donostia - En un momento en el que se suceden mensajes pesimistas sobre la evolución de la economía, el presidente de Adegi, Eduardo Junkera, aboga por no ser alarmista en una entrevista en la que analiza la actualidad económica de Gipuzkoa y Euskadi.
¿El año 2019 será el año de la ralentización?
-2019 va a ser un buen año para la economía guipuzcoana. Probablemente no tanto como 2018, que ha sido extraordinario pero, en general, los datos que nos proporcionan nuestras empresas nos indican que va a ser un año muy bueno.
Existen, no obstante, incertidumbres. ¿Cuál de ellas puede afectar más a Gipuzkoa?
-Es muy difícil señalar una, porque en Gipuzkoa tenemos muy diferentes tipos de empresas con un nivel de internacionalización muy alto y, al estar tan globalizados, nos pueden afectar todas. Las disputas de Estados Unidos con China, Irán o México, el brexit, el conflicto del diésel y el devenir del coche eléctrico... Tenemos en la coctelera muchos ingredientes que afectarán cada uno a la empresa en función de dónde desempeñe su actividad. Hay un colectivo importante de empresas en Gipuzkoa relacionadas con el ámbito de la industria auxiliar del automóvil que están inquietas por la cuestión del diésel y el coche eléctrico, pero también hay otras del territorio que tienen relación con los mercados de Irán y les está afectando el bloqueo estadounidense.
¿Siguen siendo las exportaciones el pilar del desarrollo económico vasco?
-Así es. Durante los años de crisis, cuando había una demanda prácticamente nula interior, la empresa guipuzcoana ha tenido que hacer un mayor esfuerzo por internacionalizarse y se ha situado en unas posiciones que ahora le hacen ser más fuerte. Siempre una crisis puede ser una oportunidad y ahí se ha demostrado. En este caso, las previsiones de seguir creciendo se basan fundamentalmente en la exportación.
¿En qué países internacionales tendrá más oportunidades Gipuzkoa durante 2019?
-Por cercanía, diría que donde se produce un mayor crecimiento es en la Unión Europea, pero también depende del sector. Por poner un ejemplo, un sector históricamente relacionado con Gipuzkoa como la máquina herramienta ha encontrado un importante cliente en China.
No solo Gipuzkoa tiene intereses en el exterior, sino que empresas extranjeras han puesto su atención en las firmas del territorio, hasta el punto de adquirir alguna de ellas. ¿No sería conveniente articular instrumentos propios para evitar la pérdida de capacidad de decisión?
-Me gustaría subrayar que el hecho de que vengan grandes multinacionales a comprar empresas o a instalarse en el territorio es muy buen indicador. Demuestra que estamos haciendo algunas cosas bien y generar empresas que son apetecibles para esas multinacionales es algo de lo que tenemos que estar orgullosos. Debemos trabajar por hacer nuestras empresas atractivas para los inversores que vengan de fuera. En Donostia, una empresa de origen americano del sector de la biofarmacia ha decidido instalarse aquí porque ha encontrado un territorio donde existe un conjunto de elementos que le atraen, tanto desde el punto de vista del talento como de las facilidades para instalarse, el entorno? Eso es lo que tenemos que cultivar, un territorio atractivo por nuestras empresas, por nuestras personas, por el talento y por el entorno. La capacidad de decisión la tendremos en tanto en cuanto seamos capaces de demostrar que somos competentes y que aportamos.
¿No significa perder control de la propia empresa?
-Yo conozco algunas empresas que han conseguido que, aún teniendo capital 100% extranjero, esas multinacionales determinen que sus centros de desarrollo estén en Gipuzkoa. Eso es lo importante porque, sobre todo, tienen muy interiorizado que lo que reciben de la actividad de las personas y talento guipuzcoanas no lo consiguen en otros sitios. Repito que competimos en un mundo globalizado y, si queremos atraer inversiones y mantenerlas aquí, debemos cultivar el talento y aportar valor. Si somos capaces de conseguirlo, mantendremos aquí los centros de decisión y de desarrollo.
¿Debemos acostumbrarnos entonces a este tipo de operaciones?
-No podemos abstraernos, hay entidades en el mundo con un poder económico muy importante y, si nos negásemos a que nuestras empresas, muchas veces pequeñas, se aliaran y se pudieran desarrollar, a lo mejor las condenaríamos al fracaso, porque en este mundo globalizado o te internacionalizas y creces, o desapareces. Muchas veces son decisiones que hay que tomar para garantizar la supervivencia de la propia empresa.
Las pensiones han protagonizado el año 2018. ¿Cómo encontrar un equilibrio entre el envejecimiento de la población y un sistema de pensiones que aporte ingresos a los trabajadores jubilados?
-Las pensiones son una cuestión importante que, a mi juicio, no está en la agenda política con la suficiente importancia. Creo que es un hecho que las administraciones conocen y saben que a futuro va a ser un verdadero problema, pero los gobiernos y sobre todo los partidos políticos no tienen la valentía suficiente como para acometer y decir realmente la verdad. Cada vez pesa más el porcentaje de los Presupuestos Generales del Estado que se destina a pagar las pensiones actuales, a lo que hay que añadir una mayor esperanza de vida, que hace que las personas van a estar más tiempo percibiendo esas pensiones. Todo esto crea un gran déficit entre lo que estas mismas personas han aportado a la Seguridad Social para su jubilación y lo que luego demandan, y no es sostenible. Hay que abordar un debate y convendría hacerlo cuanto antes. Dicho eso, aquí en Gipuzkoa tenemos unas herramientas que van encaminadas a paliar mínimamente el tema. Me refiero a Geroa, que este año cumplirá 23 años de su fundación. No va a ser la solución definitiva pero sin duda sí un factor muy importante que amortigüe el impacto de ese problema. Somos un territorio privilegiado que ha tenido la suficiente visión.
