a portería vacía. Era su quinto gol, lo que le convierte en el máximo realizador del campeonato, por encima de todas las grandes y millonarias figuras de los gigantes de talla mundial. Justo la semana después de celebrar el quinto aniversario de su debut en el campo del Levante con David Moyes en el banquillo.

Balaídos es uno de los estadios más especiales para Oyarzabal. El año en el que menos aportó en la faceta anotadora (solo dos), que no el peor en cuanto a juego porque, como siempre, hacía muchas otras cosas bien, marcó el empate que, en ese momento, daba el sexto puesto a los dirigidos por Eusebio Sacristán. Su celebración, emocionado, besándose el escudo y dedicándoselo a la afición desplazada a tierras gallegas ya figura entre las más bonitas de su carrera. Luego la cosa se complicó y tuvo que ser Juanmi in extremis quien les diera el pasaporte directo a la fase de grupos, en detrimento de un Athletic que cayó en la despedida del Calderón. En la primera jornada de la campaña siguiente, también en Vigo, la Real venció 2-3 y el eibartarra estrenó la nueva cuenta de dianas al aprovechar con inteligencia desde lejos un mal saque del portero Sergio Álvarez. El Celta no le debe guardar mucho cariño porque es una de sus víctimas más propicias, ya que en Anoeta también le ha clavado dos goles. Uno de ellos, el de la Copa, el de mejor factura de largo que ha logrado ante su parroquia con una volea a la escuadra tras controlar con el pecho un saque de esquina.

Números brillantes

Las estadísticas de Oyarzabal son demoledoras y uno de los mayores casos de precocidad que se conocen, no solo en la Real, sino también en la Liga. Por poner un ejemplo, ya ha superado los registros de Antoine Griezmann, el canterano de Zubieta que más alto ha volado. En los 204 partidos que ha disputado el guipuzcoano, ha marcado 55 goles y ha repartido 37 asistencias. El galo, en 202 duelos, logró 53 dianas y repartió 18 pases decisivos. Un dato a tener muy en cuenta y que muchas veces pasa inadvertido, y es que Oyarzabal, aparte de marcar, siempre está cerca de doblar cifras en las dos suertes más decisivas en el fútbol.

Ha llegado la hora de que el eibartarra lidere a la Real en Europa. Imanol le reservó en la segunda parte en Vigo para que esté en perfectas condiciones en el partido clave en la fase de grupos ante el AZ Alkmaar. Hasta la fecha, el capitán solo ha marcado dos goles con la txuri-urdin en el Viejo Continente. Uno en Skopje, que abrió el camino de la goleada 0-6, y otro, clave, en el último minuto ante el Rosenborg. Es decir, todavía no se ha estrenado en Anoeta en partido europeo. Ha llegado el momento. El as de oros txuri-urdin quiere marcar territorio para garantizar el pasaporte para los cruces. Pocos jugadores tan fiables en la leyenda de la Real como Oyarzabal.