- "Hemos tenido el balón, pero nos ha faltado hacer daño". Lo resumía a la perfección Igor Zubeldia tras el partido de Mendizorroza. El mediocentro txuri-urdin, que echó en falta -como todo el equipo- a su pareja de baile habitual, vio lo que vimos todos: una Real sin ideas y sin profundidad. Una especie de cortocircuito ha apagado las luces de la Champions en Anoeta en apenas cinco días. Lejos quedan -o al menos lo parece- los recitales de fútbol, toque y control que maravillaba a Europa, adonde estaba llamada a volver la Real allá por marzo.

El coronavirus obligó a cerrar con llave Anoeta por tres meses y, a la vuelta, a pesar de los mensajes optimistas que salían de Zubieta, la realidad es que el equipo se ha visto superado por dos rivales bien trabajados, pero menores. Lo atestigua la clasificación.

Así las cosas, en la Real hay "muchas cosas que mejorar". Zubeldia, en su autocrítica, no mentó a Merino, el gran ausente en Gasteiz. Quedará la duda de saber si, con él, la imagen del equipo hubiera variado. No parece, visto lo visto. El navarro estuvo en el verde ante Osasuna, donde el balón fue también de la Real -curiosamente, la posesión fue la misma en ambos choques (65%)-, pero no el peligro. Dos ex del banquillo donostiarra han encendido las alarmas de Anoeta sin demasiadas florituras: defensa adelantada, fortaleza en los balones aéreos y, especialmente en el caso del Alavés, un juego largo muy resolutivo.

"Sabíamos por dónde iba a ir el partido. Está claro que nuestra propuesta de juego es más arriesgada que la suya (en referencia al Alavés), así que tenemos que ahondar un poco más en ella para potenciarla más", apuntaba Llorente en el mismo césped de Mendizorroza. El defensa madrileño se mostró seguro de que "va a haber muchos equipos que nos van a plantear partidos así, cerrados, buscando balones en largo€ No queda otra que corregir los errores y mejorar".

Ante los planteamientos ofrecidos por Osasuna y Alavés, el equipo txuri-urdin sigue confiando en su juego, ese que le llevó a ganar 10 de los 12 últimos partidos previos al confinamiento. Como lamentaba Imanol Alguacil, "el parón nos ha sentado fatal". A pesar de ello, el míster se mostró igualmente preparado para revertir la situación y conseguir que la afición txuri-urdin vuelva a ver sobre el césped a esa Real dominante.

Llorente ya dejaba caer algunas tareas a recordar en los próximos entrenamientos: "Está claro que tenemos que intentar abrir como sea este tipo de defensas (cerradas)". El domingo llega a Anoeta un equipo diferente, más contragolpeador y veloz como pocos. El Real Madrid, por lo que es y significa, como transatlántico del fútbol español, ofrecerá a buen seguro una motivación extra a los de Alguacil. Por ejemplo, a Llorente, criado en el club blanco, y que ya piensa en "hacer borrón y cuenta nueva" para volver a iluminar .

Un punto de seis posibles. Este es el pobre bagaje del retorno a la competición de la Real. Y sin embargo, el conjunto txuri-urdin casi que puede dar las gracias. Su principal rival por la cuarta plaza de la Champions en el mes de marzo era el Getafe, que ha iniciado con el mismo mal paso la recta final de la liga.

En el lado opuesto se encuentran Atlético de Madrid y Villarreal. Los colchoneros rascaron un punto en San Mamés y golearon a Osasuna. Cuatro puntos que le han vuelto a colocar en puestos Champions (49 puntos, dos más que la Real). Peligroso escenario para la remontada. Los de Simeone son el peor rival cuando vienen de abajo. El conjunto rojiblanco se ha vuelto a enganchar de lleno a la batalla por la cuarta plaza, con el beneficio -conocido durante el confinamiento- de que la fase final de la Champions League se disputará en agosto, permitiendo a los colchoneros no ahorrar esfuerzos en la Liga.

Y no sólo la Champions está en juego, también la Europa League. Porque en este arranque sin gasolina de la Real, bajo tierra viene enfilado y veloz un submarino amarillo que ha encadenado tres triunfos consecutivos -ya empata a puntos con los txuri-urdin-, a los que escolta de cerca el siempre correoso Valencia y un muy ordenado Granada, que tiene en la delantera a una de las sensaciones de esta liga, Carlos Fernández.

Capitán. Entre tanto pesimismo, ayer se cumplió una efeméride. Diez años han pasado del debut de Asier Illarramendi, capitán y uno de los emblemas del club, que hoy vive una de sus etapas más complicadas como txuri-urdin. Sus primeros minutos con la elástica blanquiazul fueron en Segunda División, en el último partido de la Real en la categoría de plata. El de Mutriku disputó 67 minutos ante el Elche, en un partido intrascendente -sellado el ascenso en la jornada anterior ante el Celta- que finalizó con un contundente 4-1 en contra. En total, el capitán realista ha disputado 203 partidos como txuri-urdin en los que ha anotado 10 goles y repartido 15 asistencias.

El partido de mañana frente al Real Madrid se presenta como una reválida compleja, pero que puede resarcir el mal arranque

"Hemos tenido el balón, pero nos ha faltado hacer daño", reconocía tras el partido Zubeldia, que echó de menos a Mikel Merino en la medular