Tanto los empresarios vizcainos y alaveses como los sindicatos han mostrado sus reservas a implantar un modelo similar en la CAV. ¿Por qué en estos territorios Geroa no ha tenido una respuesta positiva cuando en Gipuzkoa se han demostrado sus buenos resultados?
-En Gipuzkoa, en su momento, hubo una serie de personas con la suficiente visión y suficiente capacidad de llegar a acuerdos, y estoy hablando tanto de Adegi como de la parte sindical, que identificaron un problema y una posible solución y tuvieron la capacidad suficiente de empezar ese camino. Ahí hay un gran mérito que habría que reconocer a ambas partes. Hay otro momento histórico que me gustaría señalar, que fue la crisis de la última década, donde decaían los convenios colectivos y las empresas podrían haber desistido de mantener sus aportaciones a Geroa. Sin embargo, decidieron que, a pesar de que estaban pasando dificultades, creían en la validez de Geroa y mantuvieron la decisión de seguir aportando sus cuotas. En definitiva, Gipuzkoa lo tiene asumido.
¿Es la diferencia con otros territorios de la CAV?
-El que no cree y no tiene visión de futuro quizá lo contempla como un gasto para la empresa o para el propio trabajador. Pero si se ve con una perspectiva de futuro, yo creo que es una herramienta muy importante para la previsión. Muchas veces el presente inmediato nos impide ver el futuro importante.
¿Las empresas de Gipuzkoa no van a encontrar en Geroa un elemento de competitividad ahora que la búsqueda de talento se ha convertido en una prioridad?
-Sin duda alguna. En mi caso particular, y hablando de lo que ocurre en mi empresa, nosotros contratamos a personas de otros territorios y empezamos a utilizar como elemento adicional a los que podemos ofrecer la existencia de Geroa. Recuerdo que, gracias a la gestión de sus responsables y de la aportación que realiza la empresa, cada euro que un trabajador destina a Geroa se convierte en 3,6 euros. Cuando explicas esto a un futuro trabajador se convierte en un ingrediente que hace atractiva a tu empresa.
¿La Nueva Cultura de Empresa que promueve Adegi encuentra adeptos en el exterior?
-Empresas de Bizkaia, de Álava y de Navarra nos han preguntado directamente cómo funciona. Pero el interés no procede solo del ámbito empresarial, sino que también se han incorporado a Adegi como socios ikastolas, universidades o centros tecnológicos precisamente atraídos por este concepto.
¿No se contradice la apuesta por el talento con una contratación caracterizada por la temporalidad?
-Los datos dicen que estamos en un momento en el que el número de contratos indefinidos está en sus máximos. Evidentemente, la calidad de empleo depende muchísimo del sector, y hay ámbitos donde esa condición de temporalidad se va a mantener históricamente. Por ejemplo en la creación de una nueva autopista, mientras dure el proyecto se mantendrá el empleo, pero una vez culminado desaparecerá. Por otra parte, hemos de tener en cuenta que se ha pasado por un proceso de crisis y, cuando llega la recuperación, normalmente lo primero a lo que se atiende es a la inversión. Una vez que empieza a remontar es cuando comienza a recuperarse el empleo. Inicialmente con una calidad que introduce mucha temporalidad pero, a medida que va consolidándose la economía, esa temporalidad empieza a convertirse en empleo de calidad. Nosotros ahora mismo observamos que cada vez la calidad de empleo es mayor, sobre todo en sectores donde falta el talento y las personas, como el industrial, donde los contratos de calidad son prácticamente el 100%.
¿Cree que el sistema fiscal guipuzcoano se adapta a la realidad empresarial?
-Lo primero que demandamos a nivel de fiscalidad es que haya una homegeneidad, que no haya diferencias entre los territorios. Dicho eso, desde un punto de vista empresarial es deseable que la presión fiscal sea la mínima posible, teniendo en cuenta que si a la empresa le quitas recursos, no los va a poder utilizar para invertir, y por tanto para generar empleo. Las administraciones deberían hacer sus cuentas y pensar en cuánto les rinde el euro que yo le quito a la empresa y cuánto el que no le quito, vía la generación de otro tipo de impuestos. Cada puesto de trabajo que se crea o cada incremento de actividad que tiene una empresa genera IVA, IRPF, una serie de derivados que son también retornos para la administración
Gipuzkoa necesita perfiles cualificados del extranjero. ¿Qué hace Adegi en este ámbito?
-Forma parte de nuestro plan estratégico para este trienio. Uno de los retos es el de generar, atraer y retener talento. Tratamos de trabajar con el talento que es guipuzcoano pero que está ahora mismo en el extranjero, o con el talento periférico. Hemos visitado universidades del Estado, en Burgos o en Valladolid, haciendo visible lo que es Gipuzkoa y las posibilidades que ofrece para los profesionales que van a salir de estas universidades. Adegi se ha remangado y está moviéndose, por ejemplo, visitando países como el Reino Unido, donde nos hemos reunido con cerca de 200 personas vascas que trabajando allí para establecer un contacto de la mano de Be Basque Talent.