Tras cumplir diez años programando conciertos en el Altxerri, el Club 44 traslada su sede a El Andén, local especializado en eventos y ocio nocturno, situado en la plaza del Campo de Atotxa, en Egia. Su responsable, Fran Sánchez, quiere ampliar la oferta y ha recibido con buen gusto la propuesta de recibir artistas de americana y música negra, a través de los conciertos que organiza la asociación impulsada por Juan Soroeta, que se ha visto huérfana de local a raíz del cierre del emblemático negocio que se situaba en Reina Regente.
Puede que esta iniciativa no les suene mucho. Es lógico, dado que no suelen publicitar su agenda, pero las cifras hablan por sí solas: entre 2013 y 2023 el Club 44 organizó más de 100 recitales en Altxerri. Eso sí, quizá a los lectores más veteranos les venga a la mente el nombre del emblemático programa musical que Gregorio Gálvez conducía en la desparecida Radio Popular. Cuando Soroeta y un buen número de colaboradores melómanos pusieron encima de la mesa la posibilidad de organizar estos recitales autofinanciados, les vino a la cabeza bautizarlo como aquel programa que les descubrió tantas melodías y artistas. El propio Gálvez se mostró más que agradecido con el guiño.
El Club 44 es una organización sin ánimo de lucro que lleva a cabo su programación pensando en sus socios –un centenar– y que financia sus actividades con la aportación de estos mismos. Por cada espectáculo se cobra a los abonados 15 euros tanto si acuden al concierto como si no lo hacen –también pueden ceder la entrada a terceros, mientras que el precio para los no asociados es de 20 euros hasta llenar el aforo–. El dinero recaudado se destina íntegramente a sufragar el evento.
Será el 27 de enero cuando el Club 44 arranque su nueva etapa en El Andén y lo hará con los Travellin’ Brothers, banda vizcaina que logró en 2015 el título de mejor agrupación europea de blues y que incluye en sus filas a un músico donostiarra bien conocido, el pianista Mikel Azpiroz. La de los Travellin’ fue, precisamente, la última velada que este colectivo programó en el Altxerri. Fue el pasado 27 de diciembre, tres días antes del cierre oficial del local. Aún sin haber promocionado el evento, muchos aficionados que habían hecho una hora de cola se quedaron sin poder entrar. Conscientes de que la cosa no podía quedar así, decidieron resarcir a los espectadores con una nueva cita que servirá de pistoletazo de salida a la programación en el nuevo espacio.
La agenda para los próximos meses también la tienen cerrada con nombres de primerísimo nivel. El neoyorquino Elliot Murphy, escritor, actor y guitarrista, colaborador, entre otros, de Bruce Springsteen y Phill Collins, actuará con Olivier Durand el 10 de febrero. El 9 de marzo actuará Mike Farris, músico ganador de un Grammy. El 12 de abril será el turno de la cantautora Sarah Lee Guthrie, nieta e hija de dos pesos pesados del folk estadounidense, Woody y Arlo Guthrie. El 20 de ese mismo mes, se subirá al escenario Martha Fields, artista que ya ha viajado con anterioridad a Donostia para colaborar con el Club 44.
Diez años de conciertos
Juan Soroeta es una persona que, desde bien joven, se contagió de “la enfermedad de la música”. Alberga una colección de 15.000 discos y hablar con él es como consultar una auténtica enciclopedia de este arte. En su día a día es profesor de Derecho Internacional de la UPV/EHU, activista por los derechos del pueblo saharaui y miembro del equipo de juristas del Frente Polisario. Pareciera que sus intereses son muy dispares, pero Soroeta ha conseguido unir su activismo y la organización de estos conciertos mediante el proyecto Cantando a través del muro. Canciones para el Sáhara Occidental y con eventos musicales en directo organizados con el objetivo de recaudar dinero para este fin.
El clima de respeto y silencio absoluto que se respira en los conciertos del Club 44, esa veneración por la música y sus artistas, es a juicio de Soroeta uno de los principales atractivos de esta iniciativa. Se refiere al público, pero, sobre todo, a los artistas que participan, quienes descubren en los encuentros donostiarras un clima que parece condenado a la extinción en los directos.
