Rulo y la Contrabanda: "No me considero un clásico, pero tampoco soy un recién llegado"

Desde sus inicios, Rulo y La Contrabanda se han consolidado como una de las bandas más relevantes del panorama musical español.

En esta ocasión, hemos tenido la oportunidad de conversar con Raúl Gutiérrez (Rulo). Una charla donde nos habla de su evolución, influencias y visión de la música.

Raúl Gutiérrez Andérez (Rulo) Aliaksandr Pasechnik - Getin

Recomendación musical

Cuando colabora con el Diario Montañés recomienda una canción para realizar la lectura. ¿Cuál sugiere escuchar al lector de esta entrevista?

Suspicious Minds, de Elvis Presley.

Concierto, estilo e inspiración

¿Qué esperan de su público en Irun el 28 de septiembre?

Es nuestra segunda visita a Irun con Rulo y la Contrabanda. La primera vez fue en el teatro. Con cada disco hacemos una gira de teatro en el que mostramos la cara B de la banda, que es totalmente diferente a lo que vamos a exhibir el día 28. Esta vez ofreceremos la cara A, que es la más reconocible de la banda.

Estamos muy contentos. Estos conciertos de septiembre los saboreas más. Huele a final de verano. Además es el último concierto que damos antes de irnos a América Latina. Tiene un sabor a final de verano. Después empezaremos a preparar la gira de teatros que te comentaba. No lo hacemos desde hace seis años. Desde el anterior disco, por culpa de la pandemia, no pudimos hacer gira teatral. 

Y qué cara le gusta más: ¿la A o la B?

Me gustan las dos. A veces el público premia más la reiteración. Yo no valgo para eso, soy muy inquieto. Dicen que un cantante nunca se jubila, salvo que te jubile la salud. Pero mi jubilación ideal es tocar en teatros. Ocho de la tarde, que es una hora muy buena, entrado en años. Y si a las diez de la noche me puedo ver con la banda en un restaurante cercano al teatro bebiendo un buen vino y brindando… sería lo ideal.

Con La Fuga hicimos una gira de 9-10 teatros. Recuerdo el primer teatro y que experimenté lo que eran los silencios, la dimensión que cobraban ciertas canciones al cambiar las instrumentalización. También el tinte teatral me gusta. Solemos hacer pequeños actings. Son cosas que, artísticamente, te llevan un poco más allá.

Disfruto mucho de los teatros, pero nosotros somos de adaptarnos a donde vamos. No podemos ofrecer lo mismo en un teatro que lo que haremos el día 28 en Irun.

En verano todos queremos que nos meneen el trasero. Es una época de descomprimir. En invierno se presta más al recogimiento. Con esto te quiero decir que mostrar la cara B en agosto no tendría sentido.

Lo bueno es que el público nos ha dado el sí. De hecho, hay un 30% de nuestro público que viene a vernos al teatro pero no a los otros conciertos. Hemos conseguido eso, que haya una parte que no asiste a ver nuestra cara A y prefiere la cara B. Entonces me quedo con las dos caras. No puedo decidir.

Tras tantos años de carrera musical, su público es muy variado, como ha dicho, y se adapta a todo...

"No me considero un clásico, pero tampoco soy un recién llegado"

Tenemos la suerte de tener público muy joven y también mayor. No me considero un clásico, pero tampoco soy un recién llegado. No me siento muy clásico porque tenemos público joven pero también hemos podido enganchar gente de otra generación. Muchas veces vienen padre e hijos, los dos con la camiseta de la banda. No es que venga el padre como acompañante. Vienen las dos generaciones. Y eso es muy bonito. Eso como compositor es gasolina. Porque, más que cantante, me considero compositor. Mi obsesión es la próxima canción que venga. Me gusta que se sepan mis canciones actuales, y no solo las de hace 25 años. Me sigo sintiendo un compositor vigente. Es gasolina para componer más, pero responsabilidad también. Responsabilidad de no sacar cualquier disco de cualquier manera.

