El hipotiroidismo es un trastorno del sistema endocrino que se origina cuando la glándula tiroides, ubicada en la parte anterior del cuello, no produce suficientes hormonas tiroideas para satisfacer las necesidades del organismo.

Esta condición afecta el ritmo del metabolismo y puede dar lugar a una amplia gama de síntomas, algunos de los cuales pueden pasar desapercibidos durante mucho tiempo, dificultando un diagnóstico temprano.

La tiroides es una glándula que cumple un papel crucial en el control del metabolismo, la regulación de la temperatura corporal y el funcionamiento del sistema nervioso, entre otras funciones vitales. Lo hace a través de la producción de hormonas como la T3 (triyodotironina) y la T4 (tiroxina). Cuando hay un déficit en la producción de estas sustancias, el cuerpo experimenta un enlentecimiento generalizado que se traduce en síntomas muy característicos.

Síntomas frecuentes

Entre los signos más comunes del hipotiroidismo se encuentran:

  • Aumento de peso, incluso sin modificaciones en la dieta ni en la rutina de actividad física.
  • Fatiga crónica y sensación constante de cansancio.
  • Intolerancia al frío, incluso en ambientes templados.
  • Dolores articulares y musculares.
  • Sequedad en la piel y cabello quebradizo o con tendencia a caerse.
  • Menstruaciones abundantes o irregulares.
  • Ritmo cardíaco lento.
  • Estados depresivos y alteraciones del ánimo.
  • Problemas de fertilidad, especialmente en mujeres en edad reproductiva.

Es importante destacar que el aumento de peso asociado al hipotiroidismo no siempre implica un incremento de la grasa corporal. En muchos casos, el peso extra se debe a la retención de líquidos y sal, una consecuencia directa del desequilibrio hormonal.

Causas del hipotiroidismo

El origen de esta disfunción puede ser diverso. Según la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), una de las principales causas es la tiroiditis de Hashimoto, una enfermedad autoinmune en la que el sistema inmunitario ataca por error la glándula tiroides, reduciendo progresivamente su capacidad para producir hormonas.

Otras causas relevantes incluyen:

  • Cirugía tiroidea: cuando la tiroides ha sido extirpada total o parcialmente por razones médicas, como el cáncer de tiroides o nódulos sospechosos.
  • Radioterapia en el cuello: utilizada en tratamientos oncológicos, puede dañar el tejido tiroideo.
  • Fármacos específicos que interfieren con la producción hormonal.
  • Hipotiroidismo congénito, presente desde el nacimiento y detectado habitualmente en pruebas neonatales.

El hipotiroidismo se detecta con un análisis de sangre EP

Diagnóstico y tratamiento

El diagnóstico del hipotiroidismo se realiza mediante una analítica de sangre que mide los niveles de la hormona estimulante de la tiroides (TSH) y de las hormonas tiroideas libres (T3 y T4). Una TSH elevada con T3 y T4 bajas indica un mal funcionamiento de la glándula.

El tratamiento es eficaz y sencillo en la mayoría de los casos. Consiste en la administración diaria, en ayunas, de levotiroxina, una forma sintética de la hormona T4.

Esta medicación permite restablecer los niveles hormonales normales y aliviar los síntomas. El ajuste de la dosis se realiza bajo supervisión médica, con controles periódicos para verificar la respuesta del organismo.

Vivir con hipotiroidismo

Aunque se trata de una condición crónica, el hipotiroidismo bien controlado permite llevar una vida completamente normal.

Con el tratamiento adecuado y un seguimiento regular, la mayoría de las personas logran mantener sus niveles hormonales estables y minimizar los efectos secundarios. La clave está en el diagnóstico precoz, el compromiso con el tratamiento y la comunicación constante con el equipo médico.