“Somos un ejemplo de economía circular”. El presidente del Clúster vasco del Papel, Iñaki Ugarte, reivindica la gran capacidad del sector para impulsar la implantación de una economía verde en Euskadi, en un momento en el que la sostenibilidad figura entre los principales objetivos de todos los países. La asociación ha celebrado este año su 25 aniversario en un contexto económico difícil para esta actividad, con una caída de la demanda que se prolongará, como mínimo, hasta el tercer trimestre del presente ejercicio, aunque afronta esta situación desde una base sólida, afirma Ugarte.

En estos cinco lustros el sector ha perdido fábricas pero ha incrementado su producción anual, su facturación y su índice de exportación, que en la actualidad se sitúa en un 48%. A pesar de perder empleo, la productividad ha ascendido y la actividad de las empresas del sector representan el 1,7% del PIB vasco y el 9,4% del PIB industrial en Euskadi. Ugarte añade que “somos un sector relevante con la peculiaridad de que, al ser intensos en capital y en operaciones de mantenimiento, tenemos un importante poder de tracción, muchas empresas trabajan para el sector con lo que se crean puestos de trabajo tanto directo como indirecto”.

“El próximo año se valorizará entre el 90 y el 95% de los residuos que generan las papeleras”

Iñaki Ugarte - Presidente del Clúster vasco del Papel

Su posición aventajada se refuerza, además, con su alineamiento con las políticas europeas que abogan por una industria sostenible. “Se espera mucho del sector, de la utilización de la celulosa como materia prima natural y reutilizable para sustituir los productos hechos a partir de materias primas fósiles”, indica el presidente del Clúster vasco del Papel, quien rechaza la imagen de actividad “decadente” que ha acompañado a este sector. “Nuestras empresas son energéticamente eficientes porque, si no, no sobrevivirían”, afirma, y añade que han adoptado numerosas medidas de economía circular para avanzar hacia la descarbonización.

IMAGEN DISTORSIONADA

La expansión de las tecnologías tuvo un efecto adverso entre estos negocios porque “se hizo un mal uso de la imagen sectorial para fomentar el abandono del uso de papeles gráficos”, como pueden ser las facturas, pero el sector ha sabido sobreponerse a través de la diversificación de la actividad. Como ejemplo, Ugarte señala que en la actualidad ninguna papelera se dedica en exclusiva a la producción de papel gráfico, sino que incluye otras líneas como el tisú, los papeles especiales y los destinados al embalaje.

Les acompaña una tendencia hacia la reducción del uso de materiales agresivos con el medio ambiente que representa “una vuelta al pasado”, cuando el envoltorio de los caramelos eran de papel, así como las etiquetas de las botellas. La industria vasca del papel se convierte así en una gran aliada en el camino de la sostenibilidad, defiende el presidente del clúster.

Recuerda además que estas empresas han avanzado en ecodiseño, de manera que el 70% del papel que producen vuelve a ser utilizado y que la sostenibilidad no afecta tan solo al producto, sino también a las propias empresas, inmersas en un proceso de descarbonización como se demuestra en que el próximo año entre el 90 y el 95% de sus residuos estarán valorizados. La eficiencia energética es una de las prioridades de esta industria, lo que le permitirá afrontar uno de los obstáculos a su actividad que se refiere a las elevadas cantidades que debe abonar en concepto de derechos de emisión.

RETOS

Otro desafío del sector es avanzar en digitalización. A este respecto, Ugarte afirma que la industria papelera genera mucho datos que en la actualidad no se están aprovechando, aunque ya se ha producido los primeros movimientos para cambiar esta situación. La automatización, en cambio, es una asignatura superada porque “hoy las fábricas funcionan solas”.

“No se nos puede acusar de ser los causantes de la deforestación de la Amazonia”

Iñaki Ugarte - Presidente del Clúster vasco del Papel

La “compleja y abrumadora” legislación medioambiental es otro de los problemas que afecta a esta actividad, junto con la dimensión empresarial. En este punto, el presidente del Clúster vasco del Papel admite que las empresas son pequeñas y, para ganar competitividad, convendría que ganaran tamaño. Un objetivo cumplido es el de la inversión, de 111 millones de euros el pasado año.

COMPLEJOS MEDIOAMBIENTALES

El presidente del Clúster vasco del Papel no elude la polémica sobre la construcción de infraestructuras de valorización de residuos, como la surgida con el complejo medioambiental de Gipuzkoa en Zubieta, Donostia. “Como sociedad generamos residuos y, por mucho que mejoremos, durante mucho tiempo vamos a seguir generando residuos”, afirma, para añadir que en esta situación este tipo de infraestructuras son necesarias y así lo piensan el Estado español y Europa, aunque “aquí cuesta aceptar”. “Algo necesitamos hacer con nuestros residuos y hay suficiente tecnología como para valorizarlos”, indica.