Es muy probable que, justo en esos momentos en los que se va a cambiar de un año a otro, encuentres muchas noticias que te hablan de por qué el año entrante va a ser ‘el mejor momento’ para hacer algo: puede ser invertir en bolsa, viajar a determinados destinos, abrir un negocio o prepararte para una oposición.
En muchas ocasiones, detrás del titular llamativo no deja de haber una buena dosis de ‘click-bait’ con el objetivo de atraer visitas. Sin embargo, hay algo de lo que no cabe duda que el 2026 va a traer consigo, y es que se van a reunir un buen número de condiciones para que la adquisición de un eléctrico sea una ‘compra maestra’ para quien necesite cambiar de coche.
No lo decimos nosotros: hemos consultado a los mayores expertos del sector de la movilidad electrificada para responder a la sencilla pregunta que encabeza esta noticia. El resultado han sido respuestas muy interesantes que demuestran que, aunque todavía hay camino por recorrer, en CAV y Navarra el sector de la electro-movilidad ya se encuentra plenamente maduro y es un momento ideal para que muchos cientos de miles de conductores se animen a hacer la transición.
La primera es reducir las emisiones tóxicas (NOX,...) locales que perjudican la atmósfera de nuestras ciudades y nuestra salud, también reducir la huella de carbono de nuestro sistema de transporte, que tiene incidencia directa en el calentamiento global y que generación a generación de estos vehículos se está reduciendo tanto en su fabricación, como en su utilización en paralelo al aumento de las energías renovables en nuestro mix energético.
Asimismo, el gran nivel de seguridad, ergonómico y tecnológico que están alcanzando estos vehículos. Son los que consiguen mayores ratios en los ensayos de EURONCAP, los que disponen de mayor espacio interior debido a sus plataformas constructivas, disponen de autonomías y velocidades de carga que ya poco tienen que envidiar a otro tipo de tecnologías, de tecnologías de baterías que ofrecen menos probabilidad de incidentes que combustibles fósiles y tecnologías constructivas que ofrecen mejor infoentretenimiento y más fiabilidad que cualquiera de sus alternativas.
Adicionalmente, otra buena razón para adquirir un eléctrico hoy en día es la amplia variedad que existe y que poco tiene que envidiar a otras tecnologías, existiendo opciones para cualquier necesidad, tamaño familiar y bolsillo. Hay bastantes más de 50 modelos de más de 15 marcas diferentes, en cualquiera de nuestras ciudades. A esto se une una red de carga pública de decenas de miles de puntos en nuestro país que no deja de ampliarse y acercarse a países más avanzados. Frente a esto, apenas hay tres de hidrógeno.
Otra razón que puede sorprender al público es el tema de los precios, que ahora ya son muy buenos. A día de hoy puedes comprarte un modelo de combustión desde 12.000 euros o uno eléctrico también por 12.000 euros, plan MOVES mediante. Son precios muy parejos incluso antes de ayudas y que se acortan en la gama media. Incluso, hay marcas como Jeep, Hyundai, Cupra, MG o Kia donde adelantan ayudas o ya tienen precios prácticamente equivalentes. Siguiendo esta tendencia es muy probable que en 2026 veamos casos en los que el eléctrico sea más asequible que su homólogo de combustión. Sin duda, el abaratamiento tanto de los procesos de producción de las baterías, como de las químicas utilizadas, tiene mucho que ver en esto.
Por otra parte, también es buen motivo para comprar un eléctrico el hecho de que ahora en Euskadi hay más facilidades para la instalación de un punto de carga doméstico. Hace un tiempo, todas las gestiones, tanto a nivel administrativo como técnico, del proceso podían suponer demoras de cerca de un año y ahora mismo se puede tener todo en no mucho más de algún mes; cada vez hay más empresas que se encargan de realizar estas instalaciones con todas las garantías y también las administraciones están agilizando sus procesos administrativos. Aunque, evidentemente, queda camino por recorrer y aún hoy los distintos plazos pueden variar en función del lugar donde se quiera colocar el punto de carga.
