Para conseguirlo, han creado una un sello, una promotora amateur de música, llamada Underpromotoras, que se define como “un espacio de promoción musical independiente, autogestionado y divergente”.
¿Pero cómo acaban dos personas con sus respectivos trabajos y familias en la organización de grandes espectáculos? Amaia explica que llevan la música en la sangre, que es algo que siempre les ha gustado. “Vimos que en Donostia la cosa se había enfriado hace tiempo, ya no se hace el tipo de concierto que se celebraba antes en el Velódromo y nos dijimos, ¿si no lo hacen otros por qué no hacerlo nosotras?”, explica la donostiarra.
Reconocen que todo comenzó “a lo loco” sin saber muy bien “dónde se estaban metiendo”. Se pusieron en contacto con Stravaganzza, un grupo del que se declaran fans y que ya habían visto tocar en Madrid hace unos meses. Stravaganzza es una banda que surgió en 2004 y que permaneció en activo hasta 2010. No obstante, después de siete años el grupo se ha vuelto a reunir y comenzó a girar después de un primer espectáculo en la capital del Estado el 23 de septiembre del 2017.
“Les preguntamos cuánto cobraban por un bolo, por curiosidad”, dice Amaia, para añadir que lo máximo que podía ocurrir es que no recibiesen respuesta. Pero el grupo les contestó. “Desde el principio fui sincera con ellos. Les explicamos que no éramos profesionales de ello y que nunca habíamos hecho algo así”, relatan.
La banda les respondió con sus tarifas y con ciertas explicaciones sobre lo que conllevaba organizar un espectáculo como el suyo. Amaia y Olatz, en un primer momento, ante la complicación de lo que suponía y del coste económico -la mayoría de la financiación corre a cuenta de las hermanas, junto con una aportación del Disco Bar Joker de Gasteiz-, decidieron dejar su iniciativa, provisionalmente, a un lado.
Al ver que nadie traía el espectáculo a Euskadi, decidieron volver a comunicarse con Stravaganzza para saber si había algún otro promotor interesado en organizarles un concierto. La banda les respondió que sí lo había, pero finalmente les falló, así que el conjunto madrileño apostó por las dos donostiarras. “Dijeron que nos ayudarían en todo, y no pudimos decir que no”, relatan, para añadir que el grupo se ha involucrado mucho con ellas.
Amaia y Olatz afirman que están “aprendiéndolo todo” de mano del grupo: “Nunca tendremos suficiente para pagar toda la ayuda, toda la información y todo lo que nos están enseñando de manera gratuita. No tendrían por qué hacerlo”.
Desde Underpromotoras reconocen que hay días que sienten “mucho vértigo”. No obstante, también les sorprende “para bien la reacción de la gente, tanto de la banda, los colaboradores, la gente en las redes”. “Da miedo pero sientes mucho apoyo por detrás”, afirma Olatz.
la seña de identidad Underpromotoras nace de un impulso de las dos hermanas, discurre en paralelo al quehacer personal y profesional de cada una. Aspiran a seguir promoviendo conciertos, quizá “no del calibre” de Stravaganzza, “pero sí cosas que puedan aportar algo a la gente”.
Desean impulsar espectáculos que no se vean en los circuitos habituales de la zona. “Cosas más pequeñitas para públicos más específicos”, explica Olatz, al tiempo que Amaia concreta que “para mover lo mismo que mueven los demás ya hay gente que lo puede hacer”. “Queremos tener esa seña de identidad, siempre centradas en el tema del metal y del rock, pero con alguna cosa diferente que no haga otro”, explica Amaia Biain.
Las donostiarras reconocen que Underpromotoras no está “pensado como un negocio” en su origen. “Ahora mismo no nos planteamos vivir de ello, más bien que esto viva de nosotras”, comentan, lo hacen “desde la perspectiva del fan”, para “disfrutar”.
más conciertos en donostia Pese a que este primer concierto lo han organizado en Bilbao, tienen voluntad para seguir organizando actos en Donostia. El caso de Stravaganzza se debe a las necesidades del grupo de tocar en un local “más grande” de los que hay disponibles en la capital guipuzcoana.
Las hermanas toman con “tristeza” que en Donostia ya no se programen grandes conciertos de rock o heavy metal como se hacían antaño, por ejemplo, en el Velódromo. Amaia y Olatz Biain, como tantos otros, vieron pasar por allí a grupos como Metallica, Bon Jovi, Pearl Jam, Sepultura, Pantera, Whitesnake, Dire Straits, Scorpions o Iron Maiden, entre otros. “Hace años para todas las grandes bandas que pasaban por España, Donostia era una parada obligatoria y ya no lo es”, lamentan.