Se siente más compositor. ¿De dónde saca la inspiración para componer sus canciones?

"Yo no pienso en cuanto más jodido estás, mejores canciones haces"

De la vida. Al final no soy el mismo que hace 5, 10, 15 años. La vida te va dando muchísimas alegrías y algún que otro palo. Eso va implícito en el cargo de vivir. Es la vida. Yo no pienso que cuanto más jodido estás, mejores canciones haces. A veces, cuando estoy muy jodido no me salen ni canciones. Puede ser gasolina para que luego salga una canción, pero no es necesariamente imprescindible.

Lo que sí pasa con los años, y juega en tu contra, es que has hecho muchas canciones ya. Cuando empiezas tienes el disco duro vacío y todo es nuevo. La hoja en blanco pesa menos. Al final he compuesto como 100 canciones. A veces compones algo nuevo, lo ves al día siguiente y piensas: esto ya lo hice en su momento, además de mejor manera. Por eso separo un disco de otro. No puedo sacar un disco al año, ni cada dos. Pero a estas alturas ya no saco cualquier cosa. Yo me autoexigo muchísimo. Para sacar un disco de 10 no es que tenga dos canciones que me gusten y saco otras ocho. Hago unas 25-30 canciones. Conseguir 9-10 canciones que te parezcan publicables cuesta más.

Algunos se creen que compones para el público. Puede sonar grosero o egoísta pero el disco que vaya a publicar primero me tiene que gustar a mí. Y mi exigencia está altísima. Mi discográfica confía al 100% en mí. No sé ni qué contrato tenemos. En el sentido que me digan que tengo que sacar un disco cada dos años. A mí nadie me llama para decirme que tengo que sacar el disco. Soy yo el que llama para decir “ya tengo una colección de canciones”. Obviamente que, cuando sale el disco, me gusta que a la gente le guste. Pero no lo hago con la intención de que agrade. Bastante tengo con que me guste a mí. Sino me volvería loco.

A la hora de preparar un concierto, ¿cómo deciden o cómo es proceso de decidir qué canciones van a cantar y cuáles dejan fuera?

"No me gustan los repertorios antipopulares"

Es muy difícil. Cuando es un concierto íntegro, tienes más tiempo. No me gustan los conciertos largos, hablando como público y fan. Por mucho que me guste el artista, como sea un concierto de dos horas y media o tres… no me gusta. Ya no me gustaba de antes, no lo digo por ahora por la época de la inmediatez.

No me gustan los repertorios antipopulares. Me gusta cuando Serrat decía que a él no le cansa tocar Mediterráneo. Si tocas en un festival, eliges las 13-14 canciones que pienses que todo el mundo las va a cantar. El groso del repertorio me gusta que sea reconocible. Tienes que sacar la carta de presentación de las más conocidas.

¿Hay alguna canción imprescindible?

Hay algunas inamovibles porque son la columna vertebral. Hay algunas que el público ya decidió que son los clásicos de la banda; las más reconocibles y cantables. Y esas tienen que ir todas las noches. Pero no me canso de cantarlas, sino lo diría. Antes de mentir me callo. Me gusta que la gente las cante. Me gusta esa comunión con el público.

Para un concierto hay tres cosas muy importantes. Primero, la predisposición de la banda. Lo que muestra el que está arriba hacia abajo. Lo segundo es que el público sea receptivo y lo devuelve hacia arriba. Y lo tercero, que es lo que he aprendido con los años, es el entorno. Es muy importante dónde se toca. Cuando el lugar tiene un punto más y se dan esas tres cosas, suele ser una noche mágica. 

¿Tienen algún ritual antes de salir al escenario?

Calentamos las voces. También nos tomamos un chupito de whisky y brindamos con la frase “Nunca es una noche más”. También decimos unas palabras, que hemos cogido prestadas a Woody Allen: “Vive todos los días de tu vida como si fuera el último, porque algún día acertarás”. Entonces ese momento chupito es recordar que esa noche puede ser la última y que toda nuestra energía se tiene que focalizar en esa velada.

