donostia - El descenso deportivo sufrido el pasado domingo hace que el Gipuzkoa Basket se encuentre en estos momentos en un periodo de espera. Le toca aguardar acontecimientos que, además, dependen de los demás, concretamente de los equipos que suban de la LEB Oro. Uno de ellos es el Burgos y el otro saldrá de la eliminatoria que están disputando el Ourense y el Breogán Lugo, que marcha con empate a uno y cuyo tercer encuentro tiene lugar mañana. El club burgalés y el gallego que gane la citada eliminatoria tendrán que pagar el dinero que cuesta jugar en la ACB. Si al menos uno de ellos renuncia, la liga invitaría al GBC a seguir por su condición de penúltimo clasificado; si los dos renunciaran, también sería convidado el Fuenlabrada. Si ambos tienen la capacidad económica para ascender, tanto guipuzcoanos como fuenlabreños se verían abocados a bajar.
“Hay muchas posibilidades de seguir en la ACB”, proclaman desde el GBC. Sin embargo, son suposiciones, tal y como se encargó de recordar Jaume Ponsarnau: “Ahora mismo, la única realidad es que hemos perdido la categoría y creo que hemos aprendido a no hacer suposiciones después de la victoria del Manresa en Madrid”.
El Burgos, que ha subido ya tres veces y que en las dos anteriores tuvo que renunciar, debe pagar los tres millones más IVA correspondientes al canon de entrada en la ACB y el millón y medio más IVA que cuesta el fondo de ascensos y descensos. A todo ello hay que añadir un pabellón con al menos 5.000 asientos y dinero para formar una plantilla competitiva para la máxima categoría. Burgos está construyendo un polideportivo multiusos que zanjaría un problema, pero el club ya ha dicho públicamente que no tiene ninguna intención de pagar el canon. Si no lo hace, en principio no subirá. Más optimistas se muestran tanto en Ourense como en Lugo, puesto que ambos clubes ya han estado anteriormente en ACB y por tanto tienen pagado el canon, así que su desembolso sería menor.
un proyecto viable En principio, los clubes de la LEB que suban tienen hasta el 15 de junio para comunicar a la ACB si pueden asumir los gastos de inscripción, aunque en alguna ocasión ha habido prórrogas en este plazo. Si al menos uno de los dos no consigue el dinero, el GBC recibiría la citada invitación para continuar -al igual que le sucedió hace dos años- y entonces debería someterse a una auditoría que comprobaría si sus cuentas están saneadas.
Parece, por tanto, factible que el Gipuzkoa Basket pueda continuar en la Liga ACB. Sin embargo, el club no quiere seguir en las condiciones de esta última temporada, en la que ha competido con el presupuesto más bajo de los 18 equipos, y quiere armar un proyecto viable. Solo así continuará en una categoría muy exigente económicamente, en la que el GBC ha visto cómo otros equipos iban creciendo mientras su presupuesto menguaba año tras año. Por ello, el club quiere saber si puede contar con apoyo privado e institucional antes de dar el sí definitivo a la ACB si finalmente recibiera la invitación para continuar.