Dos horas de concierto, tres bises, bravos y zapateo del público para mostrar su satisfacción es el resumen del primero de los conciertos que Euskadiko Orkestra ofreció ayer en Salzburgo ante un público selecto y riguroso por su conocimiento de la música. “La gente de todo el mundo responde bien a la buena música y esta orquesta siempre está al 100% y con una gran energía sobre el escenario que se contagia e inspira al público. Estoy seguro de que la gente de Salzburgo aprecia tanto esta orquesta como lo hago yo”. Robert Treviño, director de la orquesta vasca desde hace siete años, se mostró muy satisfecho al acabar el concierto en una sala prestigiosa de la ciudad prácticamente llena, un miércoles. Hoy el programa incluye el Bolero de Ravel, compositor vasco que está en el ADN de esta orquesta y que supone un atractivo muy especial. “Creo que la gente tiene muchas ganas de escuchar este concierto. La gente espera algo único y es lo que vamos a ofrecer”, señaló todavía con la adrenalina generada por una gran actuación

Robert Treviño vive la conducción de Euskadiko Orkestra como un ejercicio de servicio a los músicos. En los conciertos busca que él mismo, el compositor y el aire que respiramos lleguen a una total alineación en la comprensión de las emociones y la vida. “Cuando eso ocurre se alteran las percepciones, se hace magia” y es lo que ocurrió ayer en el Grosses Festspielhaus, una sala de conciertos y teatro de ópera que se encuentra en el casco antiguo de la ciudad de Salzburgo, en Austria, sede de los Festivales de Salzburgo. Euskadiko Orkestra desplegó un repertorio sólido con el que Treviño quiso “hacer magia” en la ciudad natal de Mozart.

El concierto para arpa y orquesta de Rinhold Gulière permitió al solista de arpa Xavier De Maestre hacer gala de un virtuosismo que le sitúa en estos momentos como el mejor arpista del mundo. En Salzburgo el público de música clásica no tiene edad pero sí gran conocimiento para valorar la calidad. Ayer se dio cuenta de ello.

Tras el descanso la orquesta interpretó los cuatro movimientos de Dimitiri Schostakowitsch. La fuerza de Treviño llevó a los casi cien músicos que componen Euskadiko Orkestra del moderato al allegro, allegretto y andante desplegando una fuerza que conectó con un público entregado. Interpretar a Schostakowitsch requiere de máxima concentración con el color emocional que exige y, en palabras de Treviño, la Orquesta “lo ha hecho muy bien y el público ha estado muy comprometido con todo el recorrido”.

Aplausos mayúsculos

Los aplausos y bravos fueron mayúsculos. lo que hizo que hizo que la orquesta hiciera un primer bis en el que interpretó La Danza Húngara de Brahms. Más aplausos y bravos, tacones hasta llegar a Guridi, quizás la primera vez que Salzburgo acogía obras de este compositor y finalmente y no sin que Treviño avisara del final el tercer bis cerró el concierto con La Boda de Luis Alonso.

Era el primero de los conciertos que ofrecerá en Salzburgo tras haber recalado primero desde Linz donde ofreció el primero de los cuatro conciertos programados en esta gira por Austria. En marzo del año 2023 la orquesta celebró una gira de cuatro conciertos en Polonia, cuna de compositores como Chopin y Penderecki, y de grandes orquestas. El éxito obtenido en las importantes ciudades de Varsovia, Cracovia, Wroclaw y Katowice sirvió para revalidar la esencia y vocación internacional de Euskadiko Orkestra. Ahora se encuentra en otra cuna de la música clásica centroeuropea, Austria. Salzburgo es tierra de Mozart y de una vasta tradición cultural.

El concierto de ayer revalidó el espíritu internacional de una orquesta que se presentó en Salzburgo en sus primeros años de recorrido, en los ochenta, y que ahora ha vuelto con un programa arriesgado y exigente que no dejó indiferente al público.