- La situación económica del Idiazabal es “aceptable. No es tan buena como la que teníamos antes pero ahora tampoco es tan mala”. Por eso, el club de Goierri optó por no solicitar las cuotas a los socios, y llegó a un acuerdo con sus trabajadores para pagarles “algo menos”. El presidente del Idiazabal, Matías Aranburu, relata que, como otros clubes, han perdido la posibilidad de ingresar “todo lo que se sacaba del bar o de la lotería de Navidad. Además, ahora no podemos pedir ayudas a los comercios locales, pero tenemos el apoyo económico de empresas como Ampo y Orkli, y también del Ayuntamiento”. Aranburu explica que el Idiazabal tiene “una escuela de fútbol con cuatro categorías -alevín y benjamín de primer y segundo año-, con unas 60-70 personas. Después tenemos los equipos infantil, cadete, juvenil y el de Regional Preferente. Decidimos entrenar una vez a la semana, para hacer piña y para que la gente no perdiera la afición. Los cadetes y juveniles participan en las competiciones de la Federación Guipuzcoana, y en Preferente los jugadores, aunque siguen entrenándose, decidieron no sacar equipo por miedo, más que al coronavirus, a los confinamientos, porque mucha gente trabaja. Hemos mantenido la estructura del club, con el preparador físico, el director deportivo... estamos pagando algo menos que antes a la gente, pero decidimos no cobrar las cuotas a los socios porque nos daba un poco de apuro. Hablé con los entrenadores y fue una decisión consensuada entre todos. Todo el mundo aceptó”.
El dirigente del Idiazabal se siente “ilusionado de cara al año que viene . Espero que a partir de septiembre se pueda volver a la normalidad, o a algo parecido a la normalidad”.