El RCD Mallorca ha regresado esta noche de Vitoria a Palma de Mallorca tras el partido contra el Deportivo Alavés. Así consta en la hoja de ruta del equipo que entrena Javier el Vasco Aguirre, que ha optado por no quedarse en la Comunidad Autónoma Vasca y volar de vuelta a casa.

Lo ha hecho en un vuelo chárter que tenía previsto el despegue al filo de las 22:30 horas desde el aeropuerto alavés de Foronda, para aterrizar en Son Sant Joan una hora más tarde.

Una de las opciones era que el equipo bermellón descansara en la propia capital alavesa y preparara desde este domingo el choque del martes, para el que hubiera evitado el tiempo necesario para realizar dos viajes de avión, el de regreso a casa y el de la Copa.

La Real sí se quedó

En una situación similar, un agitado mes de enero llevó a la Real a tomar sobre la marcha una decisión que no estaba prevista. Cuando el sorteo emparejó al equipo de Imanol con el Celta en cuartos de final, el club varió la hoja de ruta en cuestión de horas. La Real jugó en Vigo un sábado un partido de Liga y la fortuna decidió que días después el mismo escenario de Balaídos debía acoger el choque copero.

Ante ese escenario, Imanol amplió la convocatoria y la expedición se quedó en la ciudad pontevedresa hasta disputar la eliminatoria del KO.

Apenas dos semanas después, el escenario se le repitió al equipo realista. No idéntico, pero sí parecido, ya que el sorteo de Copa dictaminó que las semifinales serían contra el Mallorca, con la ida en Son Moix. Eso significaba que muy pocos días después de jugar contra el Girona en Montilivi el 3 de febrero (cuando cayó lesionado Mikel Oyarzabal), el equipo debía comparecer en Palma de Mallorca.

Regresar a casa de un partido liguero que se jugó a las 21:00 horas del sábado, aterrizar en Vitoria pasada la medianoche, completar el trayecto a Gipuzkoa por carretera, descansar algo y realizar apenas dos sesiones antes de tomar otro avión rumbo a las Islas era un plan que podía suponer mayores problemas que los beneficios que da siempre volver a casa. Ante esta situación, desde Catalunya el equipo voló a tierras mallorquinas, donde preparó el choque de Son Moix.

Tras ese partido llegó la curiosidad, ya que pese a tenerlo todo listo para volar a Vitoria, el equipo tuvo que hacer una noche extra en Mallorca, al no tener garantizado el aterrizaje en Vitoria por la niebla.