donostia - “En Donostia nunca ha habido un problema” con los conciertos en bares y tabernas, “por lo que, de donde no hay un problema, no hagamos uno”. Así se expresó ayer el concejal de Cultura de Donostia, Jon Insausti, tras ser preguntado por la prensa por cómo afectará a la capital la nueva ley de espectáculos que prepara el Gobierno Vasco y que entrará en vigor el próximo 21 de abril.
Dicha normativa establece una serie de limitaciones para aquellos bares y tabernas que quieran mantener una programación cultural habitual en sus locales, cuestión peliaguda para el Ayuntamiento de Donostia, teniendo en cuenta que en muchas ocasiones Donostia Kultura es promotora de esas actividades que se llevan a cabo. Es el caso, entre otros, de la programación del Festival de Teatro de Bolsillo que se celebra en estos espacios y también de algunos de los conciertos del circuito DKluba, que organiza espectáculos en bares como El Cohete -Sara Comerón actuó el viernes pasado- o El Muro -Autum tocará el próximo 8 de marzo-.
No obstante, con la nueva normativa propuesta por el Departamento de Seguridad de Lakua la limitación de este tipo de actividades culturales en estos locales se situaría en doce al año, con una cadencia máxima de dos al mes.
Insausti comentó que, efectivamente, programan muchos eventos en este tipo de locales y que en este momento se encuentran analizando “cómo casan” los propósitos de la Administración con “la nueva normativa”.
En este sentido, adelantó que se encuentran en conversaciones con el consejero de Cultura, Bingen Zupiria, para que Donostia Kultura “no vea obstaculizada” su práctica. “Quizá en otras ciudades sí, pero en Donostia esto no ha sido un problema; de donde no hay un problema no hagamos uno”, expuso el edil de Cultura, quien añadió que, de cualquier modo, la nueva norma “deja muchas competencias” en mano de los municipios.
La propuesta del Gobierno Vasco ha generado un gran revuelo entre hosteleros y artistas, que han visto sobre la mesa una regulación que consideran innecesaria. La polémica, surgida originalmente en Araba y que, poco a poco, se ha ido extendiendo a otros territorios, ha llevado a los afectados a resguardarse bajo el paraguas de una asociación llamada Arteak Ireki, que reclama la eliminación en la norma de cualquier restricción de la cantidad de actividades culturales que puedan albergar estos espacios.
El consejero Zupiria, por su parte, en una intervención parlamentaria que tuvo lugar la semana pasada, se mostró abierto al diálogo con los ayuntamientos, al tiempo que anunció “flexibilidad” a la hora de aplicar la ley. Eso sí, consideró que no puede haber “barra libre” en el número de espectáculos.