- Martín Merquelanz se ha convertido en una de las grandes revelaciones de Segunda División. Cedido por la Real, el irundarra ha marcado en el Mirandés trece goles y ha dado diez asistencias, unos registros que han llamado la atención no solo de los técnicos txuri-urdin que han seguido de cerca su evolución, sino de varios equipos de Primera que incluso trataron de ficharle en el pasado mercado de invierno (reconocido por el propio director deportivo del club burgalés). Pero la verdadera consecuencia de esta explosión es que Merquelanz ha cogido la sartén por el mango en lo que respecta a su futuro.

El zurdo acaba contrato en junio de 2021 y, aunque ya se han establecido los primeros contactos para su renovación, su primera respuesta ha sido que no tiene ninguna prisa y que prefiere esperar acontecimientos antes de tomar una decisión. Mientras desde el entorno del futbolista explican que se trata de una maniobra lógica dada la situación y que no incluye ningún componente de presión, en la Real no ha sentado demasiado bien y consideran que el trato que le han dispensado merece otra respuesta. Siempre según la versión txuri-urdin, lo que más escuece es que el club ha estado del lado del futbolista en dos momentos clave por lesión de su carrera. Como recordarán, el extremo se rompió el cruzado de su rodilla en diciembre de 2017 en Santander, cuando era la gran estrella del Sanse y justo en el momento en el que la Real pensaba subirle al primer equipo como sustituto de Vela, que emprendía su aventura americana. Pese a la larga convalecencia, los técnicos blanquiazules le reservaron un dorsal en la plantilla de Asier Garitano y este, en cuanto pudo, en la jornada tres, le hizo debutar en Primera. La más cruel de las fatalidades provocó que en el primer balón que tocó apoyase mal y se destrozara el cruzado de la otra rodilla, la derecha, lo que provocó que se perdiera toda la campaña porque los galenos no quisieron forzar para que se recuperara definitivamente y así pudiera comenzar este curso en plenitud de condiciones.

El pasado verano, la Real le renovó su contrato y cerró su cesión al Mirandés, un club amigo en el que iba a encontrar las condiciones ideales para volver a sentirse futbolista y relanzar su carrera. En los despachos de Anoeta entienden que lo normal es que ahora regrese a Zubieta y luche por hacerse un hueco en las alineaciones de Imanol, un entrenador que le conoce bien y que ha seguido prácticamente todos los partidos que ha disputado este ejercicio, como reconoció en los prolegómenos de la eliminatoria de la semifinal de Copa.

No hay ninguna duda, en la entidad txuri-urdin le esperan porque le consideran un futbolista con nivel para triunfar con su camiseta. El problema es que, como suele ser habitual en estos casos, es decir cuando un canterano de Zubieta destaca, aparece la sombra del vecino a la hora de negociar una renovación de contrato. Algo que el jugador y su entorno no ven con malos ojos, entre otras cosas porque les conviene, lo que provoca el recelo y el malestar de la Real. Algunos no ocultan incluso que llevan clavada la precipitada prolongación del contrato de Jon Bautista que se vieron obligados a afrontar bajo la amenaza del pago de su cláusula por parte del vecino, que, como suelen reconocer, “siempre está ahí”, y tienen claro que no se va a repetir una situación así.

La visión de Merquelanz, obviamente, es distinta. Es cierto que, tal y como ha declarado en todas sus entrevistas, su objetivo es triunfar en el equipo de toda su vida. Pero es plenamente consciente de que la competencia en las alas es muy grande y que ahora cuenta con el beneplácito de saber que ha logrado hacerse un nombre en el mercado gracias a su gran campaña. Su plan es comenzar la pretemporada en Zubieta y comprobar cuáles son los movimientos de la planificación y las intenciones de Imanol respecto a la competición. El 12 de junio cumplirá 25 años y considera que se encuentra en un momento clave de su carrera en la que no puede tomar decisiones equivocadas. Si se quedan en el plantel Oyarzabal, Barrenetxea, Portu y Januzaj, todos ellos con contrato en vigor, asume que lo va a tener complicado para jugar y se resigna a aceptar que debería buscar otros caminos para intentar triunfar en la elite, como ya ha hecho en los dos escalones por debajo. Su prioridad parece que sigue siendo la Real, donde tiene muy buenos amigos desde hace años, pero...

Merquelanz gusta mucho en Bilbao, aunque saben que la hoja de ruta para hacerse con sus servicios es que llegue libre cuando finalice contrato en 2021. Su cláusula asciende a 50 millones y la Real nunca se sentaría a negociar su traspaso, por lo que su única opción sería esperar. El problema es qué haría el irundarra el curso que viene, en el que tendría que dar largas a la posibilidad de renovar. Ahí está el ejemplo de Pardo, que aceptó quedarse su último año de contrato pero al que le apartaron de las alineaciones y las convocatorias hasta el punto de que solo le permitieron jugar en la fácil goleada ante el Becerril. Otro tema es que llegue una propuesta de otro club que interese a todas las partes y la dirección deportiva realista acepte una venta. Pero esto ya es una cuestión de hipótesis sin las suficientes certezas, al menos, a día de hoy.

La Real, como el Madrid con Odegaard, también tiene una carpeta roja con el nombre de Martín. Tiene pinta de que se avecina tormenta...

En la Real no están dispuestos a negociar bajo presión y que se repita un ‘caso Bautista’, aunque confían en convencerle y que siga en Zubieta