Ahorrar se presenta como un reto para las familias, sobre todo cuando los precios suben y los sueldos no lo hacen en la misma medida. Sin embargo, siempre es recomendable hacer un esfuerzo que nos permita poder contar con un pequeño colchón con el que asumir con comodidad los gastos habituales y con el que hacer frente a aquellos imprevistos que puedan surgir.

Para conseguir ese ahorro existen distintos métodos y uno de ellos es la técnica del gasto espejo, una fórmula sencilla y efectiva que permite ahorrar con cada compra, sin necesidad de hacer grandes sacrificios

¿En qué consiste?

La técnica del gasto espejo está basada en un principio psicológico conocido como asociación inmediata. El sentimiento de pérdida que experimentamos al comprar algo y el esfuerzo que hacemos para conseguirlo se asocian y convierten este tipo de ahorro en un proceso rutinario.

Aplicar esta técnica es sencillo: cada vez que hacemos un gasto, debemos apartar la misma cantidad de dinero que la que gastamos. Así, si por ejemplo compramos una camiseta que nos cuesta 20 euros, debemos guardar otros 20 euros en nuestro bote espejo.

Al duplicar el gasto (gasto + ahorro), esta técnica crea conciencia de consumo y actúa como un freno mental a la hora de gastar, sobre todo en cosas innecesarias. Además, al vincular el gasto al hábito de ahorrar aumenta la disciplina financiera y hace que ahorremos de forma automática, casi sin darnos cuenta. 

Cada uno podrá adaptar esta técnica a sus necesidades y, dependiendo de la mayor o menor capacidad de ahorro, podrá elegir entre ahorrar el 100% de lo que gasta, el 50%, establecer un límite mensual máximo, etc.

Una persona introduce una moneda en una hucha con forma de cerdito.

¿Cómo se aplica?

A la hora de aplicar la técnica del gasto espejo, la organización es clave y son varios los aspectos que debemos tener en cuenta. En primer lugar, tenemos que ser realistas y conscientes de nuestras posibilidades para que el ahorro no nos asfixie.

Debemos definir a qué tipo de gastos la vamos a aplicar: a todos, a los caprichos o solo a compras impulsivas (las que no tenemos planificadas). En este sentido, los expertos recomiendan aplicar esta técnica solo a gastos no esenciales como los de ocio, moda o restaurantes.

También tenemos que decidir cómo vamos a ahorrar: abriendo una cuenta nueva, usando una hucha digital, una hucha física... Lo principal es no mezclar el dinero del ahorro con la cuenta habitual.

Disciplina

Es importante registrar y anotar cada gasto que hagamos, y fijar la periodicidad con la que vamos a hacer la transferencia, automática o manual, a la cuenta de ahorro o a la hucha. Esta puede ser instantánea (nada más hacer el gasto) o en bloques semanales (sumando todo lo gastado a lo largo de la semana). 

A final de mes debemos evaluar cuánto hemos ahorrado sin dejar de gastar. Esto nos permitirá además conocer dónde hemos gastado más y dónde podemos gastar menos. Establecer un objetivo para ese ahorro (un viaje, un proyecto personal, una inversión, crear fondo de emergencia, cubrir un gasto extra...) puede suponer una motivación extra.

Si en un momento determinado no se puede transferir el dinero del gasto a la otra cuenta, habrá que anotarlo en una lista de deudas espejo y traspasarlo en cuanto sea posible. La clave es mantener la disciplina.

Beneficios

La técnica del gasto espejo tiene beneficios tanto a nivel financiero como psicológico. Uno de ellos es que fomenta el ahorro sin hacernos sentir que nos estamos privando de algo. No hay que dejar de gastar, sino solo compensar ese gasto con ahorro, de forma que ahorrar se convertirá en un acto reflejo y no en una obligación.

El hecho de que cada compra tenga un doble gasto nos hará más conscientes de lo que gastamos y nos ayudará a gastar solo en aquello que realmente merezca la pena. Además, al reforzar la idea de que cada decisión de gasto tiene un impacto, esta técnica crea una disciplina financiera y un hábito automático de ahorro.

La técnica del gasto espejo no solo mejora la salud financiera, sino que convierte el ahorro en algo automático, fácil y accesible para todos. Ideal para quienes quieren controlar mejor su dinero sin renunciar a sus pequeños caprichos.