Igor Zubeldia ya lleva una década en el primer equipo. Siempre codo con codo con Mikel Oyarzabal, cuyo éxito ha podido eclipsar por momentos el extraordinario rendimiento y la regularidad que ha demostrado el azkoitiarra.

Vuelve a Valencia...

Tengo buenos recuerdos porque fue mi debut. Ese día las piernas pesaban así que costaba correr (risas) pero tengo bastante buen recuerdo de ese día.

Una década en el primer equipo. 302 partidos, 28 años. Campeón de Copa, seis pases a Europa. Una leyenda en cualquier club.

Cuando empecé jamás imaginé que tendría esta carrera. Me siento feliz por mí mismo. Trabajando y haciendo las cosas bien se consiguen cosas y de aquí en adelante seguiré haciendo lo mismo. Espero que me respeten las lesiones y me quede.

Cuentan que Zubeldia no conoció la camilla hasta el Sanse.

Será cosa de ahora. Igual cuando era joven no había camillas (risas). Solo espero que la camilla sea para masaje, no por lesión.

Aspirante a ‘One club man’.

El fútbol cambia de un día a otro. Claro que me gustaría, si se da, bien. Tampoco tengo ese objetivo puesto, lo que más me importa es que estoy disfrutando del camino.

¿Qué le falta por lograr?

Si digo la verdad, nada. O el título con la afición igual, eso siempre. Si me falta algo sería eso, celebrar con nuestra gente, porque cuando ganamos fue frío y distante y a los dos días estábamos jugando otro partido.

¿Se siente viejo en el vestuario?

Un viejo joven (risas) Son diez años. Parece que no pero es mucho tiempo. Cada año que pasa siento que la responsabilidad va aumentando. Para mí la responsabilidad es dar ejemplo dentro y fuera del campo. Los chavales miran cómo entrenas, cómo compites incluso cómo afrontas los días difíciles de la temporada, que los va a haber. Creo que ese papel nos corresponde a los que llevamos más tiempo para que los jóvenes se sientan lo más cómodos posibles. Y también me siento con confianza de exigir a la gente, empezando por mí mismo.

¿Se siente más maduro en el campo? ¿Lee mejor el juego?

Sí. Mucho más. Y eso se gana con los años también. Pasan los años, la responsabilidad va aumentando cada vez más y para mí la responsabilidad es lo que haces dentro y fuera del campo. Los chavales se fijan en cómo entrenas, cómo compites y en los momentos difíciles. Todo jugador tiene que pagar un peaje de afrontar momentos complicados. Los que llevamos muchos años aquí hemos pasado por eso. Sabemos cómo afrontarlo y es el objetivo de los veteranos para que la gente joven lo lleve lo mejor posible. Siento que la gente me respeta, y yo también percibo que tengo autoridad de exigir a los jóvenes. De apretar, de decir las cosas, incluyéndome a mí mismo, claro.

Antes era muy tímido...

Cada uno tiene su manera de ser y todas son valiosas para un equipo. A veces no hacen falta discursos sino trabajar, hacer las cosas bien, con humildad… Ese es el camino para llegar donde estamos.

Ojo que vienen bien preparados. Jon Martín y Beitia apuntan alto...

Y que vengan más. Siempre viene gente de cualquier posición. El trabajo de Zubieta es sacar los máximos posibles. En mi posición Jon Martin, Luken… Si quieren y trabajan van a tener un futuro espectacular. Me ha impactado su madurez. Yo empecé como Jon, les falta explotar pero tienen cualidades de sobra para ser grandes jugadores aquí en la Real.

A ver si le van a retirar, como decía Navas con Le Normand...

Tienes que estar atento. No es que sienta eso, todos los años viene gente de fuera, sube gente del filial y yo, trabajando, consigo estar en el verde. Igual este año me toca otro papel, yo estoy preparado para lo que venga.

“Ahora llego a casa y si hago un mal partido o hemos perdido le doy importancia, pero cuando me sonríe mi hija se me pasa todo antes”

Se busca medio físico, fuerte… Hay uno así que juega de central en la Real...

No creo que se dé. No me lo han planteado, a mí al menos por ahora no.

Está jugando en perfil izquierdo.

Sí. Los primeros dos partidos empecé perfil derecho y los cuatro últimos en el izquierdo. Cambian algunas cosas pero no me afecta al estilo de jugar. Para hacer diagonales igual… Es cosa de entrenar mucho y te haces al sitio. Cuando cambié de posición todo era nuevo para mí y aquí estoy.

Con Caleta-Car está la opción de jugar con tres centrales.

Tres centrales no hemos llegado a jugar, pero en salida de balón sí. No sé lo que querrá el míster pero estamos preparados para lo que quiera.

En las dos últimas temporadas, su rendimiento ha sido más irregular.

Sobre todo el año pasado, comparando con los anteriores no estuve a mi mejor nivel y este año vengo con la ilusión renovada. Físicamente estoy bien y con ganas de aportar desde el primer minuto. Quiero ser constante, regular y ayudar al equipo.

La crítica siempre le acompaña...

A nadie le gusta que hablen mal de ti, pero por suerte he aprendido a gestionarlo lo mejor posible. No lo hablo mucho con mi entorno, yo les veo felices, ellos tampoco me ven triste y ahora llego a casa y si hago un mal partido o no ganamos le doy importancia, pero cuando mi hija me sonríe se me pasa más rápido que antes.

Le ha cambiado la vida ser aita...

Me ha cambiado la vida, pero mi vida antes tampoco era tan dura. De aquí a casa, luego a dar un paseo… Ahora es lo mismo pero dedicas 24 horas a la hija, aunque mi mujer más, porque yo vengo a Zubieta y ella está las 24 horas del día con ella, y le tengo que agradecer mucho. Estoy muy feliz, disfrutando de la vida y muy contento.

¿Contento con el cambio de staff porque igual le puede dedicar un gol por el hecho de contar con un especialista en estrategia?

Igual ése es el objetivo de este año: marcar un gol para dedicárselo.