El primer músico que actuó en el Altxerri programado por esta asociación fue Matt Harding, en el lejano 2013. Soroeta recuerda la época, a principios de este siglo, en la que Donostia era parada ineludible de grandes nombres. Artistas como Tom Waits, Neil Young o Rufus Wainwright se paseaban por el escenario del Kursaal, al tiempo que Bruce Springsteen llenaba Anoeta. Luego llegó la crisis de 2008 y con ella un “bajón” en cuanto a la oferta.
Alrededor de unas cervezas, “donde suelen surgir este tipo de iniciativas”, un grupo de amigos se preguntó: “¿Y si juntáramos a 70 personas dispuestas a poner diez euros al mes para organizar conciertos?”. Soroeta se dirigió a los entonces gestores del Altxerri con esta idea: “Nos dijeron que era imposible que consiguiésemos a tantos fieles dispuestos”. Enviando correos electrónicos a sus círculos cercanos, en dos semanas el Club 44 logró un centenar de socios.
Lo que iba a ser algo muy puntual para organizar “un par” de eventos, se convirtió en “un punto de encuentro” que se ha prolongado durante diez años, en los que se ha invitado a músicos allende fronteras y también a artistas del país como Patxi Andion o María Berasarte. Extranjeros o locales, todos han acabado siendo amigos de la iniciativa.
Uno de ellos marcó el nivel de la programación desde los primeros compases del Club 44. Uno de los primeros en aceptar la propuesta de Soroeta y sus colegas fue el legendario Tony Hazzard, cantautor británico que trabajó en los tres primeros álbumes de Elton John y que a finales de los 60 coló varias de sus canciones, que escribía para bandas tan potentes como The Hollies o Manfred Mann, en el Top-10 del Reino Unido. A mediados de los 70 sacó un par de discos, antes de desaparecer. “Nos preguntábamos qué sería de él y descubrimos que tenía una página web a la que le escribimos”, cuenta Soroeta.
Hazzard les respondió, muy agradecido, y les contó que acababa de sacar un disco modesto. Le propusieron venir y, pese a que el presupuesto del que disponían no era muy alto, el músico aceptó. “Se pasó una semana hospedado en mi casa. Cuando le recogí en el aeropuerto le pregunté, ¿Cómo sabes que no soy un asesino? Y me respondió: Eso mismo me ha dicho mi mujer”, ríe el coordinador de la iniciativa. Durante el concierto en el Altxerri, después de 30 años sin tocar ante un público, Hazzard se puso a llorar. Prometió que volvería. Lo hizo dos veces más. “A veces recuperas a gente que se ha perdido en el tiempo”, añade Soroeta, que asegura que Internet les ha abierto un mundo de oportunidades al poder acceder a los artistas anglosajones de forma directa. “A los músicos, que haya un grupo de amigos que se acuerden de ellos y les propongan venir para tocar en un ambiente íntimo, les parece la bomba”, cuenta Soroeta.
Y tiene razón, es la bomba. Tanto que, después de consolidarse el proyecto, hay artistas o agentes que se presentan ante la organización para actuar. Aunque cambie de local, parece que hay Club 44 para rato.
Música comprometida con el Sáhara Occidental
El Club 44 también tiene un cariz solidario y comprometido con el pueblo saharaui. Hace cinco años, a la organización se le ocurrió pedir a músicos que habían participado en sus directos que compusiesen y cediesen una canción sobre el conflicto del Sáhara Occidental. Así surgió proyecto Singing through the wall. Songs for western Sahara, un doble CD con 22 canciones.
Pero el proyectó no quedó ahí. En la pandemia, Juan Soroeta y los programadores del Club volvieron a recurrir a la generosidad de músicos de la talla de Dayna Kurtz, Wesley Stace o David Wilcox para editar un segundo volumen, que se hizo posible gracias a una campaña de crowdfounding impulsada por la Diputación de Gipuzkoa.
Con el cambio de postura del Gobierno de Pedro Sánchez con respecto al Sáhara Occidental, desde el Club 44 quisieron involucrar a artistas que cantan en las distintas lenguas del Estado. Así, el tercer volumen ha salido a la venta (todos los cofres pueden comprarse escribiendo info@club44.org o en la web del Club 44) con temas de Amaral, Quique González, Rozalén, Izaro, Anari, Petti, Jabier Muguruza, Ruper Ordorika y Rafa Rueda, entre otros.