El verano suele estar marcado por temperaturas elevadas, lo que puede afectar a nuestra salud o estado de ánimo, pero también a nuestros electrodomésticos. Uno de los más delicados al calor es el frigorífico, que puede sufrir daños en el sistema de enfriamiento.

La nevera no cierra bien

El hecho de que el frigorífico se quede abierto implicará que se requiera de más energía para mantener el frío o que se cree una capa de hielo. Sobre todo, con el calor del verano, corremos el riesgo de que entre aire húmedo y caliente, lo que hará que la nevera tenga que trabajar más para enfriar. El excesivo trabajo del electrodoméstico junto con la humedad, pueden hacer que la pared del fondo, la que enfría los alimentos, se congele.

Lo más evidente es fijarse en que ninguno de los alimentos interfiera en el cierre de la puerta, pero existen otros detalles a los que debemos prestar atención. El problema habitual por el que se filtra aire en la nevera es un desgaste de la goma de la puerta o que esta no cierra bien por algún defecto en el imantado.

Alimentos colocados en las baldas de una nevera. Freepik

El 'truco del folio'

Para ello existe el llamado truco del folio, recomendado por Salah Sun, Director de Gestión de productos de la marca de electrodomésticos Beko en Reino Unido. Consiste en colocar un trozo de papel en la junta de la puerta y cerrala; al intentar sacar el papel debería de no poder hacerse con facilidad. En el caso de que salga sin mucho esfuerzo, indica que la junta no cierra bien y por tanto es momento de cambiarla, ya que puede entrar aire del exterior. 

Si se rompe el ciclo de frío...

Si tenemos un descuido con la puerta abierta, podemos sufrir daños en los productos perecederos. El Departamento de Agricultura estadounidense, a través de su Servicio de Inspección y Seguridad Alimentaria (FSIS), aconseja no conservar los siguientes productos si se han mantenido durante más de dos horas por encima de los 5 ºC:

- Alimentos frescos: carnes, pescados, frutas, verduras, hongos y huevos. Las salsas abiertas que contienen huevo, la mayonesa o salsa tártara también, más aún si son caseras. Incluso postres con huevo, todo lo que tenga crema o nata.

- Lácteos frescos como leche, yogur y quesos frescos.

- Alimentos cocinados como la pasta o el arroz cocido.

Se pueden conservar:

- Lácteos procesados: quesos de cuña, quesos procesados, mantequilla y margarina.

- Salsas que no contengan huevo en general.

- Pan, bizcochos, galletas.

Los consejos de la OCU

-Para evitar que entre demasiado aire exterior, se recomienda abrir pocas veces la puerta, por ello se debe pensar qué se quiere coger antes de abrirla.

-Mantener la temperatura del frigorífico a 5ºC y el congelador a -18ºC.

Es importante conservar la nevera en perfecto estado. Freepik

-No introducir alimentos calientes en la nevera, ya que le hará trabajar más para mantener la temperatura y la condensación de líquidos favorecerá a crear la capa de hielo que queremos evitar.

- Se recomienda no colocar la nevera cerca de fuentes de calor como el horno o en un lugar soleado.

Orden de alientos en la nevera

La temperatura dentro de la nevera no es homogénea, por ello debemos distribuir los alimentos correctamente:

-En los cajones se pondrán las frutas y hortalizas, donde quedan protegidas del frío directo.

-En el estante inferior, que es la zona más fría (2-4 ºC), se colocarán la carne, el pescado y el marisco.

-En las estanterías superiores, la parte menos fría, pueden guardarse yogures, quesos y embutidos curados, alimentos cocinados y envasados.

-En la puerta deben almacenarse bebidas, mermeladas, salsas o chocolate.