Cardenales
Cabe recordar que sí hubo un cardenal con cardenales: Roger Etxegarai
Escribió Fraencisco de Quevedo sobre el padre de El Buscón, que este salió de la cárcel con tanta honra, que le acompañaron 200 cardenales. Aclaremos que no se trataba de ningún prelado de la Iglesia, motivo por el cual el escritor matiza con ironía que a ninguno de ellos lo llamaban señoría. Con su magistral uso de las palabras, incluidas dilogías como esta, el literato madrileño se refería a la gran cantidad de moratones que acopiaba en su cuerpo Clemente Pablo, así se llamaba, debido al trato al que le habían sometido en prisión. Lo cierto es que tal recurso retórico lo han utilizado también otros autores. Por ejemplo, en la misma época, el riojano Gregorio González cuenta que, tras un castigo, su personaje El Guitón Honofre acumulaba tantos cardenales que si pasaran a ser papas no habría madera en Vizcaya (sic) para hacerles sillas a todos.
Obviamente, será mucho mayor la honra con la que acompañarán los cardenales al nuevo papa, que tal vez salga elegido hoy mismo, quién sabe. Sin embargo, descartadas las contusiones físicas, es posible que el cónclave termine con algunas heridas del alma, debido a las diversas sensibilidades que existen en su seno. Aunque, haciendo memoria, cabe recordar que sí hubo un cardenal con cardenales: Roger Etxegarai. Y es que el vasco de Ezpeleta estaba junto a Benedicto XVI cuando este sufrió el ataque de Susana Maiolo y salió bastante peor parado que el papa.
Historias y juegos de palabras aparte, son estos unos días en los que echamos de menos a Inazio Arregi Zendoia, quien durante largos años enviaba sus crónicas pontificias desde Radio Vaticano a Herri Irratia y Euskadi Irratia, emisoras en las que previamente había trabajado realizando una gran labor. Ciertamente, la televisión y la radio pública vasca nos están ofreciendo una excelente cobertura desde el enclave de Roma, pero tal vez sea la melancolía que adiciona la edad la que en momentos como este hace que evoquemos la voz de aquel jesuita oñatiarra.