También es un buen motivo adquirir un modelo eléctrico el hecho de que se favorece al sector de la automoción, que es muy importante en Euskadi, donde contribuye con un par de dígitos a nuestro PIB. El vehículo más vendido en el mundo en este año será un híbrido o un eléctrico; al igual que ya lo fué en 2024 y 2023. En China, que actualmente es el mayor mercado de automóviles del mundo, ya más de la mitad de coches que se venden son eléctricos. Y muchas empresas de Euskadi ya producen muchos componentes para este tipo de vehículos.
Una razón práctica para adquirir un eléctrico es que a partir de que hagas tan solo 4.000 km al año, el eléctrico se amortiza rápido... y si haces 40.000 km al año, con uno de combustión, en realidad ya se está perdiendo mucho dinero, y mirando solo el combustible y no mirando otros gastos asociados como los mantenimientos, cambios de ruedas,...
Si se dispone de plaza de garaje propia o en alquiler (aunque sea garaje comunitario) e instalas un punto de carga en ella (cosa que ninguna comunidad de propietarios puede negar, por ley), sabes, que con dos o tres euros de electricidad puedes recorrer 400/500 km.
Al final, incluso en el caso de que el eléctrico haya tenido un precio de compra superior, que el de combustión, lo puedes amortizar en un lustro o menos. Incluso en modelos más potentes (200 o más caballos), el eléctrico tiene costes de utilización mucho más competitivos que cualquiera de combustión y se amortiza en menos tiempo.
No solo es que los vehículos eléctricos sean una buena opción para ciudad, o como segundo coche en un hogar. Es que son plenamente válidos como vehículo único familiar y se adaptan perfectamente a la vida y necesidades de transporte de cualquiera de nuestros innumerables pueblos y núcleos rurales.
Es en estos, donde las oportunidades de carga con medios propios o incluso a partir de las propias placas solares que se tengan instaladas en el tejado propio o la comunidad energética local, unido a las amplias autonomías, estabilidad en curva, su seguridad por su bajo centro de gravedad que viene de serie, con sus baterías, que siempre van en el suelo. Con la mayor facilidad de adelantamiento y seguridad en condiciones climáticas adversas, que les ofrecen sus motores comparativamente más potentes, ligeros y que fácilmente convierten estos vehículos en 4x4. Es por ello que en el entorno rural se convierten en el complemento perfecto a nuestra red de transporte público ofreciendo flexibilidad y grandes ahorros en la normalmente elevada factura de transporte rural”.
No solo por una cuestión de tecnología o sostenibilidad, sino porque todo el ecosistema (ayudas, infraestructuras, costes y oferta) está madurando a un ritmo que hace la movilidad eléctrica cada vez más atractiva.
Aunque en muchas comunidades los fondos del Plan Moves se han agotado, parece ser que la Administración aprobará nuevas partidas para seguir impulsando la movilidad eléctrica. Todo apunta a que las próximas convocatorias también incluirán, junto a la compra del vehículo, la instalación del punto de carga doméstico, algo esencial para que la adopción sea real y práctica.
En mi opinión, no se trata ya de una cuestión de conciencia ecológica, sino de sentido común. El coche eléctrico aporta beneficios tangibles: menos contaminación, menos ruido y una conducción más agradable. Además, el acceso a carriles BUS-VAO o los aparcamientos gratuitos en muchas ciudades son incentivos que se notan en el día a día.
Y lo que me parece aún más interesante es el avance de la carga bidireccional, esas siglas V2L, V2H o V2G, que permiten usar la energía del coche para alimentar una casa o incluso devolverla a la red. Una revolución silenciosa que cambia la relación entre el vehículo y la energía.
