Donostia trabajará para “promover y preservar la existencia de zonas tranquilas residenciales” y y los espacios de valor natural o “zonas tranquilas fuera del ámbito urbano”, gestionando también los problemas que se generen en focos no incluidos en el Mapa Estratégico de Ruido 2022 (MER).

Esta es una de las líneas de actuación que se recogen en el Plan de Acción para Mejora del Ambiente Sonoro 2024-2029, que el Gobierno de Donostia ha aprobado hoy de forma inicial.

Según ha explicado el alcalde, Eneko Goia, las líneas de actuación y objetivos del citado plan se han definido en función de los resultados del MER.

El plan, ha añadido el primer edil donostiarra, “marca la estrategia y las acciones a adoptar en materia de ruido del Ayuntamiento durante los siguientes cinco años, que redundará en una menor contaminación acústica y una mejor calidad de vida de las y los donostiarras”.

Respondiendo a la legislación vigente

Este guion municipal en materia de ruidos responde a las exigencias de todas las legislaciones vigentes y en aplicación en la ciudad y busca, a grandes líneas, dar respuesta “a las cuestiones concernientes a la contaminación acústica”.

Para ello, se diseñarán las “acciones prioritarias a realizar en caso de superación de los valores límite de emisión o inmisión”, así como las aplicables en el caso de que se incumplan “los objetivos de calidad acústica”.

Porque Donostia quiere también “proteger las zonas tranquilas en las aglomeraciones y en campo abierto contra el aumento de la contaminación acústica”.

Goia ha incidido en la importancia de abordar esta cuestión de forma “multidisciplinar”, por entender que el ruido “es una variable con un claro carácter transversal” que incide en el quehacer de diversas áreas municipales y en la que tienen atribuciones distintas administraciones.

Líneas de actuación

Donostia aplicará distintas líneas de actuación. Además de la antes citada, garantizar “zonas tranquilas para una ciudad saludable”, trabajará en una movilidad que sea asimismo saludable, buscando reducir el impacto del tráfico y del transporte, apostando y desarrollando acciones en favor de una “movilidad no motorizada” y dando pasos en la reducción de las emisiones sonoras del transporte público.

El plan contempla un tercer eje: el del ocio y el descanso, buscando disminuir y controlar el ruido que se que genera en las zonas de ocio, con especial atención al horario nocturno.

Con idéntico fin se procederá a controlar el ruido que se provoca en diferentes actividades de ocio, como los eventos.

Además de marcar unas líneas de actuación, el plan incluye tres líneas de gestión: la que afecta al propio plan, la de la comunicación y sensibilización y la del sistema de información del ruido.