-Justo y Carme tienen un primer amor, muy profundo y que nunca se olvida. La vida los acaba juntando y separando durante toda la serie. Para mí lo que sucede es que Carme y Justo son personas que se conocen mutuamente de una forma muy profunda. Entienden la esencia del otro. Son dos personas huérfanas y están solas en el mundo. Intentando sobrevivir en una época convulsa.

Se trata de una serie coral donde, como en la novela, son los personajes colindantes los que cuentan la historia de Justo. ¿No hay riesgo de que se pierda el matiz de las motivaciones del protagonista?

-Eso lo tiene que valorar el espectador. Me parece muy interesante, sobre todo de la novela, que todo está contado a través de la mirada de los demás. La única manera de alcanzar un conocimiento un poco más exacto de una persona así, tan compleja y llena de secretos como Justo, es a través de todas las opiniones o las miradas de alrededor. Estamos acostumbrados a ver narraciones desde una sola perspectiva. Me parece más interesante ver otras visiones.

¿Qué le interesó del proyecto?

-El personaje de Carme me encanta. Obviamente, también el hecho de que Mariano Barroso fuese el director; le admiro mucho. Le gusta mucho el trabajo con los actores. Nos presta mucha atención y lo hace desde un punto de vista muy humano. Muchas veces, sobre todo en la series, no tienes la oportunidad de enfrentarte así al trabajo. En el cine, y ni siquiera muchas veces, tienes la oportunidad de enfrentarte al trabajo desde el cariño, desde el detalle y desde la sensibilidad. La historia también me atrapó enseguida.

La serie recrea la Barcelona de los 60 y 70. No es la primera vez que Aura Garrido hace un papel fuera de la actualidad.

-(Ríe) No es que me atraiga la época especialmente. Me gusta contar historias y si son interesantes y me aportan algo, las hago. Me parece que es una época que no se ha tocado mucho en nuestra historia. Es una parte que es muy reciente, pero a la vez no lo es tanto ya. Es verdad que cuando hay épocas muy convulsas pero recientes se necesita un tiempo para tomar distancia. Creo que ya ha pasado el tiempo suficiente para empezar a hablar de esa época. Es importante revisarla y hablar sobre ello para poder entender dónde estamos hoy. A veces se nos olvida lo que pasó el otro día, cuando somos los hijos directos de ese otro día.

Hablando de épocas, ¿‘El ministerio del tiempo’ volverá?

-En ningún momento nos han dicho que no, pero tampoco nos han dicho que sí. Pasan los meses y asumes que es que no. Pero la verdad que no sé qué responder (ríe).

¿Considera que, tal y como se afirma, se están difuminando las líneas entre cine y televisión?

-Creo que sí. Yo pertenezco a una generación que creo que no ha vivido una separación tan fuerte entre el cine y la televisión como sucedía a generaciones precedentes. Como actriz nunca he entendido esa pregunta ¿Qué eres de cine o de tele? Yo soy actriz, podría hacer teatro de calle. Me es indiferente. Al perderse el prejuicio de que la televisión no es necesariamente peor, al renovarse las formas y las historias, que no sean la misma una y otra vez, eso hace que sí se difumine la frontera entre un medio y otro. En una serie tienes muy poco tiempo, apenas tienes ensayos ni opciones de equivocación. El cine te da oportunidad de ensayar y ya sabes qué es lo que va a pasar. Pero eso también ha cambiado, porque también empieza a haber películas que van muy rápido. En el día de mañana, en cambio, hemos tenido también la opción de ensayar como si fuera una película.

¿Existe precariedad en el mundo de la actuación?

-Para responderte a eso necesitaría llevar más tiempo en la actuación. El análisis que te puedo hacer es de los últimos ocho años. No me siento capacitada para responderte. Yo entré en casi la crisis. No he vivido en la época previa de la que me hablan en la que todo era esplendor y gloria. Lo que veo es que después de una crisis terrorífica, parece ahora que hay más trabajo, pero somos un sector laboral donde más del 90% de los actores no pueden vivir de su trabajo, lo que es terrorífico.

¿Existe una discriminación salarial en favor de los actores?

-En Estados Unidos los sueldos son públicos, aquí no. Asumo que sí, por cómo sé que funcionan las cosas, que los actores en general en ciertas ocasiones habrán cobrado más que yo. Pero no te puedo dar datos, porque tampoco es una cosa que le haya preguntado nunca a nadie.

¿Cree que el movimiento ‘MeToo’ va a conseguir cambiar algo?

-Me debato mucho entre el optimismo y el pesimismo. Yo he visto que ha habido cosas que han cambiado mucho en los últimos cinco años, incluso, en menos. Había puntos de vista que hace tres años no podías plantear en conversaciones, salvo en algunos círculos, sobre el feminismo. No se entendía. Eso ha cambiado radicalmente. Hay cosas que se hablan de una forma mucho más abierta y mucho más pública, que hace nada eran impensables. Eso me genera mucha esperanza. El cambio de pensamiento debe pasar a cambios estructurales, a acciones. No tenemos que quedarnos solo en la palabra. El tiempo dirá, pero creo que algo ha cambiado ya.

Crossover es un festival de series. ¿Qué está viendo Aura Garrido?

-A Borgen. Sé que llego tarde, pero estoy enganchadísima. Es lo que tiene que no haya temporada de Juego de Tronos este año (ríe).