Por mi experiencia, las tarifas nocturnas domésticas son un argumento definitivo: cargar el coche en casa por unos 0,03 €/kW no tiene comparación con llenar un depósito de gasolina. A eso hay que sumar el confort de “repostar” sin moverse del garaje. Además, el mantenimiento es mucho más simple y económico: sin aceites, sin filtros y con frenos que duran más gracias al sistema regenerativo.
Siempre me ha sorprendido cómo el diseño de los eléctricos mejora la experiencia de conducción. El motor compacto y la batería situada bajo el suelo ofrecen más espacio, mejor estabilidad y una aceleración lineal, suave y contundente. La ausencia de ruido y vibraciones convierte cada trayecto en algo casi relajante. Y lo mejor es que la red de cargadores rápidos crece cada mes; hoy resulta perfectamente viable viajar por todo el país con un eléctrico.
Hasta hace poco, elegir un coche eléctrico era cuestión de adaptarse a lo que había. Ahora ocurre justo lo contrario: hay modelos para cada necesidad y presupuesto. Urbanos, SUV, berlinas, deportivos o incluso industriales… y con precios que ya compiten con los de combustión. A mí me parece que hemos cruzado ese umbral en el que el coche eléctrico deja de ser una alternativa y se convierte en la elección lógica.
"A día de hoy, ya es más que factible adquirir un vehículo 100% eléctrico, dado que la mejora de las baterías ha subido o se ha incrementado notablemente. Por otra parte, los costes de adquisición de vehículo han disminuido considerablemente".
Este año empiezan las ZBE, (Zonas de Bajas Emisiones), que serán implantadas para todos los núcleos urbanos de 50.000 o más habitantes. Estas zonas entrarán en vigor a finales de diciembre, por lo que todos los residentes deberán obtener un vehículo ecológico.
Ya si es una opción tan válida para el sector particular, aún mejor para el sector profesional, debido a su condición silenciosa tanto para su propia conducción como para los usuarios de vía pública al no tener contaminación acústica. Además, el gran ahorro de combustibles para el sector profesional de la movilidad que se puede amortizar la compra en pocos años".
“Mirando hacia el horizonte de 2026, desde la Fundación Nacional de Movilidad Eléctrica y yo Cándido García Blanco con más de 12 años de experiencia, afirmamos con convicción que la adquisición de un vehículo eléctrico no solo es una elección, sino una decisión estratégica y profundamente inteligente.
Este año marcará un punto de inflexión, el inicio de una transformación masiva hacia la electrificación del transporte. La expansión imparable de nuestra infraestructura de recarga, unida a un marco de ayudas gubernamentales robusto y beneficios fiscales cada vez más atractivos, está allanando el camino para que la transición hacia la movilidad eléctrica sea más accesible y deseable que nunca para el ciudadano y empresas.
Más allá de las ventajas económicas y medioambientales, los vehículos eléctricos ofrecen una experiencia de conducción inigualable: silenciosa, potente y con menores costes, tanto de mantenimiento como de uso diario. Su impacto positivo en la calidad del aire de nuestras ciudades y en la reducción de la dependencia de combustibles fósiles es innegable, contribuyendo de manera decisiva a un futuro más limpio, sostenible y próspero para nuestra nación. Es el momento de seguir liderando este cambio".
"En primer lugar, porque en marzo de este año el Gobierno vasco aprobó el programa de ayudas ‘Vehículos de Menos Emisiones’; este programa activó ayudas de hasta 3.500 euros para sustituir el vehículo actual por uno nuevo con emisiones inferiores a 125 g/km para turismos y 150 g/km para furgonetas, siendo obligatorio achatarrar el vehículo antiguo, y aquí los modelos eléctricos son la mejor opción por su cualidad de vehículos cero emisiones.
El precio máximo del nuevo vehículo, con carácter general, no puede ser superior a los 40.000 euros para los turismos, y en 2025 existen en el mercado numerosos modelos para todo tipo de bolsillos que entran en esa franja. Por el momento, no sabemos si este plan de ayudas continuará en 2026.