También hacemos una cosa que le llamamos las Backstage Sessions. Que hacemos un aquí te pillo y aquí te mato. Y lo que hacemos es grabar canciones que no van en el repertorio habitualmente, con lo que pillamos por ahí en el camerino. La percusión con un plato, las guitarras… decidimos en el momento qué canción hacer. La condición es que solo puede haber dos tomas. Porque es un aquí te pillo aquí te grabo. Lo hacemos con el móvil media hora antes del concierto. Nos echamos unas risas y sirve para liberar los nervios.

Su trayectoria

En la canción "El mejor veneno" escribió que 20 años después casi nada cambió. ¿30 años después ha cambiado algo?

Muchas cosas sí pero, en esencia, no. Mucha gente dice que no ha cambiado, pero no es así. Tú eres una consecuencia de todo lo que te pasa. Y todo el rato te van pasando cosas. Con lo de “Nada cambió” me refiero más a la ilusión. Si en 10 años hablo contigo y no te transmito toda esta pasión…

Hay que tener proyectos e ilusiones más allá de si luego funcionan o no. Tengo la suerte de que el público nos da el sí a casi todas las propuestas que hacemos. Pero no me gusta acomodarme. Con 15 años me a un escenario por primera vez en mi vida y dije que eso iba a ser mi vida y me volvió loco. En ese sentido, la ilusión sigue intacta.

¿Cómo ha sido su evolución desde sus inicios?

"Me sigo considerando un aprendiz"

Entre el primer disco y el último, hay una diferencia increíble. Desde el chaval que empezó hasta el día de hoy, han pasado 29 años. Y desde mi primer disco 25-26 años. Me sigo considerando un aprendiz. No me considero un artista inmovilista. Si estás en constante movimiento, vas evolucionando y aprendiendo. Pero del principio, lo que queda intacto, es la ilusión. Y puede pasar que la pierdas. Me fastidiaría perderla.

¿Cuáles son las principales influencias musicales que han marcado su carrera?

He escuchado mucho música cantada en castellano. Nunca he escondido mis influencias. Me gusta mucho las letras, el mensaje. Por ponerte ejemplos Bunbury, Platero, Los Suaves, Los Secretos, Antonio Vega, Calamaro, Sabina, Loquillo… De todos ellos creo que hay algo en mis canciones. Los he visto de pequeño y te marcan mucho.

Cuando era pequeño no lo podía decir. En mi barrio, era la época en la que te tenias que posicionar en los estilos. Afortunadamente, ahora no pasa. Además, aparte de posicionarte en estilos, te tenías que posicionar entre bandas.

¿Cuáles consideran los momentos más importantes de su trayectoria musical hasta ahora?

"De todo lo que he vivido, casi todo son luces; sombras, pocas"

Son muchos, la verdad. De todo lo vivido, casi todo son luces; sombras son pocas. Recuerdo cuando fuimos a Pamplona a grabar nuestro primer disco, no teníamos ni carné de conducir. Teníamos 17 años y nos llevaron nuestros padres. Casi no sabíamos ni tocar. Lo recuerdo como el primer ocho mil que subimos. Tu primera vez. La primera vez todo es épico, o mejor dicho casi todo, porque hay otras primera veces que no son épicas. Y no hablo de música [se ríe]. Antes meterte en un estudio de grabación era muy caro y muy difícil. Me quedaría con eso.

Mensaje para el concierto

¿Qué mensaje les gustaría enviar a sus fans que los acompañan desde el principio y a los nuevos seguidores?

Me vendo muy mal. Pero tengo muchas ganas de verlos en Irun. Va a ser como el fin de ciclo. Porque nos vamos a América y estaremos tiempo sin tocar por aquí. Tenemos muchas ganas.