Dos días después de adjudicarse el campeonato Interpueblos de Euskal Herria, la resaca de victoria llega a Santesteban. Tras proclamarse rey de los pueblos, después de conseguir también el campeonato en Navarra, llega la hora de hacer balance en el club. Doneztebe, que nunca había llegado a ninguna final en este torneo, se ha descubierto a sí mismo, cosechando dos finales bravísimas, propias de todo un experto en la materia. Ni las cámaras, ni la presión del público ni la fatiga pudieron con un club que ha aumentado su palmarés por méritos propios.
Patxi Ordoki, entrenador de Erreka, no cabe en sí de alegría. Si este año el hecho de alzarse con el Interpueblos de Navarra en Labrit fue toda una gesta, añadir el de Euskal Herria ha sido algo excepcional. Doneztebe, el cual resultó el gran tapado en Pamplona, partía como favorito en la finalísima de Muskiz; su actuación le valió para demostrar el porqué de esa etiqueta y proclamarse digno sucesor de Markina en esta competición. A pesar de no esperar algo de este calibre, los de Santesteban confiaron en sus oportunidades y compensaron el hecho de ser una plantilla corta con el hambre de hacerse con el título. "Sinceramente, sabíamos que podíamos hacer un papel bastante bueno, pero no tanto", comenta Ordoki. "En la final de Euskal Herria me di cuenta de lo difícil que es tener una primera plantilla compensada. En nuestro caso ha sido un gran logro porque siempre hemos jugado los mismos. De hecho, a la final acudimos sin suplentes".
En el caso de ambas finales, la solvencia fue la principal protagonista. La calidad de los alevines en la final de Labrit y la de los cadetes y juveniles en la de Muskiz hicieron parecer fácil lo difícil. Los sénior no tuvieron el placer y la obligación de ganar su partido para coronar a su equipo, ya que al adjudicarse las dos primeras mangas los pupilos, la victoria estaba asegurada de antemano. "Es verdad que ganamos las finales por la vía rápida, y eso es un buen síntoma. En el caso de la de Muskiz, sabíamos que ganando el partido de los cadetes teníamos el 101% de posibilidades de llevarnos el campeonato" comenta Ordoki. Por otro lado, un pelotari brilló por encima del resto: Mikel Lasa. El juvenil de Erreka demostró su valía y futuro durante los dos campeonatos, ganándose los aplausos de la grada y los halagos de su entrenador. "Lasa al 50% se equipara a un zaguero normal al 90%, y eso es mucho decir".
Para el Erreka de Doneztebe, situarse en la cumbre de los campeonatos Interpueblos va a suponer un mínimo de obligación de cara a la próxima temporada. Al poner el listón tan alto, los doneztebarras deberán demostrar que están a la altura de un campeón y también esquivar los conceptos de suerte o casualidad. Sin embargo, para el Doneztebe hay vida más allá del Interpueblos. Este año quedó tercero en el Torneo Berria, por lo que queda patente su lucidez en las grandes citas. "El año que viene tendremos la obligación de por lo menos intentar lo que hemos conseguido este año. Sin embargo, sabemos que no es fácil. El Interpueblos de Euskal Herria era mucho más complicado que el de Navarra pero lo conseguimos sobre todo por el hambre de victoria", sentencia Patxi. Los de Santesteban han realizado algo inédito en su historia tras llegar por vez primera a dos finales consecutivas y ganarlas. "Cuando llegas a una final, hay que ganarla. Una final es un tren que puede no volver a pasar; les dije a mis jugadores que se dejaran la piel y que dieran lo máximo para conseguir la victoria", explica Ordoki.
Con respecto a lo personal, el técnico subrayó que la final del viernes fue muy emotiva para él "como entrenador y pelotari". En un momento como ése, se quiso acordar de los suyos y agradecer todo el apoyo recibido a todos sus allegados. "Dedico este triunfo a Miguel Pozueta y Ángel Salaberria; también al alcalde de Santesteban y a todo navarro. Estoy contentísimo con lo que he vivido y orgulloso de todos los chavales; es un triunfo para Navarra entera", concluyó.