Además, y como en otras comunidades autónomas, los ahorros económicos son importantes, ya que el coste de la electricidad por kilómetro es significativamente menor que el de la gasolina o el diésel, y es aún más económico si la recarga se realiza en el hogar (para aquellos que dispongan de plaza de aparcamiento en su vivienda o comunidad de vecinos). Además, los coches eléctricos tienen menos piezas móviles y no necesitan fluidos, por lo que requieren de menos visitas al taller y, por consiguiente, menores gastos de mantenimiento, como los cambios de aceite, por ejemplo.
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En cuanto a las ayudas y las ventajas en fiscalidad, nos encontramos que a nivel estatal contamos con las deducciones del IRPF, un 15% en la declaración de la renta por la compra de vehículos eléctricos y de híbridos enchufables. Hay que tener en cuenta asimismo las bonificaciones municipales de algunos ayuntamientos: 98 municipios vascos (más del 85% de la población) ofrecen algunos incentivos fiscales, como la bonificación del Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica; sin olvidar que el vehículo eléctrico permite el acceso a las zonas de bajas emisiones de las ciudades que tienen implantadas estas áreas.
Por último, en concreto, en las provincias de Bizkaia y Gipuzkoa se puede acceder a una deducción del 20% para la instalación de puntos de recarga en viviendas.
Al margen de todo ello, el vehículo eléctrico es la mejor opción para aumentar la calidad del aire en las ciudades, reduciendo la contaminación ambiental (emisiones de CO2 y otras partículas) y también para disminuir el ruido, contribuyendo así a la mejora de la salud de los ciudadanos. Asimismo, el uso del vehículo eléctrico hace posible reducir las importaciones de combustibles fósiles, lo que redunda en la independencia energética del país”.
“2026 se perfila como un año decisivo para consolidar la movilidad eléctrica en Euskadi. El mercado llega a ese punto con una inercia muy positiva: durante 2025, el Plan de Renovación del Parque ha impulsado un crecimiento sin precedentes tanto en las matriculaciones totales como en la electrificación, y esa tendencia se espera que se mantenga.
Según los datos del balance del programa "Vehículos de Menos Emisiones" del Gobierno Vasco, entre abril y octubre de 2025 las matriculaciones totales aumentaron un 26,5%, mientras que las de vehículos electrificados crecieron un 186%, pasando de 1.598 unidades en 2024 a 4.571 en 2025. La cuota de electrificados también se ha más que duplicado, alcanzando el 25 % del mercado, frente al 11% registrado el año anterior. Paralelamente, los turismos con emisiones inferiores a 125 g de CO₂ por kilómetro representan ya el 68,7% de las ventas, frente al 48,6% de 2024.
Estos datos reflejan un cambio estructural en la demanda: el consumidor confía cada vez más en la tecnología eléctrica, y las políticas públicas están consiguiendo acelerar la renovación del parque hacia vehículos más sostenibles. En 2026, este contexto se verá reforzado por una red de recarga más extensa y moderna, gracias al esfuerzo conjunto del sector público y privado, y por una oferta de vehículos eléctricos más competitiva, con mejores autonomías y precios más ajustados.
En conjunto, Euskadi llega a 2026 con una combinación de factores inédita: ayudas aún disponibles, infraestructura en expansión y una clara confianza del mercado. Todo ello convierte el próximo año en una oportunidad idónea para dar el paso hacia la movilidad eléctrica”.
A esto se suma una infraestructura de carga preparada: en Zunder contamos ya con más de 200 estaciones y más de 1.300 puntos de carga en operación, diseñados para viajar con tranquilidad tanto en carretera como en entornos urbanos. Nuestros hubs ultrarrápidos permiten parar lo justo y seguir disfrutando del camino.
Además, según los últimos datos del Observatorio de Zunder, los conductores de vehículo eléctrico perciben de manera positiva un ahorro significativo tanto en costes de carga como en mantenimiento frente a la combustión. En 2026, apostar por un eléctrico será la forma más inteligente de moverse: más económica, más innovadora y alineada con el futuro que todos necesitamos”.
