Hace unos días, el ministro de Industria y Turismo, Jordi Hereu, señaló la necesidad de reflexionar y llegar a limitar en algunos casos la oferta de pisos turísticos. En definitiva, “gobernar la oferta” ante la proliferación de pisos destinados a los viajeros ocasionales que están poblando muchas ciudades del Estado y que están detrás de los problemas de acceso a la vivienda de muchos ciudadanos. Hebreu destacó que este tipo de alojamiento que puede “colisionar” con el derecho a la vivienda.

Y justo hoy se ha conocido la última actualización del número de pisos turísticos (dato de febrero), que asciende a 351.389, un 9,2% más que hace un año. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), todas esas viviendas turísticas representan el 1,33% del total de las viviendas, mientras que hace un año concentraban el 1,21%. Las cifras también son superiores al 1,29% que suponían el octubre del año pasado, cuando había 340.424, lo que indica que el número de pisos turísticos no para de crecer, un fenómeno que ya está generando protestas en zonas con un turismo descontrolado como Canarias y Baleares.

Por comunidades autónomas, Andalucía lidera el número de apartamentos turísticos, con 82.454 (+17,5%), seguida de la Comunitat Valenciana y Catalunya, con 59.413 (+19%) y 52.598 (+15%), respectivamente. Les siguen Canarias (46.784 y +9,6%), Baleares (25.073 y -1,2%), Madrid (19.456 y +19%) y Galicia (17.883 y +21%). En la CAV, el número de viviendas turísticas llega a 5.140, lo que representa un crecimiento del 15,31% con respecto a febrero del año pasado. Asimismo, en Nafarroa hay 1.583, con un crecimiento del 21%. En ambos casos, las plazas disponibles por cada vivienda rondan las 4,8.

Esto supone que en la CAV hay un total de 21.502 plazas disponibles en apartamentos turísticos, mientras que en Nafarroa son 7.555. En el conjunto del Estado, en el mes de febrero, había 1,75 millones de plazas, cifra que supera ya las camas de hotel ofertadas en el mismo periodo y se acerca a los 1,9 millones de plazas de hotel que se ofrecían el pasado agosto, en pleno pico vacacional. El crecimiento respecto al año pasado es del 13,3%. Asimismo, las plazas por vivienda turística pasaron a las 4,98, ligeramente inferiores a los anteriores años en que suponían 5,06 por piso.

“En algún sitio tenemos que incentivar que se desarrollen, en otro se están limitando”, subrayó el ministro sobre este fenómeno y añadió que “ante una demanda que pudiese parecer que no tiene límite”, hay que poner “límites en la oferta”. También hizo mención a las manifestaciones que se vienen produciendo en las últimas semanas de la población en zonas masificadas por el turismo, como es Canarias, que piden una solución a los problemas que este tipo de turismo acarrea.

Hereu indicó que se toma “muy en serio” estas manifestaciones que “no son contra el turismo, sino por un mejor turismo”. Por tanto, mostró su disposición a trabajar con comunidades autónomas y municipios para tratar de “gobernar el proceso”.

La proliferación de pisos turísticos están detrás de la reducción de la oferta de alquiler residencial y, por consiguiente, de la escalada de los precios. Según el Banco de España, del total de viviendas destinadas al alquiler en el Estado, el 10% son para alquiler turístico. Esto hace que se dispare el precio para acceder a una vivienda alquilada. Según el documento, el auge del alquiler vacacional en los últimos años ha reducido la oferta disponible para uso residencial, incrementando los precios de compra y alquiler de vivienda. Y el problema es más acuciante en unas zonas que otras. En Euskadi es notable en Donostia, donde el precio de la vivienda está en máximos históricos.