Hace algunos meses adquirí en el Alfaroenea de Aldude un interesante libro que recoge la historia del centenario club de pelota Zaharrer Segi, creado en 1924 en Baigorri para acoger también a las gentes de los pueblos de alrededor. El nombre del club, reproducido décadas después por los vasco-americanos de Buffalo (Wyoming) para su grupo de dantzas, es un llamamiento a que nuestras viejas tradiciones tengan continuidad. Evocando otra conocida expresión del euskera, una invitación a que nos erijamos en un nuevo eslabón de la cadena que no se debe romper.
Escrito por Ximun Larre, figura en el citado libro una preciosa foto de octubre 1957, sacada en el trinquete de Baigorri que llevaba el nombre del pelotari local Amédée Arcé. Se trata de una comida multitudinaria en la que aparecen centenares de pelotaris y pelotazales, bajo una ikurriña y una pancarta que los saluda en euskera. Fue el acto inaugural de Pilotarien Biltzarra, asociación creada para mantener vivas en Iparralde la memoria y la amistad entre los antiguos practicantes de nuestro deporte. Transcurridos casi setenta años, la asociación sigue vigorosa.
La iniciativa tuvo su réplica en Hegoalde en 1984, cuando se creó Pilotarien Batzarra con el objetivo inicial, entre otros, de organizar un encuentro anual de expelotaris. Frecuentemente se puede ver a Juan Ignazio Zulaika removiendo papeles y repasando libros en la oficina que acoge a la asociación en el frontón Atano III. Y es que el expuntista, su actual presidente, es un infatigable propagandista de la pelota en las redes sociales, amén de gran erudito preocupado por el futuro de algunas de sus modalidades. Pilotarien Batzarra celebra este domingo su reunión anual en Legutio, una fiesta que sin ninguna duda resultará exitosa. Y para que todo tenga continuidad, suponemos que los organizadores agradecerán que, a partir del lunes, más gente se sume a ellos. Ya se sabe: Zaharrer Segi.