“Existen múltiples razones que hacen que comprar un vehículo eléctrico sea una buena opción en 2026. Una clara señal de su aceptación es que las ventas de estos vehículos han aumentado un 121,6% respecto a 2024, siendo 1 de cada 5 coches vendidos. Son una apuesta sostenible y cuentan con la tecnología más innovadora en materia de seguridad vial".
De primeras puede ser una opción con un precio más elevado que un vehículo de combustión. No obstante, la oferta ha aumentado y existen más de 280 modelos, entre los que cada vez hay más modelos pequeños y urbanos, que hacen que sean más económicos y accesibles para la mayoría de los bolsillos. A esto se suman las ayudas MOVES para la compra de electrificados, que a pesar de que actualmente se encuentran agotadas, facilitan la compra de estos vehículos.
Por ello, desde ANFAC estamos reclamando a la administración para que haya de nuevo ayudas en 2026. Por último, encontramos vehículos con más de 450 km de autonomía, lo que sumado a una mayor red de recarga de acceso público con 2.258 puntos de recarga en Euskadi hacen que circular con estos vehículos sea mucho más fácil y una opción totalmente viable para el comprador”.
La economía de un eléctrico es posible ahorrar muchísimo dinero respecto a un combustión, por muchos motivos, la posibilidad de cargar gratis en muchos pdrs, en casa, etc. Aunque no fuese el caso, con tarifas más baratas que los combustibles también se nota mucho la diferencia.
Por ecológica, ni punto de comparación: en local, es nulo, casi en contaminación, los frenos, casi ni se usan, no gasta ferodo, los neumáticos, con mejor control de tracción, desgasta menos, y por las cargas, infinitamente menos contaminación, además de ser más eficiente, un combustión, literalmente, produce calor, desperdiciando un 70 a 90% de calor en la producción de energía en el motor de combustión.
Los mantenimientos son muy inferiores, por piezas, y por desgaste. Son más cómodos y silenciosos, por falta de ruidos y vibraciones.
La tecnología, gracias a sus diferencias con los de combustión, son más fáciles de implementar nuevas tecnologías, aunque con el tiempo, se van produciendo en los de combustión”.
"Desde un punto de vista económico, que quizá pueda ser un primer freno es, sin lugar a duda, más barato en su uso. Además, está incluido en el listado vasco de tecnologías limpias y tiene deducción fiscal del 35% del coste de inversión del equipo sobre la cuota del Impuesto de Sociedades, y se pueden obtener certificados de ahorro energético, que convierten en dinero el ahorro energético generado".
A esto se suma toda una batería de ventajas energéticas y medioambientales:
La conveniencia de adquirir un vehículo eléctrico va a depender de las necesidades de cada persona, empresa o actividad profesional. Los eléctricos aportan bajo coste de uso, menor ruido y menos emisiones. Los híbridos enchufables, autorrecargables o vehículos de combustión eficiente también suponen un avance en materia de movilidad sostenible. En cuanto a transporte de mercancías, las furgonetas eléctricas ya son una solución en reparto de última milla.
Para rutas largas que requieren autonomía o necesidades de carga exigentes, cada día se ofrecen mejores alternativas: desde autobuses eléctricos cero emisiones, hasta camiones con tecnologías de hidrógeno o gas. Existen otros factores ligados a la transición energética que hay que contemplar, como la mejora progresiva de la infraestructura de recarga, los avances tecnológicos o la disponibilidad de incentivos públicos. Junto a ello, conviene recordar que no siempre el vehículo es la mejor opción de movilidad, alternativas como la movilidad compartida o el transporte público pueden resultar más eficaces y sostenibles, según el patrón de uso. En definitiva, cada opción será más o menos adecuada en función de necesidades y prioridades, tanto de uso, como de consumo, económicas y medioambientales.