La Federación Turca del Fútbol (TFF) ha anunciado hoy que suspende a 149 árbitros de los 571 que desempeñan funciones en el país por estar implicados en apuestas deportivas. Las penas impuestas van desde los ocho meses hasta el año de sanción.
El pasado lunes, la TFF, presidida por Ibrahim Haciosmanoglu, denunció que de los 571 colegiados profesionales que desempeñan funciones en el país, 371 poseen cuentas en casas de apuestas, de los cuales 152 participan de manera activa en apuestas. Finalmente, la Federación ha decidido suspender a 149.
Haciosmanoglu aseguró que los nombres de los colegiados “pronto serán remitidos al comité disciplinario y recibirán las sanciones correspondientes según nuestros reglamentos”. Finalmente así ha sido. Los implicados podían recibir sanciones que van desde los tres meses a un año, según recoge el Artículo 57 del Reglamento Disciplinario de la TFF.
Según los datos que aportó la TFF, la situación afecta a todas las categorías arbitrales, incluyendo a siete árbitros de primer nivel. De los árbitros que realizan apuestas de forma activa, diez registraron más de 10.000 apuestas y existe un caso concreto en el que solo uno de ellos realizó más de 18.000.
Según publicó a lo largo de la semana el diario Habertürk, la investigación abarca también a miles de jugadores y directivos de clubes y que se investigan las comunicaciones por teléfono de todos los árbitros, sin que aún haya datos oficiales al respecto. Es decir, las consecuencias de las investigaciones que ha llevado a cabo la Federación Turca podrían ser mayores en caso de que se demuestre la implicación de otros agentes futbolísticos.
Árbitros extranjeros para partidos turcos
Las protestas de los arbitrajes en Turquía han ido adquiriendo un tono más elevado con el transcurso de los años, hasta el punto de que se ha establecido el debate acerca de si la competición debería ser arbitrada por trencillas procedentes de otros lugares. De hecho, el pasado febrero y por primera vez en 55 años, un colegiado extranjero dirigió el partido entre el Galatasaray y el Fenerbahce, dos de los principales clubes del país que afrontaban el derbi de Estambul. El responsable de impartir justicia fue el esloveno Slavko Vincic.
La contratación de Vincic, que dirigió la final de la Champions League de 2024, se debió a las reiteradas quejas del arbitraje en general y en particular a las del Fenerbahçe, que criticó que los árbitros locales otorgaban un trato preferencial al Galatasaray. Cabe recordar que el entrenador del Fenerbahçe por aquel entonces era Jose Mourinho.
El debate está ahora sustentado por esta alarmante noticia hecha oficial por la TFF, que ahora deberá proceder a una limpieza para devolver la integridad a las competiciones profesionales.
La Federación busca que no se repitan los hechos ocurridos en 2011, cuando la Policía de Turquía destapó el supuesto amaño de partidos en la máxima categoría del fútbol turco. Las fuerzas del orden consideraron que el Fenerbahçe había amañado partidos para proclamarse campeón. El presidente, Aziz Yildirim, fue arrestado, pero la falta de pruebas hizo que no entrara en prisión. La Fiscalía General de Estambul abrió una investigación pero hasta la fecha se ha mantenido la presunción de inocencia de todos los involucrados. Si bien, ante la pasividad de la TFF, la UEFA decidió imponer castigos a varios equipos, que no pudieron participar en competiciones europeas durante dos años.
Entonces, los principales equipos implicados en la trama fueron el Fenerbahçe, que se proclamó campeón de liga, el Trabzonspor, que era subcampeón liguero, y el Besiktas, campeón de la Copa. Asimismo, fueron llamados a declarar responsables del Galatasaray.
Ibrahim Haciosmanoglu, contra los clubes israelíes
Ibrahim Haciosmanoglu ha sido notorio en los últimos tiempos debido a su postura sobre el conflicto entre Israel y Palestina. El máximo responsable del fútbol turco exigió la expulsión de los clubes israelíes por el genocidio que su país está llevando a cabo en la Franja de Gaza.
“Es un lenguaje universal que une diferentes culturas, fomenta la amistad y fortalece los lazos de solidaridad entre los pueblos. Guiados por estos valores, nos sentimos obligados a expresar nuestra profunda preocupación por la situación ilegal (y, aún más importante, completamente inhumana e inaceptable) que está llevando a cabo el Estado de Israel en Gaza y sus alrededores”, manifestó el presidente de la TFF.
Bajo el argumento de que “el fútbol siempre ha sido mucho más que un deporte”, Haciosmanoglu solicitó a la FIFA y la UEFA la expulsión. “A pesar de posicionarse como defensores de los valores cívicos y la paz, el mundo del deporte y las instituciones del fútbol han permanecido en silencio durante demasiado tiempo”, lamentó.
De este modo, aseguró que “es hora de que la FIFA y la UEFA actúen: suspendan inmediatamente a Israel de todas las competiciones deportivas hasta que sus federaciones miembro cumplan con las regulaciones de la FIFA y la UEFA”.
 
        
     
