Arma Plaza Fundazioa se encuentra de celebración. El patronato, encargado de gestionar el “patrimonio arquitectónico”, así como el “material e inmaterial” de Hondarribia, según recuerda el alcalde, Txomin Sagarzazu, acabar de cumplir sus primeros diez años de existencia. Un “instrumento municipal” que no sólo ha recuperado dicho patrimonio, sino que se ha encargado “fundamentalmente” de “socializarlo y divulgarlo”, subraya el primer edil.

 Al ser una institución con un marcado carácter local, el alcalde de Hondarribia suele ser el presidente de la fundación, mientras que los concejales y concejalas son los patronos y patronas.

Hondarribia, al haber sido “en su momento villa medieval y posteriormente renacentista”, tiene “el recinto amurallado” y un amplio y diverso patrimonio arquitectónico, en el que destacan espacios como el casco histórico, el fuerte de Guadalupe o el castillo de San Telmo, por nombrar algunos. Pero también un legado cultural, como es el caso del toque manual de las campanas, una actividad extendida por el Estado y que en el año 2022 la UNESCO nombró como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

A lo largo de esta década, Arma Plaza se ha dedicado a diferentes actividades, como la recuperación del patrimonio marítimo, organización de foros con presencia de personas expertas a nivel internacional, publicación de obras, exposiciones y otras actividades de divulgación e incluso visitas guiadas por monumentos históricos.

Con tanto movimiento cultural, la sede de Arma Plaza se ha convertido en una oficina de turismo, por donde los últimos años han podido pasar alrededor de 100.000 personas, según los cálculos de Sagarzazu, una cantidad nada “desdeñable”.