La empresa Lokímica llevó a cabo el pasado año, por encargo del Ayuntamiento, un informe tras efectuar una tarea de control y vigilancia de distintas plagas. Entre las conclusiones, una que poner el foco en el barrio de Altza, que es “la zona de la ciudad con un mayor riesgo por plaga de ratas”.
¿Cuáles son los motivos? La abundancia de zonas verdes, algunas mal conservadas; la alta densidad de habitantes, edificios levantados entre las décadas 60-80 del pasado siglo, que en ocasiones presentan un mantenimiento deficiente o problemas estructurales en origen, y la inadecuada gestión de residuos. Todo ello hace que se dé un alta actividad de roedores, en la superficie y bajo tierra.
El pasado año fue Amara el barrio en el que se colocaron un mayor número de dispositivos con rodenticida en las madrigueras de los roedores, 38 en total.
Los avisos por ratas, en concreto por la rata gris, van en aumento y el pasado año fueron ya 1.242, frente a los 676 de 2014. Los barrios en los que se concentraron el mayor número fueron, por este orden, Altza, Intxaurrondo, Amara, Aiete, El Antiguo, Miracruz y Centro.
Y es que los avisos por estos roedores son los más frecuentes, el 91%, de todos los recibidos por la empresa. El 10% restante corresponden a la avispa asiática, cucaracha y mosquito del género Aedes, conocido como mosquito tigre.
El ranking de avisos lo lidera la rata gris, con 1.242; seguida de la cucaracha, 95; hormigas, nueve; avispa asiática, siete y mosquito tigre, con dos.
A la hora de actuar frente a las ratas la empresa comienza con el control de las madrigueras, que se han localizado en su mayor parte en zonas de carácter silvestre que hay que limpiar antes para poder tener acceso a las mismas.
Posteriormente, el tratamiento se realiza haciendo uso de productos especialmente registrados para este cometido y respetando el protocolo establecido a tal efecto.
La rata gris
La rata gris es la especie más numerosa en Donostia. Puede llegar a medir 40 centímetros, la mitad casi es cola, y pueden llegar a pesar medio kilo.
Las hembras de estos roedores tienen una gestación de 21 días y paren entre seis y 14 crías, que tardan entre 10 y 12 semanas en alcanzar su madurez sexual.
Son omnívoras y tienen que ingerir entre 25 y 30 gramos de alimento al día, el 10% de su peso. Su menú favorito está compuesto por cereales, huevos, carnes y animales pequeños, que obtienen en gran medida de las basuras o las redes de saneamiento.
Pueden llegar a vivir hasta tres años en lugares cercanos al agua y bajo tierra.
Son portadoras de muchos microorganismos y de octoparásitos, bacterias como la salmonela, la shigella o la leptospira. Pueden portar asimismo la leishmaniosis.
Siendo muy fértiles, se quedan muy lejos de la Blatella Germánica, o cucaracha alemana, que es la que más aparece en los hogares donostiarras y en los establecimientos hosteleros de la ciudad.
Miden menos de dos centímetros, entran en las casas por cualquier hueco y una hembra adulta puede producir hasta 300.000 crías al año. Aunque este tipo de cucaracha tiene una vida promedio de 100 días, puede llegar a cumplir más de un año en según qué condiciones.
Es esta una plaga de difícil control, porque su tamaño les facilita escapar y esconderse de los métodos de exterminio.
Las palomas
Lokímica también actuó en 2024 en el control de las palomas consideradas, según figura el informe, como “vectores de dolencias humanas y de animales domésticos”, pudiendo contagiar desde la salmonelosis a la encefalitis, y transportando parásitos como pulgas, chinches y garrapatas. Además, sus excrementos provocan desperfectos en distintos elementos a través de la corrosión.
Aunque pueden vivir hasta 17 años, lo normal es que en el entorno urbano no superen los cinco.
En 2024 se capturaron 230 palomas: 55 se cogieron en la plaza Ohiernart, 37 en la plaza Easo, 33 en el Buen Pastor, 26 en la plaza Zuahizti, 19 en la plaza Cataluña, idéntica cifra en el Boulevard, 17 en la plaza Gipuzkoa, 13 en la plaza de los Prebostes y 11 en la Plaza Aitzol.