A pesar de que el autor conocía de antemano que las aguas del mar Muerto vulneran (¿o confirman?) el Principio de Arquímedes, me sorprendió como a un colegial comprobarlo por primera vez con mis propios ojos y cuerpo. Zambullirse (¡es un decir!) en sus tibias y mansas aguas produce un emocionante y divertido efecto de lo irreal. Es casi cómico: por mucho que uno intente sumergirse, le resultará imposible hundirse en las aguas de este mar, que no es mar, sino un grandioso lago salado. Su espesa salmuera es cuatro veces más salada que el agua de cualquier otro mar u océano. Este insólito lugar se encuentra en el punto más bajo del planeta: ¡a 417 metros bajo el nivel del mar!, y limita con Jordania e Israel.

La concentración de sal da lugar a estas formaciones en las orillas.

Su historia es muy curiosa. El principio de su formación, hace unos 5 millones de años, el Mar Muerto era una especie de larga bahía marina conectada con el mar Mediterráneo a través del Valle de Jezreel. Los geólogos llamaron a esta bahía Golfo de Sodoma. Después de que la conexión con el mar Mediterráneo fuera bloqueada, quedaron en el valle lagos cerrados. El remanente de esta bahía marina es el actual Mar Muerto y su legado son las sales que hay en él, disueltas a partir de gruesas capas, que se han hundido en su fondo a lo largo de su larga historia. 

De ahí que la concentración de sales en el Mar Muerto sea diez veces superior a cualquier otro mar del mundo. La alta concentración se debe, lógicamente, a que este lago no tiene salida a ningún mar (la sal no puede escapar de sus aguas). Es un lago terminal, y su cantidad de sal impide a un ser humano hundirse en sus aguas, sobre las que puede flotar, fenómeno insólito, aunque no tiene nada de milagroso, que provoca reacciones raras, incluso cómicas, en las que puede uno leer libros o periódicos tranquilamente, mientras, al mismo tiempo, recibe con ese baño, efectos muy beneficiosos para salud. 

Varios turistas comprobando lo fácil que se flota en el Mar Muerto.

Terapias naturales

Quizá no sea el Mar Muerto un lugar pletórico de vida animal. Como su propio nombre sugiere, este mar carece de vida debido al contenido extremadamente alto de sales y minerales. Por su gran salinidad, no es posible que vivan en este mar animales acuáticos. Si un pez entra por error en esas aguas muere sin remedio (esto mejora los beneficios para la salud del agua al evitar contaminaciones por animales o plantas). Pero es precisamente esa elevada concentración de elementos naturales lo que transmite a las aguas sus poderes curativos, reconocidos desde hace miles de años. Desde cuando la legendaria reina Cleopatra (¡casi imposible no imaginar a Elizabeth Taylor!) se beneficiaba de sus salutíferas cualidades.  

El desierto próximo al Mar Muerto también merece una visita.

En la actualidad, el Mar Muerto sigue magnetizando a sus visitantes tanto desde el lodo de sus orillas como desde el interior de sus aguas. No sólo por contemplar sus emocionantes paisajes, sino, principalmente, para gozar y ganar salud durante tu estadía. Pero, ¿por qué este sitio sin par ha conquistado su tan merecida fama de rejuvenecer el cuerpo y la mente sin que galenos y psiquiatras se quejaran de intrusismo?

La respuesta tiene, básicamente, tres vertientes. En primer lugar, hay allí abundancia de magnesio, calcio, potasio y bromuro. Y, como el Mar Muerto no tiene salidas, como ya indicamos antes, retiene todos los minerales congregados en él. Más aún: como quiera que el índice de evaporación del agua por año es muy elevado, la concentración mineral se va incrementando progresivamente a medida que transcurre el tiempo. Así, el aire de esta zona contiene azufre, sodio, potasio, yodo y calcio que proporcionan grandes beneficios al aparato respiratorio y al metabolismo.  

Aunque parece un mar, en realidad es un lago salado.

En segundo lugar, al ser el punto más bajo del mundo, el Mar Muerto goza de más atmósfera que en ninguna otra parte del planeta. El resultado es un alto nivel de oxígeno. Esto significa una mejor radiación filtrada de los rayos UVA, lo cual permite una prolongada exposición al sol, sin causar quemaduras. 

Finalmente, los barros combinan todos los efectos terapéuticos de los minerales con las propiedades exfoliantes y limpiantes de poros. Liberan toxinas y reemplazan las células muertas de la piel con contenidos minerales. La buena salud es el ritmo más lento al que se puede morir.

Propiedades curativas

Para apreciar completamente los beneficios de los minerales citados, es importante conocer sus propiedades curativas:

* Magnesio: Relajante natural de los músculos, vasos sanguíneos y tracto intestinal. Anti-estrés. Previene de problemas coronarios.

* Potasio y calcio: Muy importante para las células y funciones vitales del cuerpo. Controla el equilibrio agua y ácido en el tejido dérmico.

* Bromuro: Aliviador y sedante del dolor. Relajante de los músculos.

* Sodio: Ayuda a eliminar de la piel las células muertas permitiendo la permeabilidad y recuperación celular.

* Relax: Un lugar para flotar y relajarse sin importar cuánto tiempo desees flotar cómodamente. Con esta alta salinidad, el Mar Muerto mantendrá a grandes grupos de personas flotando y relajándose durante los siglos venideros. 

* Afecciones respiratorias: El Mar Muerto no recibe tantos rayos ultravioletas de la radiación solar como otros cuerpos de agua. Esta característica ayuda a las personas que padecen problemas respiratorios.