El peso de la historia fue liviano en Wembley, donde Inglaterra se impuso por primera vez en el partido inaugural de una Eurocopa. Croacia, que jamás había caído derrotada en el estreno del torneo, cedió ante unos anfitriones que, si bien no dominaron como se podía intuir tras un arranque espectacular, acumularon las mejores ocasiones de gol. Fue Sterling quien firmó los renglones para reescribir la historia.

Tras apenas cinco minutos de tanteo, Foden, iluminado por su rubio platino al estilo Gascoigne, envió las ilusiones de Wembley contra el poste. Seguido avisó Phillips. Inglaterra se apoderó temprano del dominio del encuentro. El ritmo fue arrollador. Una salida en tromba. El temor encogió a Croacia, que en los intentos de salida de balón se estrellaba contra la solidez defensiva del conjunto anfitrión. Los ingleses recuperaban el esférico en zonas altas para propiciar un tormento ofensivo.

Los croatas vivían en su área, una trinchera para repeler las variantes de ataque del equipo de Southgate, que combinaba velocidad, pases en profundidad y centros por todos los flancos, con especial incidencia en el juego de Mount, el chico que junto a Foden quiere echarse a sus espaldas a esta renovada Inglaterra, donde solo nueve jugadores repiten convocatoria respecto al Mundial de Rusia de 2018, escenario en el que precisamente Croacia dio fin a las andanzas inglesas en la ronda de semifinales.

Croacia tuvo que aguardar hasta el minuto 27 para representar su primer aviso, un disparo estéril de Perisic. El transcurso de los minutos asentó a los balcánicos. Cuando el ritmo se templó, lograron estirarse. El partido comenzó a igualarse a nivel de posesión. Se alcanzó el equilibrio. Empezaron a entrar en acción Modric y Brozovic para liderar en el centro del campo fabricando pases. Si bien, la rocosidad de la zaga inglesa evitó las filtraciones. La intensidad decreció y las transiciones se ralentizaron, favoreciendo las tareas defensivas de ambas selecciones. Los delanteros Kane y Rebic quedaron desconectados, aguardando a balones que no terminaban de llegar.

El duelo perdió estética. Se multiplicaron las disputas de balón y se exilió la clarividencia. Los visionarios Mount, Foden o Modric se cegaron. Se oscureció el encuentro. Perdió dinamismo. Trippier, con un lanzamiento directo al filo del descanso, devolvió la emoción al público. Con esta anodina dinámica se alcanzó el descanso, con una prometedora Inglaterra venida a menos y una Croacia que abandonó las cuerdas del ring para alojarse en el corazón de Wembley. La segunda mitad del primer acto apenas dejó acciones reseñables en ataque. Se imponían las defensas.

Aunque Kane comenzó a interactuar con sus compañeros como no lo había hecho en la primera parte, Croacia siguió creciendo en el partido acaparando la pelota. Inglaterra seguía desdibujada después de su gran arranque. Pero mientras Southgate estaría ideando un cambio de planes, Phillips lanzó un genial desmarque, secundado por otro excelente de Sterling que se vio recompensado por una brillante asistencia del primero. El delantero del City disparó solo ante Livakovic. Cuando más problemas tenían los ingleses para generar peligro, Sterling escribió en el minuto 57 los primeros renglones para cambiar la historia de su país.

Con Croacia cariacontecida, digiriendo aún el tanto local, Mount sirvió un gran balón a Kane, que a punto estuvo de materializar el segundo tanto. Impulsada el viento favorable, Inglaterra despertó del letargo. Empezó a construir peligrosos contragolpes. En una falta propiciada por uno de ellos, Mount mandó un golpe franco cerca de la escuadra de Livakovic.

Entonces sí, los equipos se descosieron. Dejaron espacios entre líneas y las transiciones ganaron velocidad. Los seleccionadores agitaron los banquillos. Piernas frescas para cerrar o generar huecos en un campo más abierto. Tras una nueva ocasión de Sterling, Croacia imprimió celeridad al juego, pero con las ansias perdió precisión. Inglaterra, entregada en conservar el resultado, no sufrió, y firmó la primera victoria de su historia en su partido inaugural de una Eurocopa. Tres puntos de oro ante el a priori gran rival del Grupo D para perseguir un título que aún no figura en sus vitrinas. Así se comienza a reescribir una historia.

FICHA TÉCNICA

Inglaterra: Pickford; Walker, Stones, Mings, Trippier; Rice, Phillips, Mount; Foden (Rashford, m.71), Sterling (Calvert-Lewin, m.92) y Kane (Bellingham, m.82).

Croacia: Livakovic; Vrsaljko, Caleta-Car, Vida, Gvardiol; Brozovic (Vlasic, m.70), Modric, Kovacic (Pasalic, m.85); Kramaric (Brekalo, m.70), Rebic (Petkovic, m.78) y Perisic.

Gol: 1-0. m.57: Sterling.

Árbitro: Daniele Orsato (ITA). Amonestó a Foden (m.64) por parte de los locales y a Caleta-Car (m.42), Kovacic (m.48) y Brozovic (m.66) por parte de los visitantes.

Incidencias: Partido correspondiente a la primera jornada del Grupo D disputado en el estadio de Wembley ante 22.500 espectadores.