Celtic1
Real Sociedad0
CELTIC Gordon, Lustig (Fisher, m. 46), Boyata, Mulgrew, Izaguirre, Brown, Bitton (Van Dijk, m. 63), Mackay-Steven (Janko, m. 75), Johansen, Armstrong, Griffiths (Ciftci, m. 67).
REAL SOCIEDAD Rulli, Zaldua, Ansotegi, Iñigo, Yuri (De la Bella, m. 46), M.Bergara (Pardo, m. 46), Granero, Hervías (Chory Castro, m. 46), Canales (Zurutuza, m. 73), Capilla (Oyarzun, m. 63), Agirretxe (Muguruza, m. 63).
Gol 1-0, m. 68: Mackay-Steven.
Árbitro Bobby Madden. Sin amonestaciones.
Incidencias Casi lleno en Saint Mirren Park. Unos 7.500 espectadores.
Todo en orden por Escocia. La Real 2015-16 ya camina. E, independientemente de los resultados, lo hace por un sendero acorde a la lógica. Ayer estrenó su preciosa camiseta con derrota en el amistoso inaugural de la pretemporada. Enfrente estaba un Celtic de Glasgow cuyo nivel, pese a la victoria endosada a los txuri-urdin, debió sonrojar incluso a David Moyes, futbolista del club en etapas de mucha mayor bonanza. Pero poco importa el rival a estas alturas de la temporada, quizás cuando más le apetece a uno ilusionarse analizando a su propio equipo. El caso es que, por momentos, la Real ofreció anoche una imagen más que aseada ante un adversario mucho más rodado físicamente, después de una semana de trabajo duro en los Alpes. Sus primeros 20minutos resultaron notables, y luego la chispa se fue apagando conforme las piernas empezaron a acusar el cansancio. Normal.
El primer once de la temporada apenas ofreció novedades respecto a lo que fue habitual con Moyes la pasada campaña. Rulli. Cuatro zagueros. Markel como pantalla junto a Granero. Canales algo más adelantado, aunque partiendo de una posición paralela a la del Pirata. Capilla y Hervías en los extremos como caras nuevas, jugando ambos a pierna cambiada. Y Agirretxe en punta. Lo que sí varió fue la actitud del equipo a la hora de contener al rival. Y es que todo apunta a que si el entrenador se está afanando en poner a los suyos como motos es principalmente porque, lejos de esperar con once tipos por detrás del balón, lo que quiere es juntar y avanzar líneas para apretar a los rivales en su propia área.
Para ello apuesta por modificar el esquema sobre la marcha cuando toca defender. Adelanta a Canales hasta el primer frente, junto a Agirretxe. Retrasa a los extremos, que se alinean con los dos pivotes. Y el claro 4-4-2 que se dibuja sin balón incordia a defensas y portero rivales desde el arranque de su jugada. Con esa premisa y con la de mover el esférico con rapidez, sin alargar las posesiones de forma estéril, el cuadro txuri-urdin completó ayer 20 minutos iniciales más que aceptables, en los que solo el poste y el portero rival impidieron el gol guipuzcoano. A los tres minutos, un potente disparo de Yuri lo desvió Gordon a córner con una gran intervención. Poco después, un activo Canales estrelló un disparo en el poste tras envenenarse su envío al golpear en un rival. Y redondeó el asedio visitante una falta rápidamente sacada que despistó a la zaga del Celtic y que terminó en centro de Agirretxe al que no llegó Eneko Capilla por poco.
más nivelado En el ecuador de la primera mitad, sin embargo, la contienda comenzó a nivelarse. El cansancio empezó a hacer mella en los realistas, en forma de falta de precisión. Y el Celtic se animó también al aprovechar un mal endémico de los txuri-urdin que parece seguir ahí: la defensa del balón parado. Dos saques de esquina y sendos remates, pese a resultar estos carentes de peligro, terminaron de igualar un choque que se fue al descanso entre errores individuales de unos y otros, síntomas evidentes del desgaste de la pretemporada. El paso por los vestuarios no acabó con las equivocaciones, ya que justo tras la reanudación un fallo en cadena entre Granero y Ansotegi permitió la ocasión del punta local Griffiths, cuyo lanzamiento se estrelló en el poste.
La jugada supuso el preludio de lo que iba a ser una segunda mitad que a la Real se le hizo excesivamente larga. Se esperaba un carrusel de cambios por parte de Moyes, pero el técnico solo hizo tres sustituciones en el descanso, aguardó hasta bien entrado el encuentro para introducir más relevos y colocó 90 minutos entre pecho y espalda a más de un futbolista. El centro del campo de la Real, con el recién ingresado Pardo achicando agua ante el desgaste de Granero y Canales, se empezó a partir. Y el Celtic lo aprovechó para llevarse el duelo. Poco cabe objetar a madrileño y cántabro, víctimas de una exigencia física poco habitual a estas alturas. Hace siete días todavía no habían empezado a entrenar. Y ayer se comieron un partido casi entero, en plena sala de máquinas, contra un equipo de preparación más avanzada. Canales aún tuvo fuelle para asistir a Chory en la mejor ocasión txuri-urdin del segundo acto, pero el uruguayo perdonó y a la jugada le siguió el gol de Mackay-Steven.
La medular realista cometió una falta en zona de nadie. El Celtic sacó rápido y, con un solo envío, superó una línea txuri-urdin. Luego la suerte se alió con los escoceses, ya que el balón golpeó en el talón del delantero para completarse una pared tan perfecta como involuntaria, ante la que a Ansotegi le faltó cintura. Y Mackay-Steven hizo el resto fusilando a Rulli. El argentino evitó el segundo poco después, una acción tras la que el duelo se fue apagando. Muguruza tuvo cerca el empate en el minuto 86, y Alain Oyarzun culminó luego una buena acción individual dejándose caer en el área de forma errónea. A esta Real le pesan las piernas. Pero, mientras no fue así, algo pudimos ver anoche. Apuntaron maneras los de Moyes en los primeros 20 minutos. Y a partir de ahí, conclusiones las justas.