donostia. Alberto de la Bella seguía disfrutando ayer del espectacular bautizo goleador que vivió en Mestalla: "Ya lo he visto muchas veces. He recibido felicitaciones por parte de jugadores, amigos y familiares. Estoy muy contento porque, además, ganamos el encuentro. He recibido felicitaciones de antiguos entrenadores y excompañeros desde la distancia que me han llegado. El cariño te hacer sentir muy bien", indicó en la Cadena Ser.

Pese a ser lateral, el catalán tenía hambre de gol: "Tenía muchas ganas porque era mi tercer año en Primera y no había podido estrenarme. Fue muy emotivo porque, además, era mi cumpleaños. Estoy muy feliz".

El amago que dejó sentado a Alves fue de los que no se olvidan: "No lo pensé. Pocas veces me veo así en el área rival y lo mejor en estos casos es no darle vueltas e improvisar lo que te salga. Si te pones a pensar en colocarla, lo fallas".

La explosión de alegría que vivió después fue antológica: "Me di cuenta de que había metido mi primer gol y que, además, había sido bonito. Luego vinieron los compañeros a abrazarme y pensé en mi familia, que estaba entre los aficionados de la Real. Supongo que es una de las mejores sensaciones que he sentido jamás en un campo".

Si el tanto lo firma Messi, hubiera dado la vuelta al mundo: "Para mí fue muy bonito, sobre todo porque lo marqué yo. También hay que tener en cuenta que fue muy importante, por el minuto que era y porque dio pie a que el equipo pensara que era posible llevarse los tres puntos".

De la Bella se encuentra en su plenitud: "Seguramente es mi mejor momento en la Real por la regularidad y la confianza del míster. Estamos en racha, con diez puntos de doce. Yo no he dejado de trabajar, como mis compañeros. Tenemos que seguir así. He pasado momentos malos, como el año pasado. Y me sigo esforzando".