La impactante escenificación de una morgue en los jardines de Alderdi Eder el pasado domingo para reclamar el fin del genocidio en Gaza fue una prueba más de que la sociedad no va a quedarse de brazos cruzados hasta que no se ponga fin a los ataques israelíes sobre el territorio palestino. Bueno, gran parte de la sociedad. Uno de los mensajes que se lanzaron en este acto solidario fue el de la necesidad de “aislar a Israel en todos los ámbitos”; medida que ya han tomado numerosas instituciones, como el Ayuntamiento de Donostia, que aprobó hace algo más de un año una ruptura de relaciones comerciales e institucionales con el país liderado por Benjamín Netanyahu. Y es que, pese a los intentos diplomáticos por tratar de frenar esta barbarie, lo cierto es que el número de muertos y de heridos, ya abrumador, no cesa. Hasta el punto de que se ha normalizado la muerte y ya apenas causa impacto. Motivo por el que en la iniciativa organizada por Gernika-Palestina se instó a no dejarse llevar por la impotencia. “Hay que tomar medidas concretas y efectivas para acabar con el infierno que vive la población palestina”, se insistió entre los convocantes. Así es. No podemos bajar los brazos ni caer en la resignación. ¡Todos podemos hacer más!
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